Miyazaki completo
Aún no ha abierto sus puertas pero ya se jacta de ser el “principal museo del mundo en elevar las artes y ciencias cinematográficas”, prometiendo muestras “dinámicas e inmersivas que contarán las muchas historias detrás de las películas: desde sus artistas y tecnologías hasta su impacto social”. No se anda con chiquitas la Academia de Hollywood que, tras algunas demoras, finalmente ha plantado fecha de inauguración para el flamante Academy Museum of Motion Pictures. Será a fines de abril del próximo año, con una exposición a la altura de las despampanantes circunstancias: la más grande retrospectiva dedicada al extraordinario Hayao Miyazaki fuera de su Japón natal. Al menos, a decir de los curadores Jessica Niebel y Raúl Guzmán que, en colaboración con Studio Ghibli, presentarán más de 300 objetos clave de la carrera del director, algunos nunca antes exhibidos fuera del país asiático. De su genial e imaginativa mano, storyboards y primeros esbozos de personajes, bocetos conceptuales y fondos, además de afiches y clips de sus fantásticas películas: todo mononamente organizado y presentado en siete áreas temáticas para los visitantes que decidan seguir a Mei, la petite protagonista de cuatro añitos de Mi vecino Totoro, que recibirá y llevará al Túnel del Árbol. Un espacio transicional que conduce a los mundos encantados de Miyazaki, recordando los primeros pasos como diseñador y continuista de Heidi y su debut como realizador con Lupin III: El castillo de Cagliostro, hasta los inoxidables éxitos que les sucedieron. Hecho el anuncio, lanzados los primeros avances en forma de ilustraciones de su puño y pluma, que harán las delicias de los tantísimos fans de cintas como Nausicaä del Valle del Viento, El castillo en el cielo, Porco Rosso, El viaje de Chihiro, La princesa Mononoke, y siguen las firmas.
Los materiales de Keith
Recrearse recreando el estilo de Keith Haring, rutilante artista callejero de la escena neoyorkina de los 80s, está más al alcance que nunca. Y es que, en el año en el que se cumplen tres décadas de su muerte, siguiendo su máxima de que el arte es para todos, una firma ha querido rendir homenaje a su legado con simpática iniciativa: lanzando una colección de decenas de pinceles digitales basados en los que antaño fueran sus instrumentos originales; entre ellos, tiza, tinta sumi, rotuladores, pintura en aerosol, punta de fieltro… Algo que, según aclara el ilustrador detrás de la faena, el prestigioso Kyle Webster, ha sido un reto técnico porque “sus herramientas y técnicas aparentemente simples son engañosamente difíciles de emular”. “Keith utilizaba objetos que pueden encontrarse en cualquier tienda de arte, pero es la manera en la que los usaba la que dotaba a su estilo de un carácter único”, explicó Webster, fichado para traducir las pinceladas del grafitero al formato virtual. Por la empresa Adobe, dicho sea de paso, que con el aval de la Fundación Keith Haring, ya las ha puesto a disposición en forma gratuita para programas como Fresco y Photoshop. Por lo demás, detallando algunos de los aspectos clave a los que prestó especial atención, como el hecho de que “la obra se hacía velozmente y con materiales húmedos, tintas y pinturas, que tienden a gotear”, Webster cuenta que incluyó “un conjunto de pinceles a los que se les pueden añadir efectos de goteo”. Un ejemplo, apenas, de una iniciativa para entretenerse poniendo en los zapatos del celebérrimo Haring. Cuya colección privada, en temas vinculados, en breve será subastada por Sotheby’s. Personas con suficiente pasta podrán pujar por alguna de las más de 140 obras, incluidas piezas de Warhol, Basquiat y Lichtenstein, desde el 24 de septiembre hasta el 1 de octubre.
