Desde el comienzo de la pandemia mundial de covid-19 se estima que nacieron alrededor de 30 millones de bebés en el mundo y con ellos, una nueva generación: los Pandemials, una generación 100% digital, tan hiperconectada como aislada de lo real, que estudiará y trabajará desde su casa, vestirá joggineta y barbijo las 24 horas del día. Sus integrantes creerán que los bebés vienen al mundo a partir de una aplicación que el smartphone de su padre le envía al celular de su madre a través de internet con tecnología 24G y que el wi-fi es tanto o más importante que el agua para que haya vida en el planeta.
Los Pandemials, serán aquellos que, al no haber asistido nunca a una cancha, dentro de unos años, sostendrán el siguiente diálogo con sus padres:
-Hijo, tal vez no me vayas a creer, pero antes de que vos nazcas, los partidos de fútbol se jugaban con gente en las tribunas.
-¡Jajaja! ¡Dale papá, otra vez con uno de tus chistes!
-De verdad, la gente podía asistir a la cancha.
-¿Sin barbijo ni distanciamiento social?
-Por supuesto. Los partidos los veíamos apiñados, comíamos choripán sin sanitizarnos previamente las manos y en vez de barbijo la gente iba con su bandera…Y algunos llevábamos papelitos…
-¿Papelitos?
-Claro. Los papelitos los arrojábamos al campo de juego.
-¿No había cestos de basura?
-Sí, pero se los arrojaba como método de recibimiento al equipo.
-¿De qué siglo estamos hablando? ¿Eso es del tiempo en que la Selección Argentina salía campeona del Mundo, Michael Jackson era negro y Patricia Bullrich peronista?
- Preguntale a mamá si no me creés. Buscá fotos de partidos de antes del 2020, vas a ver que en esos lugares que rodean al campo de juego que llamábamos tribunas, había sillas donde la gente se sentaba.
-Sí, puede ser. Vi fotos, pero no sabía que eran personas de verdad. Pensé que eran de cartón, como los hinchas que se ve en la Bundesliga… ¿Esa era gente pobre, no?
-No entiendo…
-Digo, la gente que iba a ver los partidos a la cancha era gente que no tenía televisor ni wi-fi en su casa y por eso iba ver los partidos de manera presencial, ¿no?
- Es largo de explicar… A ver, hijo… Ocurre que aquél modelo tradicional del fútbol que yo disfruté desde chico, con la pandemia debió cambiar drásticamente para seguir vigente… Pero no te quepa duda que lo mejor del mundo es ir a la cancha. La alegría mayor que yo tenía cuando tenía tu edad era ver los partidos en la cancha. Fuimos muchos años juntos con tu abuelo y con tu tío Gogo. Es más, con Gogo a veces nos colábamos en la hinchada y hasta nos subíamos arriba del paravalancha.
-¿De ahí se veía mejor?
-No necesariamente. Era peligroso, pero estábamos cerca de los que no paraban de cantar.
-Ah… Entiendo, ahí se ubicaban coros.
-No eran coros, se les llamaba barra brava. Estaban los Borrachos del Tablón… La 12… La Guardia Imperial… La Gloriosa Butteler… Los Guerreros…Cantaban cantitos alentando al equipo.
-¿Y eso hacía que el equipo gane?
-No siempre.
-¿Y entonces para qué servía ir a cantar? ¿Por qué no veían el partido online y si creían que se sentían mejor acompañados con canciones de fondo, por qué no les grababan un disco y listo?
-Porque ir a la cancha era ir a emocionarte, a que te explote el corazón de alegría, a que se te llene el alma con ver los colores de tu camiseta, era seguir a tu equipo de local y de visitante, no sólo cuando tenías wi-fi.
- ¿Una emoción parecida a la de jugar al FIFA 34 con tu PlayStation 15 Digital Edition con Dual Control Master 3D y cámara HD?
-Sí, igualita, hijo… Igualita.