La cosa en Salta no mejora con la pandemia, y resulta que en vez de la luz al final del túnel, hoy todo indica que hay una pared que inexorablemente vamos a embestir, porque así como en su momento hubo pruritos para reconocer la circulación comunitaria del virus, ahora los médicos no andan con rodeos para advertir el inminente colapso hospitalario.
En el boxeo se denomina mandíbula de cristal a aquellos peleadores que se desmoronan ante el primer golpe fuerte, y es un calificativo más que correcto para aplicarlo a lo que pasó en la provincia con el sistema sanitario.
Mientras el virus se mantenía encapsulado con los repatriados, el nivel de respuesta sanitario parecía firme, sólido y suficiente, pero bastó que se disparen los casos en Tartagal para encender el alerta, lo que se terminó confirmando con Orán y que podría desmadrarse definitivamente con capital.
En la semana ya fue eyectada Josefina Medrano con pena y sin gloria, al extremo de que segundos antes de su renuncia los diputados oficialistas en el recinto aún le tiraban con los últimos torpedos. Una vez anoticiados del cambio, ningún legislador lamentó su partida y por el contrario pidieron la palabra para saludar al nuevo ministro Juan José Esteban.
La funcionaria había zafado a comienzos de año durante la crisis sociosanitaria en el norte, no tanto por el manejo de la situación, sino porque dos meses resultaban muy pronto para cambiar un ministro. Pero esta vez, cuestionada por propios y ajenos, la continuidad de la ministra que pronosticó 1.500 muertes en Salta por el coronavirus, se le hizo insostenible al gobernador.
El anuncio del volantazo lo realizó Gustavo Sáenz con un mensaje televisado en el que estuvo la mayor parte con la voz quebrada al borde de las lágrimas y pidiendo a los salteños que respeten el aislamiento.
Desde el inicio de la pandemia el mandatario ya cambió el tono de los anuncios por lo menos tres veces. Arrancó durante los primeros cimbronazos del virus en el país con un perfil duro con el que amenazaba sanciones a quienes no respetaran la cuarentena y no ahorraba calificativos como "imbéciles" e "irresponsables".
Luego con el relajamiento de no tener casos positivos y un efectivo control de repatriados, pasó a un estilo pedagógico, que en formato entrevistador consultaba a los médicos y daba consejos de cómo seguir adelante con la pandemia.
Ahora con la situación al límite y la curva de contagios en ascenso intenta dar cuenta de la gravedad de la situación y apela emotivamente a la conciencia de los salteños para cumplir con las pautas establecidas desde el COE, que básicamente son las de insistir con el aislamiento, algo que parece haber surtido efecto en las últimas horas, más allá de alguna marcha de comerciantes ayer por la ciudad.
Esteban se puso al frente de la situación y sale de recorrida por los puntos más complejos de la provincia: Orán y Capital. Pero no descuida Tartagal, Metán, Güemes, Rosario de la Frontera y El Carril, que ya tienen circulación comunitaria.
En la Nación también reconocen la compleja situación de la provincia y, tal como se había planificado allá por marzo, manda insumos y médicos de refuerzos para apuntalar el esfuerzo local.
La falta de recursos humanos será uno de los puntos a solucionar estratégicamente en el futuro. Sencillamente, quedó demostrado que sin médicos no existe sistema de salud, por más respiradores y camas que se tengan disponibles.
Tal como pasó con la suspensión del turismo interno, algunos municipios se adelantan y se meten solos en Fase 1. Esto facilitaría la decisión de llevar a toda la provincia a ese nivel, lo que en estas horas estaría evaluando Esteban con el COE.
Desde lo legal, la situación para controlar el cumplimiento del aislamiento es definitivamente mejor sin los superpoderes policiales que facilitaron una serie de abusos que preocuparon hasta a la Nación, los cuales probablemente sigan sucediendo, pero ya sin el sustento legal que le daba el inconstitucional DNU 255, y la derogada ley 8191.
CarAMBA con la política
La pandemia ha logrado fagocitar cualquier actividad. El día del maestro se “festejó” con la confirmación de que este año ya no habrá clases presenciales, la celebración del Milagro tiene una versión inédita en más de 400 años, a pesar de la tozudez de la Curia que en nombre de un “mandato histórico” (¿Dios es la historia o la historia es Dios?) insistía con sacar en procesión a las imágenes. Y el día de los estudiantes y de la primavera posiblemente en fase de aislamiento lejos estarán de los tradicionales picnics.
