Elvis está vivo: es un adolescente esbelto y en camiseta que toca la guitarra en la escalera de su casa para no escuchar las riñas de sus padres. Papá Presley quiere que el chico salga a trabajar y que no se ponga tanta gomina en el cabello. La juventud del Rey del rock and roll es un eje biográfico sobre el que gira la flamante miniserie Sun Records (recién estrenada en los Estados Unidos y aquí disponible, por el momento, a través de Internet). Pero no el es único: la protohistoria de Elvis Presley corre en simultáneo con las de otras primitivas leyendas del rock estadounidense como Jerry Lee Lewis, Johnny Cash, Ike Turner o Carl Perkins. Y ese entramado cronológico de biopics construye una suerte de gran precuela de rock, que hurga en los inicios de las grandes figuras de la música joven norteamericana de los años 50 y 60. Todos alrededor del seminal sello Sun Records, en Memphis, y de su fundador, el productor musical y cazatalentos Sam Phillips. Y todos muy jóvenes: en Sun Records, la serie, aquellas leyendas son todavía chiquillos que querían tocar la guitarra todo el día y que la gente se enamorara de sus voces. O, al menos, huir del cerrojo familiar: así es como se ve al joven Johnny Cash dispuesto a ser voluntario en la Guerra de Corea con tal de huir de la granja de su padre. La necesaria juventud del plantel de personajes supone un elenco con muchas caras desconocidas. Acaso con las excepciones del manager de Elvis, Colonel Tom Parker (Billy Gardell, el “gordo bueno” Mike de la sitcom Mike & Molly) y del cazatalentos Phillips (Chad Michael Murray, quien pasó por CSI y Dawson’s Creek), los incipientes rockstars son interpretados por actores de escaso rodaje, incluyendo a un virtual debutante en el rol de Elvis, el texano Drake Milligan. Basada en el musical Million Dollar Quartet, Sun Records reparte la acción entre tugurios, radios y estudios de grabación. Y tiene una banda sonora enérgica, caliente y humeante y un director de renombre, el británico Roland Joffé. PáginaI12 entrevistó al realizador de Sun Records, cuya campaña incluye dos nominaciones al Oscar en los 80 (como mejor director, por Los gritos del silencio y La misión). 

–¿Qué clase de historia es Sun Records? ¿Es una historia conocida? 

–Es una serie sobre el nacimiento de la música moderna, de lo que hoy entendemos como música popular, en especial, de la música tocada por músicos afroamericanos en el sur de los Estados Unidos. Es acerca de Sam Phillips, quien comenzó Sun Records en Memphis, Tennessee, y descubrió entre otros, a Elvis Presley, a Johnny Cash, a Jerry Lee Lewis, a Carl Perkins… En esta historia vemos a todos ellos como unos jovencitos. Es una serie sobre el amor por la música, sobre el amor por el arte, sobre el amor por la verdad. Y sobre todas las cosas que tienen que ver con abrir caminos: el amor, los hombres, las mujeres, el matrimonio, el dolor, el sexo, la pasión. 

–¿Cómo fue dirigir a personajes como Elvis Presley o Jerry Lee Lewis? ¿Investigaron su carácter, su aspecto, cómo hablaban?  

–Estábamos frente a una serie de personas salvajes, muy creativas y profundamente vulnerables. Investigamos con cuidado, leímos mucho material, escuchamos mucha música e hicimos muchas entrevistas. Siempre tuvimos la idea de descubrir a los jóvenes que había por detrás de esa música tan conocida. En esta primera temporada todos ellos son muy jóvenes y fue fascinante ver cómo eran ellos en aquel momento, a esa edad. Pudimos revelar sus conflictos familiares y el nacimiento de sus personalidades. Todo hace que nos encontremos frente a un drama movilizador y emocionante.

–¿Qué rol juegan en Sun Records los cambios sociales de aquellos días de orígenes de rock and roll? 

–Fue una época muy especial, y por cierto, las historias que conforman Sun Records reflejan los distintos choques culturales, sociales y raciales que se dieron desde principios de los años 50 en adelante. Pero la serie principalmente tiene que ver con las personas, con sus luchas para ser escuchadas, para expresarse, para afinar sus talentos y para evitar matarse y, sin embargo, vivir siempre en el borde.

–¿Y la música? ¿La considera un personaje más en Sun Records? 

–La música es una parte vital de la serie. Si bien no es un espectáculo musical –como sí lo era la obra teatral en la que está basada– es fundamentalmente una serie con música y acerca de la música. Algunas de las canciones son instantáneamente reconocibles. Pero otras, cuando empezamos a explorar aquel mundo del Memphis de finales de los años 50 y de más adelante, nos resultaron verdaderos descubrimientos. Hemos trabajado con muchos músicos, algunos son nuevos talentos que encontramos, otros eran artistas ya conocidos. Toda la música fue tocada en vivo, en el estudio, y la filmamos así como sucedió. Esto le dio vida a las historias, le dio urgencia al sonido… Y además fue algo enormemente agradable para hacer. La música se convirtió en la vida de la serie y además construyó una especie de subtexto movedizo y excitante.