El presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Miguel Acevedo, se entusiasma con los niveles de recuperación de la industria en plena pandemia, pero avisa que el año, en la comparación contra el 2019, será duro. En diálogo con PáginaI12, uno de los hombres del establishment que más diálogo tiene con el presidente Alberto Fernández contó que “hoy la preocupación de los empresarios es salir de la crisis, llegar a fin de mes y pagar los sueldos”.
Agregó además que “el tipo de cambio está alto como nunca porque tiene mucho de expectativas” y que “cuando el Gobierno dé a conocer el Presupuesto y las medidas, se van a contener más las variables”.
Respaldó al Gobierno, al que en repetidas ocasiones calificó de “industrialista”, y admitió que el poco tiempo de gestión sin pandemia no le permitió desplegar todas las ideas de reactivación que había. Además, habló de la reacción empresaria ante la marcha policial a la Quinta de Olivos: “cuando se sublevan con armas es jorobado, nunca había visto algo como lo que pasó en la residencia del Presidente”.
-Esta semana el INDEC dio a conocer cifras de uso de la capacidad instalada de la industria, con caída interanual pero un aumento desde abril a hoy importante. ¿Ese indicador puede ser tendencia?
-Es interesante para mirar. La capacidad la tenés al 50 o 60 por ciento, pero hay sectores que están por encima de esa media. El peor mes fue abril, donde sólo producían las plantas de alimentos y sanidad, todo lo demás estaba cerrado. Luego vinieron los protocolos en las fábricas y se fueron sumando rubros. En el caso de industrias, hoy están trabajando casi todas, pero no al 100%. Menos del 10 por ciento está parado completamente.
-Desde el inicio de la pandemia hubo pocos casos en fábricas, ¿eso se mantiene así con las mayores aperturas?
-Hasta ahora, la industria era el lugar seguro, y con más movilidad el lugar sigue siendo seguro. El problema está en cómo se llega a ese lugar seguro. Por eso, estamos trabajando con algunos laboratorios, como Abbott, que está sacando testeos rápidos para que podamos usar con los trabajadores y así tener mayor capacidad de acertar en el diagnóstico.
-Si la producción se activó, ¿cómo ve la demanda?
-Tenes mucha gente guardada, hay movimiento pero no como antes. Turismo y entretenimiento están parados y van a seguir parados. El que hace el café y lo vende en el super está bien, pero el de los restaurantes no. Es complejo el asunto, porque nosotros venimos estudiando el tema de las aperturas en distintos lugares del mundo que están por delante en cuanto al impacto de la COVID, y hay que tener cuidado porque se generan rebrotes. Lo mismo ocurre en el interior del país.
-Hace unos días, una marcha de policías armados y patrulleros rodearon la Quinta de Olivos en un reclamo salarial con alto contenido político y un mensaje peligroso para la institucionalidad. ¿Por qué ninguna entidad empresaria salió a cuestionar el hecho?
-Desde la UIA pensamos en hacerlo, pero como se solucionó, no se sacó nada. No llegó a ser un golpe institucional, pero sí hubo un gesto feo, y por suerte hubo una reacción de la parte política, oficialismo y oposición. El tema fue muy feo, también fue feo porque me hizo a acordar a los que hace unos años pasó con prefectura y gendarmería. Cuando se sublevan las fuerzas que tienen armas y cadena de mandos es jorobado, nunca había visto que se rodeara la quinta de Olivos. El presidente los invitó a charlar y no quisieron.
-Un sector del establishment cuestiona medidas como el DNU de las telcos, la Reforma Judicial y hasta Vicentin. Y se habla poco de lo económico y el contexto, sobre todo viniendo desde donde se venía.
-En lo personal, creo que a este gobierno le tocó entrar y a los dos meses tuvo la pandemia, y eso le desdibujó mucho lo que ya estaba haciendo. Nosotros vemos una mirada más abarcativa que la que tenía el gobierno anterior, y un perfil industrial, no podemos decir que no.
-Me refería a algunos hechos de peso que se pedían desde el sector privado como una condición fundamental para resurgir y que, cuando se concretaron, no tuvieron relevancia. Como el arreglo de la deuda.
-Con la deuda, debo decir que las cámaras siempre apoyamos la negociación, incluso en reuniones en Olivos. Y la UIA lo comunicó de manera pertinente. Fue un gran alivio y una gran oportunidad, porque va a descomprimir todo. El asunto es que ahora hay un ruido político en el medio terrorífico. Te diría que son cuestiones que hay que hablarlas con los tres poderes del Estado. Hay muchas cosas que el gobierno dice, como la reforma impositiva, que son positivas, pero hay que buscar consenso para que sean políticas a largo plazo.
-En este contexto, ¿cuál es la mayor preocupación del sector privado?
-Hoy veo que estamos centrados y preocupados en llegar a fin de mes, pagar los sueldos y volver a vender, esos son los graves problemas. Estás volviendo a recuperarte pero es duro. De ahora en más vamos a ir subiendo, pero es largo. Si miramos los números de la industria para fines de 2020, va a haber una baja fuerte.
-Usted integra el Consejo Agroindustrial. Más allá de ese sector, ¿le ve posibilidades a Argentina de crecer vendiendo afuera?
-Veo potencial exportador, pero en este contexto estamos complicados, el mundo está complicado, están todos tratando de vender. Y acá hay muchos problemas por resolver aún, como la cuestión de los precios. De alguna manera se va a tener que salir del congelamiento, el propio gobierno nos dijo que no es una política de fondo sino circunstancial. Pero luego, el mayor problema seguirá siendo bajar la inflación, que hay que hacerlo más rápido que ahora. Y recuperar el poder adquisitivo de los trabajadores.
-En la UIA hay algunos dirigentes que suelen pedir devaluación en casi todos los escenarios. ¿Cómo analiza usted el tipo de cambio hoy?
-Estamos haciendo un trabajo con eso, vemos que hay una brecha, pero con esa brecha, el tipo de cambio es muy alto. El dólar de 120 pesos no lo hemos tenido ni en 2001, es muy alto. Pero creemos que está sobredimensionado por la expectativa o por que no tenés acceso al dólar. Sobre eso van a tener que actuar en el Gobierno. El 15 de septiembre, con el Presupuesto anunciado, van a comunicar más medidas y van a contener más las expectativas.