Pese a que ya no quedan dudas de que Lucas & The Woods es un proyecto colectivo, hubo una época en la que parecía lo contrario. "El 'Woods' es algo con lo que luchamos día a día", asegura Lucas Engel, frontman del grupo. "Cuando esto arrancó, buscamos un nombre que se sostuviese por sí solo, algo como Harry Potter y la piedra filosofal. Necesitábamos que fuese una historia", explica el cantante del grupo que en esta cuarentena publicó su tercer disco, Cultura pop.
"Nací en Berlín y me vine a Argentina a los cinco años. Y de chico me leían un libro llamado Lucas en el bosque de las sombras. Hace unos seis años, en la sala de ensayo, Andi Schneir, nuestro bajista, empezó a jugar con ese título. Y quedó Lucas & The Woods. Nunca apareció uno mejor, por lo que parece una agrupación de un solista. Pero todos somos Lucas y todos somos los Woods."
A fines de agosto, la banda creada en la localidad bonaerense de Beccar puso a circular el video de Deshielo. Si bien el clip, que simula un juego de realidad virtual, hace hincapié en la persecución de una pantera a la versión 3D de Lucas, hay un rasgo que queda entre líneas: el tiempo en el que se desarrolla la trama siempre es el mismo. Algo similar a esta pandemia.
"Aunque es toda una experiencia sacar un disco en cuarentena, la gente lo recibió muy bien", comparte el cantante, tecladista y guitarrista. "Originalmente lo íbamos a lanzar en marzo, pero apareció el coronavirus. En abril nos dimos cuenta de que la gente estaba en un shock informativo, y en mayo ya no estábamos tan seguros de sacarlo. Pero necesitábamos hacerlo por la salud de nuestra psique."
El título del disco apunta a muchos lugares. ¿En cuál pusieron el foco?
--Se nos rotula como una banda que suena muy a los '80 o los '90, lo que es verdad. Lucas & The Woods es muy difícil de definir por la variedad de géneros que nos recorren. Aunque es fácil de comprender la manera en que te hacemos sentir. Y a eso es a lo que apuntamos. Cultura pop celebra la cultura popular con la que crecimos.
¿Cuál es su opinión del pop?
--Muchas veces sentimos que lo pop es subestimado y está considerado de poca relevancia. Se le ve un poco de reojo, por más que años después se festejen sus grandes clásicos. Para nosotros no existe ese consumo irónico: o algo te gusta o no. De chico, cuando subías al auto de tus viejos, había CDs de soul, jazz, R&B, música clásica y rock argentino. Deseábamos que el disco fuera eso, aunque se terminó relacionando con la forma en que se consume la música hoy, que es por playlist. Lo que rompe, a su vez, con el formato del género.
Cuando repiensan el pop, ¿lo hacen en base a su matriz anglosajona o desde una interpretación local?
--Tenemos influencias de todos lados. En la banda, lo que más escuchamos es música de bases bien negras. Nos encantan monstruos como Al Green y D'Angelo, al igual que sus reinterpretaciones posteriores. Pero no pensamos en si reivindicamos al pop yanqui, sino que incluimos un montón de cosas más. Yo, por ejemplo, escuché a Fito Páez metiéndole raíces folklóricas a sus canciones, y en ese sentido no queremos encerrarnos en una forma de hacer las cosas. Por eso lo llamamos Cultura pop. Nos gusta pensar en el disco como un proyecto audiovisual que nos inspira muchos otros disparadores.
Es interesante cómo ese mainstream estadounidense está cada vez más influido por la música negra...
--Eso es verdad. No hay nada más pop, hoy en día, que tener un tipo como Kanye West, y que una marca de ropa dictamine sus cosas en función de lo que él hace o dice. No hay mayor impacto cultural que ése. Si bien el pop actual es el hip hop, yendo a lo propiamente mainstream, también tenés ese otro pop que mantiene la sensibilidad clásica de una canción de estructura familiar. Ahí es donde nos paramos.
A comienzos de los 2000, la palabra pop, en la escena local, metía a Bandana, Leo García, Miranda!, Diego Torres, la Sole y hasta Piñón Fijo en el mismo saco. ¿Pensás que eso cambió?
--Las nuevas generaciones tienen menos barreras, por la forma en que se consume y produce música. La variedad creció por el sólo hecho de tener una computadora en casa. Como la gente ahora está condicionada por la playlist, un festival puede contener en una misma grilla a New Order, Miranda!, los Decadentes y un grupo de cumbia. Y los pibes van. Por eso no quisimos levantar la bandera del pop, porque si te metés en lo más popular chocás con Abel Pintos. Lo que buscamos es rendirles homenaje a los grandes clásicos de los '80, '90 y 2000. Queríamos romper con nuestro propio camino.
En la canción que abre el disco, Bajo el sol (de tu cultura pop), ¿por qué abrazan la cultura pop de la persona a la que le cantan y no la propia?