Dildo-Trump
“La cuestión de los monumentos en mi país está en el centro de la escena, con estatuas confederadas siendo derrumbadas y nuestro presidente considerando seriamente agregar su rostro al monte Rushmore”, dice el artista y diseñador estadounidense Stephen Manka, que meses atrás empezó a imaginar cuál sería una representación apropiada para ¿cerrar? la era Trump. Tras darle muchas vueltas al asunto, se le prendió la lamparita: un retrato de Donald íntegramente hecho con consoladores. Logró hacerse este varón de Cleveland de un lote de dos mil antiguos dildos de metal, chatarra que pronto acabaría en el basurero, y les dio renovado uso en una obra de gran escala que se llama, cómo no, Scrotus. Mote que, a su entender, le sienta de mil maravillas al gobernante, hecho aquí a base de una variedad increíble de juguetes sexuales: “Están las evidentes y un pelín desagradables versiones hiperrealistas, pero también artefactos encantadores que parecen salidos del templo de Kama Sutra”. Aunque desconoce el origen de tan ecléctico y numeroso botín, presume Manka que puede tener que ver con la temprana producción de pornografía y sex-toys en su ciudad gracias al empresario pionero Reuben Sturman, conocido como el “Walt Disney del porno”. Hipótesis que no ha logrado corroborar pero que, a los fines, tampoco viene a cuento: el interés de Stephen hoy es juntar 75 mil dólares para sacar a pasear su pieza durante la campaña electoral. De momento, solo ha reunido unos 10 mil vía Kickstarter, pero no pierde la fe. ¿Su gozo en un pozo? De ninguna manera. “Voy a lograr llevarlo al formato vertical, darle un marco dorado; mostrar este trabajo que aúna fotografía, escultura, objetos encontrados y una declaración política decididamente cargada”, arremete quien dedicara horas y horas a conseguir los efectos de sombra correctos mediante una cuidadosa consideración de longitud, densidad y forma de su materia prima.
Aquí, allá y en todas partes
Dos personas desconocidas se escriben por Whatsapp; una es belga, la otra argentina. Se presentan como gustan y hablan del cotidiano, de miedos y canciones favoritas. Comparan circunstancias y confiesan secretos. Cuentan qué extrañan del ayer, qué podrían extrañar del atípico hoy dentro de diez años. Cada cual escribe en su idioma, mediando herramienta vital, fértil al error: el traductor online. Y en el intercambio van trazando un relato de lo íntimo, de lo singular, que junto a otros chats de otras duplas oficiarán de “retrato colectivo multilingüe de la pandemia”. Tal es la intención detrás de Aquí estoy, experiencia performática creada por la actriz, directora y docente Manuela Méndez que, en colaboración con Anneleen Hermans, del Espacio Projecthuis Sinrumbo, de Lier, lanzaron una convocatoria en sendos países, logrando que 70 personas se anotaran para la acción. Acción de la que participaron belgas y argentinos, sí, pero también gente de Brasil, México, Chile, España, Francia. Con entre 20 y 70 años, dicho sea de paso, y de los más variopintos oficios: desde docentes hasta artistas, desde ingenieros hasta camareros, desde comerciantes hasta empleados estatales. “Desde hace un tiempo, vengo indagando en la performance por fuera de la lógica escénica, y dado el momento actual y esta gran necesidad que se nos configura de querer conectar con los demás, quise dar cuenta de la potencia del encuentro aún a distancia, generando un dispositivo lúdico que permitiera que aparezca el relato de lo interior, de lo subjetivo, de lo sensible, por fuera de las cifras, del discurso político y mediático”, dice Méndez, notable -como actriz- en obras como Los días de la fragilidad, de Andrés Gallina. Confiesa que armó las duplas siguiendo un criterio rector: “Que hubiese una mixtura de idiomas para que, al principio, no supieran qué decían los textos que recibían”. Torre de Babel deliberada en pos de que se involucraran realmente, “tuvieran auténtica voluntad de entender y darse a entender al otro”. A partir de distintos temas, diferentes consignas, que ella misma les enviaba en forma semanal. “Aquí estoy tiene dos instancias: la experiencia en sí misma, que transcurrió en el mes de julio; y la huella o registro, una transcripción y traducción literal de todos y cada uno de los intercambios, que acabamos de subir a aqui-estoy.com.ar”, dice Méndez, que no sucumbió a la tentación de editar: “Hubiese sido más sencillo en términos de resultado, pero decidimos sostener este tipo de textualidad, no estetizar la experiencia”. Lo más conmovedor, dice, “es la confianza que fue apareciendo entre las parejas, cómo han ido alcanzando niveles muy altos de intimidad; además del esfuerzo por hacerse comprender, porque se entiendan referencias del día a día. Ahí aparece la condición de lo poético: en esos detalles que hacen a las pequeñas bellezas”. Por lo demás, adelanta que no termina aquí la iniciativa sino que “seguiremos engordando el archivo a partir de una nueva convocatoria con base tripartita en Alemania-Bélgica-Argentina, que lanzaremos el mes que viene, esperando armar nuevas redes”. Con nuevos participantes y el mismo dispositivo, amén de saltar fronteras y permitir que, aún en situación adversa, los encuentros se sigan multiplicando.