Emma 6 puntos
Gran Bretaña, 2020.
Dirección: Autumn de Wilde.
Guion: Eleanor Catton, sobre novela homónima de Jane Austen.
Duración: 124 minutos.
Intérpretes: Anya Taylor Joy, Bill Nighy, Mia Goth, Johnny Flynn, Josh O’Connor.
Estreno: en Flow y Google Play
Se sabe que el éxito internacional de Sensatez y sentimientos relanzó el interés de los productores por llevar al cine y la televisión las novelas de Jane Austen, con nuevas versiones de Orgullo y prejuicio y Mansfield Park (llegando al extremo de Orgullo + prejuicio + zombies). En verdad las adaptaciones para ambos medios de la autora británica (1775-1817) se remontan a los comienzos mismos del sonoro. Emma, en particular, contaba hasta ahora con dos versiones cinematográficas (una de ellas de los 90, con Gwyneth Paltrow en el protagónico) y cinco para la televisión. Como Orgullo y prejuicio y Persuasión, Emma tiene ligereza de comedia, y eso es probablemente lo que convierte a la novelista de tiempos georgianos en favorita del cine y la televisión.
Escrita por Eleanor Catton y dirigida por Autumn de Wilde --realizadora de cinco videoclips para Beck-- esta versión no se aparta demasiado del original. “Emma es bonita, rica e inteligente”, alerta la placa inicial, dando la impresión de que el personaje quedó cerrado antes del comienzo mismo de la historia. Veinteañera petulante, criada entre algodones en una de esas mansiones campestres que dan la impresión de ser museos más que casas, Emma Woodhouse (Anya Taylor Joy, cuyos grandes ojos parecen atraer a la cámara) podría considerarse una versión británica de La Celestina. Como si fuera una dama de beneficencia amorosa, su única ocupación es, por lo visto, formar parejas, algo que acaba de hacer con un viudo y su institutriz. Temporariamente desocupada, la menor de las hermanas Woodhouse convoca a la localidad a una chica soltera, no particularmente agraciada, para emparejarla con algún galán de las inmediaciones. Como en Sensatez y sentimientos, galanes casaderos parecen ser lo que sobra. Y si no galanes al menos treintañeros solteros, como el joven vicario del lugar, a quien Emma unge como candidato para la recién llegada. Sin embargo los cortejos pueden cruzarse. ¿Y qué hay de la vida sentimental de la protagonista? Parece no tenerla, y eso la convierte en un personaje más lleno de sombras de lo que aquella placa inaugural anunciaba.
De todos modos las sombras son relativas en este exponente del género “modales & vestidos”, en el que los personajes parecen vivir a plena luz. Aunque con frecuencia se advierta en ellos la acritud del veneno, las buenas maneras se imponen, y damas y caballeros son puras sonrisas. Con la excepción tal vez de Mr. Woodhouse, padre viudo de Emma (el comediante Bill Nighy), que no oculta su disgusto por perder a la institutriz de su hija en manos de un cincuentón. Y del apuesto Mr. Knightley, cuñado de Emma (Johnny Flynn) que se comporta con ella como perro y gato. ¿Será acaso que las riñas entre ambos ocultan alguna otra emoción?
Comedia moral, sátira de a ratos, la película decide que Emma comprenda que no está tan por encima de los demás como suponía, y se verá obligada a aceptar que además de su tan británica sensatez ella también tiene sentimientos. Y todos comerán perdices, ya que Emma (la novela y la película) no se muestra especialmente preocupada por poner en cuestión la lógica de sus personajes.