--Ese tema se iba a llamar Cultura pop. Cuando nos dimos cuenta de que teníamos un disco de 15 canciones tan variadas, pensamos que era apropiado titularlo así. Ése es un tema de texturas tropicales, con una letra prístina y una base muy noventosa. Somos muy de jugar con las canciones relacionándolas con las luces del día. Con el EP anterior, Pensacola Radio (2018), queríamos que cada canción denotara un momento del día. Ahora, Bajo el sol (de tu cultura pop) trae al verano durante todo el año.
La construcción de un fenómeno
Si bien Lucas & The Woods se hizo un lugar en la escena apenas apareció su primer EP, lanzado en 2016 y titulado igual que el grupo, fue con la secuela, Pensacola Radio, que generó revuelo. Al punto de que en 2018 llegó a ser nominado al Grammy Latino en la categoría de mejor álbum pop/rock. Y todo esto gracias a la autogestión.
"Siempre quisimos hacer un proyecto lo más audiovisual posible, porque es así como consumismos la música", explica Engel, cuya banda sacará una edición especial de Cultura pop el 2 de octubre y días más tarde hará un show en streaming desde Niceto Club.
"Si bien en la Argentina la escena estaba creciendo, no había ningún artista que sonara como nosotros. Sacamos el primer EP y uno de sus temas rankeó en iTunes. Ahí nos dimos cuenta de que había gente escuchándonos", explica Engel, uno de los fundadores junto al bajista Andi Schneir y el baterista Willy Sarmiento. También integran la banda el guitarrista Mateo Rodo, y el director de arte Niko Sedano.
¿Por qué creés que Pensacola Radio generó ese punto de inflexión?
--Fueron uno o dos años de ponernos en una dirección, de buscar un sonido que nos identificara. Así fue como nació Pensacola Radio, que fue producido por Nico Cotton. De pronto, de la nada, nos enteramos de que estábamos nominados a los Grammy Latinos. Y ni siquiera habíamos tocado en Niceto Club. Fue muy loco ese viaje.
¿Para qué sirve una nominación al Grammy Latino?
--Desde que apareció Pensacola Radio y hasta hace un año, esa nominación retumbó dentro de la industria. Luego de eso, nos hicimos un nombre, firmamos con un sello y ahora queremos llegarle a la mayor cantidad de gente posible.
Son parte de una de las escenas locales más prolíficas y atractivas de estos tiempos. ¿Qué pasa con ese pop creado en la Zona Norte del Gran Buenos Aires?
--Siempre jodemos con que Beccar es el Manchester argentino, porque es menos cheto. Más allá de eso, sentimos que lo que está pasando en el país es algo nuevo o al menos contrasta con lo que sucedía hace 20 años. Además, la escena se federalizó. Si bien todos arrancamos en el indie, como Bandalos Chinos, existe una camaradería divertida. Eso es algo que se gestó hace un par de años, y nos sentimos orgullosos de ser parte de esto.
La música que hace Lucas & The Woods no es fortuita, si se toma en cuenta que la base rítmica profesa el cristianismo. "Los padres de Andi y de Willo son pastores. Nunca fui a esa iglesia, pero el círculo de amistades empezó a interrelacionarse con gente que suele ir allá. Mateo, por otro lado, es católico. Aunque tiene una vibra divina. Está bueno eso para antes de salir al escenario. Es una energía que rodea a la banda."
¿Cómo es eso?
--En todos los shows nos abrazamos y decimos algunas palabras. Es el mal llamado "ritual". Nos sirve para sentirnos protegidos. Sin embargo, no somos una banda evangélica, porque eso puede llegar a malinterpretarse. Hacemos una música accesible para todo el mundo, y si en ese proceso hay gente que se siente identificada con eso, perfecto. Porque también hablamos de esas cosas. Aunque no nos interesa enmarcarnos en eso.
A pesar de que existan prejuicios, no podemos olvidar que la música pop fue creada por cristianos…
--Siempre entendimos que hay una relación muy directa. Todas las bandas y los músicos que están detrás de ellas son gente de iglesias o hijos de pastores. Es algo muy común, por más que exista el prejuicio. Y nosotros tratamos de romper con eso.
Tenés una de las mejores performances de la escena. ¡Sos algo así como el Justin Timberlake argentino!
--Para alguien que es fan de Prince, David Bowie, Michael Jackson y Freddie Mercury, esos tipos eran lo más parecido a un superhéroe. Siempre mi deseo, tanto en lo escénico como en lo musical, fue hacer sentir a la gente lo que ellos me hicieron sentir a mí. La motivación es ésa. Cada recital es una oportunidad para volarle la cabeza a alguien. Voy a seguir un poco el legado. No soy un Pomelo rockstar. Fuera del escenario soy muy tranquilo, aunque no introvertido. Pero cuando estoy allá arriba se me activa algo eléctrico.