Como si cada ser humano fuera una cebolla, el artista visual y pensador austríaco Friedensreich Hundertwasser (1928-2000) elaboró la teoría de las cinco pieles: la primera piel es la epidermis, la segunda es la ropa, la tercera el hogar, la cuarta el entorno social y la quinta la relación con el mundo. El XII Festival de Poesía en la Escuela, que se está realizando de manera virtual con la coordinación de las poetas Alejandra Correa y Marisa Negri, convocó a los chicos y jóvenes, de 5 a 18 años, a “Decir el mundo” con poemas y dibujos. Las consignas proponían escribir sobre lo que ven a través de las ventanas, adónde se irían a vivir (a partir de un poema de Roberta Iannamico: “Dije chau, y me fui a vivir a las lechugas”) o cómo dibujarían el mundo en el que quieren crecer. Agostina, de Río Ceballos (Córdoba), resume lo que les sucede a chicos y adultos por igual a través de un haiku: “Coronavirus/ barbijo y alcohol/ cansada estoy”.
El objetivo del Festival de Poesía en la Escuela es que las chicas y chicos lean y escriban poesía. La convocatoria para “Decir el mundo” cerró el pasado 15 de agosto. Llegaron -cuentan Correa y Negri- más de 1000 poemas e ilustraciones de Jujuy, Santa Fe, Salta, San Juan, Chubut, Río Negro, Santa Cruz, Córdoba, Provincia de Buenos Aires, La Pampa, Chaco y CABA. El resultado es maravilloso; el camino de la poesía en la escuela, que comenzó hace una década, está dando muchos pequeños frutos. Parte del material recibido se puede leer en un blog . Hay poemas que conmueven, como el de Mateo de la Escuela Alas Argentinas de Reconquista (Santa Fe): “Dije chau y me fui a vivir a la escuela…/ donde tengo el desayuno, el almuerzo y la merienda…./ Un patio grande/ muchas habitaciones/ mi favorita/ la sala 5/ ¡¡Qué hermoso es vivir en la escuela!!”.
Decir el mundo se transformará en un libro en ebook y en papel también, que estará disponible en octubre y se distribuirá gratuitamente, gracias al aporte de la Fundación BAF. Desde 2010, los Festivales de Poesía en la Escuela se han realizado en escuelas, bibliotecas, cárceles y centros culturales. De las distintas ediciones participaron poetas como Diana Bellessi, Alberto Szpunberg, Alicia Genovese, Selva Almada, Gabriela Cabezón Cámara, Reynaldo Sietecase, Ángela Pradelli, Margarita Roncarolo, Roberto Raschella, Leonardo Martínez, Roberta Iannamico, Eduardo Mileo, Laura Forchetti, Gabriela Franco y Flor Codagnone, entre otros. A partir del decreto de Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio, adaptaron las propuestas para poder trabajarlas desde la virtualidad, a partir de la teoría de las cinco pieles que Hundertwasser desplegó en sus Manifiestos. Esos manifiestos “nos plantean una profunda reflexión acerca de quiénes somos, cómo vivimos y cómo nos relacionamos con la naturaleza”, advierten las coordinadoras del Festival. Aunque Hundertwasser hacía campañas ecológicas y de paz constantemente, en sus momentos más pesimistas afirmaba que el ser humano no tenía salida y que llevaríamos al mundo a un final inminente.
El aislamiento por la pandemia y el deseo de que la Covid-19 quede en el pasado lo más pronto posible aparecen en varios poemas. Edwin Bulacio, de CABA (Liceo 1) escribe: “A través de mi ventana/ Veo una calle/ Que a su vez está vacía/ Solo autos estacionados sin moverse/ Me gustaría salir/ Ya más no podrá hacerlo/ Dado que esta cuarentena/ Me ha sacado ese privilegio/ Veo a los vecinos por la calle/ Rompiendo un tal decreto/ Y me dan ganas de decirles/ Volvé a casa porque llamo a Alberto/ Mi mamá a veces me dice/ Hijo, ¿qué estás viendo?/ Y yo simplemente le digo:/ Estoy esperando que ya pase todo esto”. La invitación a “Decir el mundo” les permite a los chicos imaginar la vida más allá del coronavirus. “Mis ojos son como la niebla negra/ de las estrellas/ que vuelan en la naturaleza./ Mi nariz es un botón/ del girasol/ en el medio del amor./ Mi boca es como el mar/ que cada ola dice algo/ del universo/ de mis pensamientos”, se lee en el poema de Alma Baggio de la Escuela de Estética de Carmen de Patagones.
Gaia Romano tiene siete años y vive en Río Gallegos. “Soy Gaia/ guardiana de la tierra/ cuido los pájaros y las flores/ me gusta el sol en mi cara/ el aroma de la lluvia/ y la tierra mojada./ Soy Gaia/ Vivo en una casa azul/ en la colina de un sueño/ lleno de picaflores./ Me gusta correr por mi colina/ y jugar a las escondidas/ con las mariposas”. Más allá de la crisis que atraviesa el mundo, miles de chicos y adolescentes escriben y dibuja con la esperanza puesta en la vida del mañana.