En medio del avance de la pandemia de coronavirus en el país, que ya superó los 500 mil contagios y provocó más de 10 mil muertes, el director del Hospital Posadas, Alberto Maceira, alertó sobre el posible colapso del sistema de salud al asegurar que la ocupación de camas en ese centro de salud “es del 98% desde hace más de una semana". En conversación con Página/12 Maceira advirtió que “el sistema está al borde del desborde” y que “la sociedad no está respondiendo al nivel que lo está haciendo el sistema sanitario”. Durante la última semana habilitaron las doce camas de terapia intensiva que tenían en reserva “para refuerzos” dentro del Hospital.
“El Hospital está al límite de sus posibilidades, de recursos humanos y de camas”, señaló el director del centro de salud más grande del país, ubicado en el partido bonaerense de Morón. En total, hay 90 camas de cuidados intensivos, de las cuales 62 se sumaron durante la cuarentena. Sin embargo, esta semana llegó "casi al 100 por ciento de ocupación", y tuvieron que empezar a derivar pacientes a otros hospitales. "Entre los moderados y leves ya hubo más de 300 derivaciones. Al ser un centro de salud de alta complejidad nuestra prioridad son los pacientes graves”, explicó el director.
Maceira dirige el Hospital desde enero, cuando se dispuso la intervención de la institución. Uno de los hitos de la nueva dirección fue la reincorporación de una parte de los profesionales que habían sido despedidos entre 2015 y 2019. Esta medida se logró luego de la lucha de los trabajadores así como de vecinos del Hospital que, entre 2018 y 2019, se juntaron cada miércoles en defensa del centro de salud. “Hoy esas 205 personas que reincorporamos están trabajando para contener la pandemia”, relató Maceira y agregó que “si esto hubiera pasado hace un año hubiera dejado muertos en las calles, una catástrofe sanitaria”.
Según el director del Hospital Posadas, la presión que tienen actualmente los profesionales de la salud “es doble, porque hay que dar respuestas a los pacientes, pero también contener a la sociedad”. Además, se suma el propio miedo de enfermarse. "Vemos cómo se contagian y se mueren compañeros y tratamos de poner esa sensación a un costado para poder trabajar, pero cuando termina el día y llego a casa, eso aparece y no puedo parar de pensar en que yo también me puedo contagiar", relató Maceira.
En este sentido, el director del Hospital advirtió que “estamos cansados, desgastados de tantos meses de trabajo” y llamó a la población a cumplir con las medidas de prevención: “es una falta de respeto juntarse a quemar barbijos o salir a tomar cerveza con un sistema sanitario al borde del desborde”.
Mientras grupos anticuarentena queman barbijos frente al Obelisco, adentro de los hospitales “se vive un clima de angustia, de riesgo y agotación física y mental”. Así lo describió Mirtha Jaime, médica clínica del Hospital Posadas, y agregó que “no estamos en un momento de elegir entre reclamos, sino de una pandemia donde se juega la vida o la muerte”.
Dentro del Hospital se contagiaron de coronavirus 600 trabajadores, de los cuales 3 fallecieron. “Como no sabemos exactamente el tiempo de recuperación, hay trabajadores que retoman el trabajo muy pronto y es un riesgo para los demás”, explicó Jaime y aclaró que "necesitamos un testeo masivo, no serológico sino para detectar casos positivos que estén cursando la enfermedad". Según la trabajadora, "esto significaría un impacto por la reducción del equipo humano que supone, pero también es una forma de disminuir los contagios dentro del hospital".
A pesar de la falta de recursos humanos, Jaime señaló que están "atendiendo a todas las personas, trabajando algunos en jornadas de 10 a 12 horas" para que nadie se quede afuera. "Las condiciones de trabajo no son las mejores, el 90 por ciento de los trabajadores estamos precarizados", relató Jaime y reclamó que "de ahora en más el sistema sanitario sea una prioridad política". Ella trabaja desde hace 27 años en el Hospital, y como es paciente de riesgo, le toca estar en uno de los consultorios, haciendo llamados y seguimiento de pacientes. “Atendemos de forma virtual todo lo que se pueda, para tratar de que la gente se quede en casa porque la curva está lejos de descender”, señaló Jaime y advirtió que "la pandemia todavía no terminó".
Si bien en el Hospital se habilitaron los turnos programados, es decir, aquellas consultas que no son urgencias, la especialista explicó que “esto es un riesgo porque aumenta la circulación comunitaria" y señaló: "seguimos con la consigna de quedarse adentro, porque no exponernos es la única forma de evitar contagiarnos”.
“Es fundamental la responsabilidad individual en este momento”, afirmó Maceira y agregó que “si la población no cumple las disposiciones, el distanciamiento y las medidas preventivas, como el uso del barbijo, el sistema sanitario no va a poder responder”.
Informe: Lorena Bermejo