El blanqueo de capitales expiró ayer. El último dato oficial informado por la AFIP a comienzos de año marcó 97.842 millones de dólares. Ese es el piso para la amnistía ofrecida fiscal por el Gobierno, ya que restan contabilizarse los datos de la última etapa. La cifra final, especulaban ayer funcionarios de la cartera económica, rondaría los 120 mil millones de dólares. Desde la autoridad tributaria indicaron que están terminando de procesar las declaraciones presentadas a lo largo de los últimos días. Por eso, los resultados definitivos serán anunciados la próxima semana por el titular de la AFIP, Alberto Abad, y el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne.
El programa permitió a los evasores regularizar la situación de sus cuentas bancarias en el exterior, activos financieros no declarados, propiedades, vehículos y dólares y pesos ocultos debajo del colchón o en cajas de seguridad. A diferencia de otros blanqueos implementados durante el gobierno anterior, esta iniciativa no exigía repatriar los fondos. Desde la Casa Rosada consideran que la exitosa convocatoria del programa constituye un voto de confianza para su gestión y políticas.
Los plazos para adherir al sinceramiento concluyeron pero la presentación de la documentación respaldatoria fue prorrogada hasta el 17 de abril. El blanqueo de capitales formó parte de la ley ómnibus con la que el gobierno de Mauricio Macri habilitó el pago adicional a una porción de los jubilados, la reforma del sistema previsional y una moratoria fiscal. Hasta principios de enero, el sinceramiento había generado un ingreso extraordinario de 106.700 millones de pesos por el pago de penalidades de entre 5 y 15 por ciento sobre el monto blanqueado que el gobierno prometió destinar a financiar la denominada “reparación histórica”.