En medio, el ministro de Economía logró meter un crédito en dólares para refaccionar el Hospital San Bernardo. Hasta el momento Roberto Dib Ashur demostró ser raro para los mandados, porque desde que la Legislatura lo autorizó a renegociar la deuda que tiene la provincia, ya pagó al contado 16 millones de dólares de un vencimiento y consiguió el préstamo de 20 millones dólares, pero por ahora del regateo de los US$ 380 millones adeudados poco y nada se sabe.
Con el coronavirus omnipresente en Salta, las roscas políticas lejanas se viven como propias. La crisis del AMBA por la pelea presupuestaria entre las dos Buenos Aires obligó a los gobernadores a plantar bandera detrás del presidente Alberto Fernández.
Saénz no solo firmó la solicitada de apoyo, sino que también la militó en las redes sociales pidiendo una nueva ley de coparticipación. Con esto terminó de confirmar su viraje hacia el oficialismo nacional, dejando atrás su pasado Pro friendly.
Igualmente, desde que se fue del Partido Justicialista en 2013 Sáenz consiguió surfear por diferentes olas políticas y no dejar votos en el camino. Ahora, sus simpatizantes peronistas ven esta adhesión pública a Fernández como un regreso a las bases, en pocas semanas tomó el control del PJ a través de Pablo Outes y ahora sumó el apoyo irrestricto a Alberto: no hay dudas, el hijo pródigo ha vuelto.
Por otro lado, los seguidores anti peronistas que tiene Sáenz lo ven como una víctima del Presidente, porque de no firmar esa nota podía quedar sin los envíos de fondos nacionales, vitales en estos tiempos de vacas flacas. Sin dudas el gobernador es el rey del surf.
Pero además metió un segundo tweet en el que, a sabiendas de las posturas que tomarían algunos referentes de la oposición, los instó a pelar la salteñidad por encima de los intereses partidarios. De esta manera se puso en la vereda de enfrente de Juan Carlos Romero, Martín Grande y Virginia Cornejo, que cuestionaron la decisión de Fernández casi tan indignados como unos ambeños más.
Definitivamente, los bandos para las elecciones 2021 ya parecen estar definidos, solo falta saber si el Frente de Todos logrará ser la tercera alternativa con candidatos competitivos o será engullido por esta alianza presidente – gobernador.
Lo que queda y lo que viene
Si bien los cargos que se disputarán el año próximo son todos de carácter legislativo, se supone que los ejes de campaña harán pie en intentar remediar los daños que dejó la pandemia.
La educación será todo un desafío, no solo por evaluar en la práctica lo que hayan aprendido los chicos en las clases virtuales, sino que también habrá que relevar que quedó en pie en el sistema privado.
Los colegios que no reciben subsidios estatales, e inclusive algunos que los reciben, afrontan deserciones y niveles de mora en el pago de las cuotas con niveles récord que ponen en jaque su continuidad. En tanto, en el sistema público los docentes y directivos que reclaman aulas y baños en condiciones, son conscientes de que deberán recibir a los chicos de esos privados malogrados, lo que podría generar un colapso.
El comercio es otro rubro que sentirá fuerte el impacto de una nueva fase uno, al igual que los locales gastronómicos. Gimnasios y canchas de fútbol 5 también se sospecha que tienen para rato sin actividad.
Nombrar jardines maternales, salones de fiestas, peloteros, cines, teatros, piletas, casinos, boliches y clubes, es casi como enumerar tipos de dinosaurios extintos. La otrora brillante Balcarce es ahora un apagado Jurassic Park, que ya venía complicada antes de la pandemia, pero que el coronavirus agravó.
Quedará pendiente para más adelante el análisis del escenario post covid-19, porque hoy, en plena tormenta y con nubarrones negros en el horizonte, ni el más optimista se anima a aventurar un panorama. Solo queda esperar y rogar a la fortuna que los 1.500 muertos pronosticados no se conviertan en el único acierto de la ex ministra.