Brian De Palma, uno de los realizadores claves de la generación de cineastas norteamericanos de los años 70, cumple este jueves 80 años. Hace casi medio siglo fue uno de los directores de la renovación de Hollywood, con una estética neoclásica que se alimentó de las películas de los años 40 y 50. Profundamente cinéfila, aunque formada al calor de la televisión, esa camada contó con directores como Martin Scorsese, George Lucas, Francis Ford Coppola, Bob Rafelson, Steven Spielberg, John Carpenter, William Friedkin, John Milius, Peter Bogdanovich, Walter Hill y De Palma, cuya mayor influencia clásica ha sido la obra de Alfred Hitchcock.
Nacido el 11 de septiembre de 1940 en Newark, Nueva Jersey, De Palma estudió física antes de volcarse al cine. Estudio arte dramático y dirigió varios cortos en la primera mitad de los años 60. El debut como director llegó en 1968 con Muder a la Mod, a la que siguió Greetings, en la que dirigió a un joven actor de 25 años, de ascendencia ítaloamericana como él: un tal Robert De Niro. La historia de un joven que trata de evitar ser convocado para la guerra de Vietnam fue la primera película norteamericana calificada como X (solamente para mayores de 18 años). Greetings obtuvo el Oso de Plata en el Festival de Berlín. En 1970, De Palma y De Niro se reunieron para una secuela: Hi, Mom!. Entre medio, filmaron The Wedding Party.
La consagración llegó en 1972 con Sisters, un film de suspenso que dio pie a las relecturas de Hitchcock por parte de De Palma. Al menos tres películas del maestro del suspenso fueron abiertamente citadas: La soga, La ventana indiscreta y Psicosis. Por si fuera poco, la música de Sisters la compuso Bernard Hermann, colaborador del director inglés en los años 50 y 60. La película la protagonizó Margot Kidder, la futura Luisa Lane de Superman.
Después de su surrealista versión de El fantasma de la ópera que fue Phantom of the Paradise, De Palma glosó al Hitchcock de Vertigo en Obsesión. Un año más tarde, en 1976, llevó a la pantalla la primera novela del entonces joven y desconocido Stephen King. Carrie dio inicio a la relación del cine y la TV con la prolífica obra del escritor. La historia de una chica con telekinesis fue un éxito y le valió nominaciones al Oscar a Sissy Spacek y Piper Laurie. Por cierto, el premio de la Academia le ha sido siempre esquivo a De Plama: nunca fue siquiera nominado.
De Palma despidió los 70 con The Fury y Home Movies para comenzar los 80 con una de sus obras emblemáticas: Vestida para matar, en la que reversionó al Hitchcock de Psicosis. Angie Dickinson, Michael Caine y Nancy Allen (entonces esposa del director), protagonizaron la película. En 1981, Allen y John Travolta fueron las estrellas de Blow Out, en la que De Palma hizo su lectura de Blow Up de Michelangelo Antonioni, solo que en vez de con fotos, el asesinato se reconstruye con audios.
1983 fue el año del éxito de Scarface. La ambiciosa remake del clásico de 1932 de Howard Hawks, con guión de Oliver Stone, fue un suceso. Significó la primera colaboración de De Palma con Al Pacino, en uno de sus roles más recordados.
Luego vino Doble de cuerpo, en la que el director volvió a ser un epígono de Hitchcock, en este caso del Hitchcock de La ventana indiscreta, con pizcas de Vertigo. Después de la comedia Wise Guys llegaría una obra mayor: Los intocables.
La película basada en la investigación contra Al Capone en la Chicago de los años 20 y 30 (que ya había tenido una serie a fines de los 50), fue uno de los sucesos de 1987, con Kevin Costner como Eliot Ness. Robert De Niro volvió a colaborar con De Palma en la piel de Capone y Sean Connery obtuvo el Oscar al mejor actor secundario. El guión a cargo del dramaturgo David Mamet y la banda sonora de Ennio Morricone completaron una asociación brillante, en un film en el que el director se permitió hacer su homenaje a la escena de las escalinatas de Odessa de El acorazado Potemkin, de Sergei Eisenstein.
Después de indagar en la guerra de Vietnam con Pecados de guerra, De Palma dio un paso en falso con La hoguera de las vanidades en 1990. Basada en el best seller de Tom Wolfe, la película apenas recuperó un tercio de los casi 50 millones de dólares que costó. El director contó con un elenco de lujo: Tom Hanks, Bruce Willis, Melanie Griffith y Morgan Freeman. El rodaje fue problemático: de hecho, De Palma heredó el proyecto cuando se bajó Mike Nichols y la Warner le impuso a Willis, con quien tuvo una relación conflictiva.
Después de Raising Cain, que significó su vuelta al cine de suspenso, De Palma reincidió con Pacino en Carlito´s Way en 1993. Se convirtió en un film de culto luego de tener un éxito moderado en la taquilla. Además de Pacino, hubo roles de reparto de futuras estrellas como Sean Penn y Viggo Mortensen…además de la presencia del argentino Jorge Porcel.
En 1996, De Palma dirigió la película más taquillera de su producción: Misión imposible. Fue la primera entrega de la saga que hasta hoy protagoniza Tom Cruise. Recaudó más de 450 millones de dólares y generó una franquicia en la que no se volvió a contar con el director, que regresó al mejor suspenso con Snake Eyes en 1998. La película tiene uno de los más portentosos planos secuencia de la historia del cine.
De Palma incursionó en la ciencia-ficción en 2000 con Misión a Marte antes de volver a su cine más clásico con Femme Fatale. Filmada en Francia en 2002, la protagonizó Antonio Banderas, con una banda sonora de Ryuichi Sakamoto inspirada en Bolero de Ravel. Pese a las buenas críticas, no funcionó en la taquilla.
Pasaron cuatro años hasta que De Palma volvió a filmar. Regresó en 2006 con La Dalia Negra, basada en la novela de James Ellroy, a su vez inspirada en un hecho real: el crimen, aún impune, de una mujer que fue encontrada salvajemente mutilada. Un año después llegó Redacted, sobre la guerra en Irak, que le valió a De Palma el premio al mejor director en el Festival de Venecia.
Más recientemente estrenó Passions, en 2012, y Domino, en 2019. Con flamantes ocho décadas de vida, hoy se encuentra en la preproducción de Sweet Vengeance y tiene en carpeta el guión de Catch And Kill.