El clásico de la liga francesa tuvo este domingo una acusación grave: el brasileño Neymar, principal figura del Paris Saint Germain, se fue expulsado luego de una "conducta violenta" sobre el español Álvaro González, del Olympique, y en su salida denunció ante las cámaras de televisión que le había pegado "por racista", en referencia a supuestos comentarios discriminatorios del defensor hacia él en reiterados momentos del partido, que los de Marsella ganaron por 1 a 0.
La estrella brasileña reclamó por insultos discriminatorios en varias oportunidades, en relación a González, al grito furioso de "racismo no, racismo no". Lo volvió a dejar en claro la imagen que lo registra cuando sale del campo de juego, luego de la roja por un golpe que le dio en la nunca al español: "Porque es un racista, por eso le pegué". El jugador europeo, por su parte, no recibió ninguna sanción.
Y no sólo eso. El atacante de la Canarinha, ya finalizado el partido, sostuvo aún con más enojo su posición: "De lo único que me arrepiento es de no haberle pegado en la cara", escribió el futbolista de 28 años en su cuenta oficial de Twitter, mientras diversos medios le bajaban el tono a su denuncia con emoticones que resaltaban su furia y el tono "picante" de la pelea.
Di María también estuvo involucrado en la cuestión. El mismo defensor español le reclamó al árbitro que el rosarino lo había escupido y exigió que se utilizara el VAR para darle la razón (lo que no sucedió), aunque las imágenes que fueron televisadas no permiten dilucidar la cuestión. Lo cierto es que allí fue cuando Neymar comenzó a explicitar su denuncia contra González por racismo.
De cualquier modo, el ex futbolista del Real Madrid no fue el único argentino que vio la tarjeta roja: Leandro Paredes, del PSG, y Darío Benedetto, del Olympique, se fueron expulsados por doble amarilla luego de un cruce fuerte entre ambos, que inició cuando el mediocampista derribó al delantero mientras estaba en el aire. A los tres sudamericanos, se les sumaron (bajo la figura de "conducta violenta") Layvin Kurzawa, del equipo de París, y Jordan Amavi, del conjunto de Marsella; fueron cinco, finalmente, los futbolistas que el árbitro francés Brisard Jerome hizo salir del campo de juego ya cuando el partido estaba en tiempo de descuento. El único gol del encuentro, por la fecha 3 de la Ligue 1, lo marcó para el visitante Florian Thauvin.
Leonardo, director deportivo de PSG, se quejó de que "el árbitro no tiene la experiencia para este tipo de partidos". "Cuando hay 14 tarjetas amarillas y 5 tarjetas rojas, eso significa que el partido estaba fuera de control. Esto es lo primero que debo decir. Después, no defenderé un comportamiento indefendible", dijo el representante del club de París. Lo concreto es que, más allá de las chicanas en la previa entre jugadores, las faltas y las cuestiones disciplinarias, hubo una denuncia de racismo, y el fútbol francés debiera investigarla a fondo.