Esta madrugada, tras haber arrojado una bomba molotov contra uno de los muros de la Quinta de Olivos, una persona fue detenida por la Policía Federal Argentina: se encuentra a disposición del Poder Judicial.
El hecho ocurrió cerca de las 6.30 en el cruce entre las calles Malaver y Lisandro de la Torre, es decir, en las afueras de la Quinta Presidencial. Se informó a PáginaI12 además, que no hay personas heridas ni instalaciones dañadas. La causa judicial quedó a cargo de la jueza federal Sandra Arroyo Salgado.
El contexto
Es imposible soslayar el contexto en el que se produjo este hecho. La bomba molotov fue arrojada en pleno conflicto salarial con la policía de la provincia de Buenos Aires, que tiene en vilo al gobernador de la provincia Axel Kicillof y a todo su gabinete y que preocupa también al Presidente.
También cabe destacar que parte de la oposición, con Mauricio Macri ya de regreso al país, lejos de desalentar la protesta echó más nafta al fuego sobre el reclamo para intentar horadar al Gobierno y que, como explica de Raúl Kollmann, Florencia Arietto, ex funcionaria de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, haya hablado de "protesta general" el domingo. Demasiadas piezas para no pensar en alguna clase de puzzle.
Un poco más lejos en el tiempo, cabe recordar que el expresidente Eduardo Duhalde dijo que los argentinos nos olvidáramos de las elecciones de medio término del año próximo y que un militar le había dicho que en la Argentina podría haber un golpe de Estado.
Aunque el repudio generalizado hizo que se Duhalde se disculpara y que dijera que la pandemia le estaba afectando el aparato psíquico (y que su declaración fue hecha en el marco de un brote psicótico) lo cierto es que algo huele raro ya no en Dinamarca, sino en el normal funcionamiento de la democracia argentina y que desde la mayoría de los medios de comunicación hacen todos los esfuerzos cotidianos posibles para intentar debilitar al gobierno del Frente de Todos que conduce Alberto Fernández.
Respecto del episodio de la molotov, habrá que esperar la declaración del hombre que la arrojó y fue detenido. Vueltas del azar o del destino, la investigación le tocó a la jueza Sandra Arroyo Salgado, ex esposa de Alberto Nisman. Lo que queda claro es que desde diferentes sectores se está intentando generar un clima de miedo en plena pandemia de coronavirus.