"Los jugadores de rugby tienen competencia de destrezas y habilidad para manejar su conflictividad, desde un lugar distinto al de la violencia y la frustración. Para ello se necesitan espacios de reflexión", destaca Soler Calvo. Y si bien considera que la tarea es difícil de llevar adelante, también dice que es "apasionante, y la gente tiene muchas ganas de hacer esto. Los jugadores de rugby poseen una pasión muy grande por su deporte, y siento que están con ganas de validar el papel del rugby en la formación de los ciudadanos".