Que al cine latinoamericano le cuesta encontrar espacios de visibilidad no es ninguna novedad. Se trata, por el contrario, de una de las huellas más visibles de las falencias estructurales de la distribución y exhibición audiovisual de la región. Con el objetivo de remendar –al menos parcialmente- este problema es que durante este mes se llevará adelante el Festival Mira Pa’cá, que por obvias razones debutará en el terreno de lo virtual luego de dos ediciones presenciales. El evento creado en 2018 presentará de manera rotativa una selección de títulos contemporáneos provenientes de 15 países de Latinoamérica, a los que se sumarán producciones españolas y portuguesas como invitadas. El contenido podrá verse de manera gratuita en la plataforma Cont.ar desde este jueves.
Organizado por las embajadas de los países participantes (Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Cuba, Ecuador, España, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, Portugal, República Dominicana y Uruguay) junto al Ministerio de Cultura de la Nación, la Secretaría de Medios y Comunicación Pública y el Museo Nacional de Bellas Artes, Mira Pa’cá contará con 18 largometrajes y nueve cortos, varios de ellos inéditos en la Argentina, “especialmente elegidos por su calidad y su representatividad, conformando una muestra variada de la experiencia social, política y, sobre todo, estética de nuestra parte del mundo”, según afirma la información oficial.
Desde bien al norte llegará Príncipe de paz, en la que el mexicano Clemente Castor muestra el día a día de un grupo de adolescentes que viven en las afueras de la capital, un lugar sin solución de continuidad entre la ciudad y el campo que opera como escenario de las tensiones entre la violencia criminal urbana y el vínculo con la tierra. En Inocencia, por su parte, el cubano Alejandro Gil recrea las vivencias de varios estudiantes de Medicina que en noviembre de 1871 fueron encarcelados en La Habana a raíz de una acusación falsa. República Dominicana estará representada por Colours, de Luis Cepeda, cuya protagonista es una joven con gran talento para la pintura que viaja del campo a Santo Domingo en busca de nuevos horizontes, todo en medio de un enfrentamiento con su padre.
Guatemala aportará dos largos. Uno es La casa más grande del mundo, de la realizadora Ana Virginia Bojórquez, que sigue a una niña indígena que debe hacerse cargo del rebaño de ovejas familiar cuando su madre comienza su trabajo de parto. El otro se llama Hostal Don Tulio, está dirigido por Rodolfo Espinosa y tiene como protagonista a un hombre con problemas con las mujeres, un hijo y un hostel para turistas internacionales armado en la casa de su abuelo, tres cosas que su familia, que lo visitará para celebrar las fiestas de fin de año, desconoce. ¿De qué se ríe el público en las salas de Honduras? De comedias como De lo que sea, centrada en cinco profesionales sin trabajo que, cansados de fracasar una y otra vez en entrevistas laborales, deciden incursionar en el terreno de los microemprendimientos. También dentro de la comedia se inscribe la costarricense El baile de la gacela, de Iván Porras, en la que un hombre arisco y ermitaño de 72 años, que en su juventud supo brillar como futbolista, encuentra un nuevo desafío en un concurso de baile tropical.
Dos documentales intentan alumbrar distintas aristas de la historia centroamericana. En la panameña Panamá Al Brown: cuando el puño se abre, Carlos Aguilar Navarro recupera la figura de Teófilo Al Brown, quien murió igual de pobre que como nació aun cuando fue el primer iberoamericano en coronarse campeón mundial de boxeo. Por otro lado, a poco más de un cuarto de siglo del fin de la guerra civil en El Salvador, el realizador Julio López Fernández filmó La batalla del volcán, en la que varios ex combatientes de ambos bandos se reúnen para un encuentro que abrirá viejas heridas. El recorrido por la zona más angosta del continente culmina con el proyecto colectivo Días de luz, una ficción que imagina a Centroamérica azotada por una tormenta solar durante cinco días que obliga a los habitantes de estos países a enfrentar la vida con los elementos más básicos, despojados de toda comodidad y sin conexión digital alguna.
La peruana El acuarelista, de Daniel Rodríguez Risco, tiene como protagonista a T, un oficinista gris y silencioso cuyo sueño es pintar una gran acuarela, una idea que sus vecinos y compañeros de trabajo no ven precisamente con buenos ojos. El documental brasileño Pagliacci, por su parte, muestra la preparación de una versión “clownesca” de la ópera del título, indagando así en los mecanismos que mueven los hilos del humor. El director chileno Nicolás Guzmán ha reconocido en varias entrevistas su fascinación por el manga y el animé, dos influencias evidentes en Víctima mortal, cuyo relato acompaña a una vampira (interpretada por la cantante Sofía Oportot) que termina como prisionera de una particular plataforma de chat. Mangoré, por el amor al arte –que con un presupuesto de 1,3 millones de dólares se convirtió en la película más cara del cine paraguayo– ofrece una recreación de la vida del guitarrista Agustín Barrios, conocido popularmente como Mangoré.
España y Portugal, los países “invitados”, aportarán Costa da Morte, de Lois Patiño, y Pedro e Inés, de António Ferreira. El título de la primera hace referencia a una zona al norte de Galicia constantemente bañada en niebla que durante siglos fue considerada “el fin del mundo”, pero allí también viven personas a quienes el mar provee de sustento, tal como ocurre con los pescadores y trabajadores seguidos por la cámara de Patiño. El de la segunda, al Rey portugués que en siglo XV desenterró a su amada para coronarla. Ambos personajes llevan adelante el relato imaginando varios encuentros románticos en distintas épocas.
Las últimas dos películas son conocidas en estos pagos. La uruguaya Mr. Kaplan, de Álvaro Brechner, está protagonizada por un hombre de 70 años que empieza a creer que un vecino es un antiguo criminal nazi, por lo que decide, con la ayuda de un ex policía, capturarlo y llevarlo a Israel. La representante local del ciclo será Los sonámbulos, el multipremiado film de Paula Hernández centrado en el conflictivo mundo interno de una mujer que debe sumar a un matrimonio problemático y una hija adolescente sonámbula los problemas familiares generados por la posible venta de una propiedad.