Según la lógica de productividad pocas empresas dicen yo no quiero personas trans en mi espacio. “Lo que pasa es que ganan los prejuicios por sobre las capacidades”, dice Maryanne Lettieri, que escucha seguido esos miedos cuando habla con personal de recursos humanos: ¿Cómo las trato?, ¿qué pronombres uso?, ¿qué pasa si no tienen el cambio de dni?, ¿voy a tener que hacer un baño nuevo? Al calor del decreto del cupo trans en el Estado, SOY habló con Maryanne para entender qué busca el ámbito privado y cómo hacer que el puente entre demanda y capacidad tenga éxito.
Contratá Trans junta los perfiles y los talentos trans invirtiendo la lógica de las consultoras tradicionales, donde las empresas cargan su búsqueda y la sociedad se postula. ¿Para qué dan vuelta el mecanismo? Porque se dieron cuenta que las empresas que desean ser “friendly” decían “yo abro las vacantes pero es población la que no se acerca”. Pero “con ese discurso cierran la discusión y no suelen preguntarse las razones estructurales por las que una persona trans no se postula. Hay una creencia sobre nuestro destino que replica que solo servimos para peluquera, vedette, prostituta o trabajadora sexual. No está mal ninguna de esas cosas, pero lo que buscamos es que haya un abanico más amplio, porque nuestra identidad de género no limita ninguna capacidad, lo que nos limita son los frenos que se nos imponen”, dice Maryanne.
El mecanismo del programa tiene varias fases de acompañamiento. Por un lado, ayudan a quienes buscan empleo para que armen un CV seductor y lo carguen a la plataforma. A la par salen a la búsqueda de empresas y las capacitan sobre todo con sensibilidad: les muestran a personas que quizá nunca en su vida hablaron con alguien trans sobre sus ganas y talento, y que tienen biografías trazadas por la exclusión. Una vez que separan biología, identidad y prejuicios de los puestos que buscan, algunas empresas se abren para recibir los CVs de Contratá Trans. Otras se quedan en esa instancia de capacitación, lo que ya es un primer contacto para el futuro. Al momento hay unas 70 empresas que se capacitaron y una bolsa de trabajo de 400 personas trans.
Trabajando para trabajar
Maryanne hace seis años que es la profesora de inglés e integra la coordinación del Bachillerato Popular Mocha Celis, un espacio que le “expandió la cabeza” a otras realidades. Con humildad y también con orgullo se siente privilegiada: estudió el profesorado en el Joaquín V. González, pasó por la carrera de Comunicación en la Universidad de La Matanza y se le abrieron puertas en grandes empresas como Peugeot. También fue actriz en varios proyectos y es una de las protagonistas de Bajo mi piel Morena, la última película de José Celestino Campuzano que se puede ver en la plataforma Cine.Ar, muy recomendable. Su personaje, casualmente, tiene problemas de inserción laboral, ya que la contratan en una escuela donde su identidad convierte las aulas en un infierno.
En su rol de coordinadora, Maryanne participa de las capacitaciones para las empresas y la primera reacción que percibe son miedos: “Notás que como no conocen sobre el tema por las dudas no se meten, no contratan porque sienten que les va a traer problemas. Lo que hacemos es acercar la problemática de que una persona trans quizá se va a presentar y si bien no va a tener experiencia, es escasa o quizá es el primer empleo formal, no es necesario remarcárselo como raro o darle vueltas para que se sienta señalada. Las empresas están bastante automatizadas al momento de hacer una entrevista y hay preguntas personales que no serían necesarias en absoluto”.
Contratá Trans fue creada por la ONG Impacto Digital en 2018, cuando empezaron el trabajo de hormiga con capacitaciones y charlas. Tenían planeado salir con bombos y platillos este año y aunque la pandemia modificó algunos de sus planes siguieron adelante. El 20 de agosto, hicieron la capacitación online “Hacia un mundo más inclusivo: estados, empresas y cooperación internacional”, certificada por Naciones Unidas e impulsada por las Embajadas de Países Bajos y Suecia. Lograron que 2300 personas de Hispanoamérica y España se sumaran a debatir sobre cómo crear espacios laborales más inclusivos junto a referentes como Alba Rueda, subsecretaria de Políticas de Diversidad de la Nación, Marcela Romero coordinadora regional de la REDLACTRANS y ATTTA, y Rafaella Sánchez Mora, coordinadora de la Unidad Técnica para la Igualdad de Género del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) de Costa Rica.
Si bien algunas contrataciones que tenían apalabradas quedaron en stand by por la pandemia, algunas áreas como tecnología y redes sociales crecieron. “De los 15 puestos que se hicieron efectivos, algunas de las personas tenían títulos pero otras ingresaron con la posibilidad de irse capacitando en el trabajo. También celebramos el vínculo con la Cooperativa ALT, que está íntegramente armada por personas trans que se dedican a tecnología, desarrollo, códigos de programación y diseño. Hubo un gran puntapié por ese lado y también cerramos puestos con tres cadenas muy conocidas de supermercados y farmacias de CABA y provincia, que van a concretar cuando empiece a aflojar todo esto”, dice Maryanne.
Mesa de entrada y salida
Otra diferencia del proyecto con las consultoras de trabajo tradicionales es que el trato con las personas y las empresas no termina cuando se efectiviza un puesto. Hacen un seguimiento para saber si necesitan algo, cuáles son las sensaciones de la persona y el equipo, qué inconvenientes se pueden solucionar fácil y una empresa podría leer como un problema. Por ejemplo, una de las contrataciones tenía que hacer una facturación y en la AFIP todavía no habían hecho el cambio registral, por lo que figuraba con un nombre que ya no correspondía al DNI. Desde la consultora se ocuparon de acompañar en el trámite con la AFIP y hacerlo rápido, para que la persona pudiese cobrar y la empresa no tuviera problemas en sus balances.
El decreto de Cupo Trans del 1% en la órbita del Estado es visto con buenos ojos por Contratá Trans, ya que esperan que la visibilidad genere efecto rebote en el ámbito privado. “A nivel proyecto y personal creemos que es una buena base. Lamentablemente todavía no es una ley sino un decreto, por eso vamos a seguir trabajando en algo más integral que entienda las estructuras de nuestra exclusión en los empleos formales”, dice Maryanne y espera que cuando se debata la ley se entienda la necesidad del seguimiento: “Sirve de poco decir meto a una persona trans y que sufra actos de discriminación o la pase mal. En el programa de inserción laboral del Mocha hicimos incursiones en el Estado y más de una vez hubo problemas con personas a las que las ponían en la mesa de entrada a propósito para decir ‘hay una persona trans trabajando con nosotras’, más allá de que la persona quizá estaba incómoda en ese lugar. Una ley efectiva debe ser integral para poder acompañar. Como la voluntad está, ahora hay que ir por más”.
Más info en contratatrans.org/