Mariana Michi se puso el traje de directora de cine y filmó su propia peli. El contexto la llevó a pensar nuevas formas de comunicar y mostrar su música. ¿Por qué no experimentar con las posibilidades del lenguaje audiovisual y la virtualidad? ¿Por qué no pensar, además, una narrativa, una estética y personajes para cada escena? En rigor, La paz obligada es un concierto. Pero no uno tradicional, claro.
"La situación ya generaba que no tenga la dinámica de un concierto en vivo, porque no está el público presente. Hay algo de esa ceremonia que no iba a suceder. Entonces no intenté de ninguna manera replicarla sino, con los elementos de esta realidad, generar un concierto con un perfil más cinematográfico", explica la cantante, compositora y productora.
El concierto –o la peli– fue grabado a comienzos de agosto en el escenario de Niceto Club, con los protocolos sanitarios vigentes. Y estrenará este jueves a las 22 en la plataforma de streaming de la sala porteña. "Nada de todo el trabajo fue a las apuradas, y eso me generó mucho disfrute", dice Mariana. El aislamiento social le permitió encontrar el tiempo para desarrollar una obra de manera más minuciosa y planificada.
"Fue la oportunidad de empezar a manifestar todas las cosas que iba deseando, que tal vez en otro momento, con el ritmo de la vieja normalidad, no era posible", dice. Entre esos deseos cumplidos, estuvo la posibilidad de contar con un elenco de lujo: Julieta Venegas, Juana Aguirre, Loli Molina, Carola Zelaschi y Rocío Ali participarán como invitadas en las canciones, aportando voces e instrumentos, además de Lionel Padrevecchi.
"Durante la cuarentena me puse a escuchar mucho los temas del último show que dimos en La Tangente con mi banda, el 13 de marzo. Lo grabamos en multitrack y presté mucha atención a cómo suenan los arreglos. Y a partir de esa escucha fui armando una lista de temas de un concierto ideal. Empezaron a aparecer los nombres de una manera intuitiva. y entonces fui invitando a medida que iba cerrando cada canción que iba a entrar", desarrolla.
Parece que te tomaste en serio el rol de directora de cine…
--Sí, fue jugar con eso. Soy súper visual y me gusta mucho crear incluso la música desde lo que veo. Cuando compongo, adentro mío veo las capas: texturas, colores, paisajes, imágenes. Y me gusta mucho editar video y hacer remixes. El mundo audiovisual siempre me interesó mucho. Ahora convocamos a Producciones FAV, que son las personas que están realizando toda la parte visual.
A Julieta Venegas, radicada en Buenos Aires hace tres años, la conoció a fines de 2019 cuando la mexicana invitó a Miau Trío, otro de los proyectos de Mariana, a grabar los coros de su último sencillo, Mujeres. "La admiro un montón, me parece una compositora increíble. Y cuando la conocí como persona también me pareció mágica", resalta. "También invité a Loli, que cantó en una canción de Cayó el valiente (2018), Marino, y que durante la cuarentena me invitó a componer una canción."
El repertorio de La paz obligada cuenta, entonces, con canciones de su único disco solista hasta la fecha, y nuevas composiciones que integrarán el segundo: "No sé cuándo lo voy a lanzar. Primero saldrán algunos singles. El disco está producido por mí y casi todo lo grabé yo", revela. En cuanto a la puesta escénica del show, combina la "ciencia ficción futurista y algo medio vintage", con muchos televisores de tubo y una imagen "muy VHS".
Mariana está en el centro de la escena, con un look oriental, y en las pantallas aparecen las cantantes invitadas y los músicos de su banda: Chipi (guitarra eléctrica), Iván Llave (bajo y sintetizadores), Tomás Villarrazo (sintetizadores) y Sofía Malagrino (percusión). "La actualidad de la banda es más electrónica, rockera y pop. Me gusta mucho la música tribal, la música electrónica, me gusta bailar."
Encontrar el tiempo para profundizar en una obra es una de las pocas cosas positivas de este momento, ¿no?
--Hay una idea externa de estar todo el tiempo en actividad y las redes sociales nos piden que estemos constantemente generando contenido, porque sino quedás en el olvido. Y eso hace que estés subida a una rueda que no es fácil de contener. Y más si hacés música. Entonces está bueno respetar el tiempo de maduración de una obra antes de presentarla. La lógica de las redes va en contra de eso.
¿Qué te pasó con esta pausa?
--Toda esta época me hizo dar cuenta de que el ocio es importante también. El tiempo de materializar algo de una manera súper profunda, y también el tiempo de ocio para tener esa energía para hacer cosas. Antes de entrar en un proceso creativo hay un momento en el que tiene que limpiarse el tanque y empezar a armar cosas nuevas a partir de ese vacío. Cuando uno se obliga a frenar, también emergen los pensamientos, los procesos y empezás a registrar mejor. Este concierto nació de haberme vaciado y arrancar de vuelta.
La escena cultural sufre mucho las consecuencias de la pandemia, ¿cómo ves el panorama después de estos meses de confinamiento?
-Siento que sigo muy cercana a esto como para generar una conclusión del panorama. Todavía falta. No puedo hablar del ámbito cultural o musical habiendo tanta falta en el de la salud, siento que es egoísta. Pero veo a mis colegas movilizándose y haciendo cosas nuevas. También estamos rechazando viejos paradigmas y viejas formas que ya no nos sirven. Y viendo cómo encontrar la manera de que las redes e internet sean una plataforma que nos pueda bancar. Todavía está todo muy desacomodado…
¿A qué te referís con viejos paradigmas?
--A que tal vez decíamos que sí a muchas cosas: fechas que no nos convenían, regalar el trabajo. Hay que empezar a darle más valor a lo que hacemos entre todes. Y generar la conciencia de que si uno regala su trabajo, está afectando a todos sus colegas. Entonces, creo que va por el lado de estar más comunicades. Y siento también que el viejo paradigma tiene que ver con ir sola: hay que ir en comunidad y desde ése lugar tenemos que entender cuáles son las mejores formas de vivir de esto. Esto ya venía pasando un poco antes de la cuarentena, pero claramente ahora se torna más necesario. Hay que entender el poder propio y profundizar en eso.