La misión SAOCOM, que se acaba de completar con el lanzamiento de SAOCOM 1B el domingo 30 de agosto, lleva al espacio una compleja tecnología de observación de la Tierra que representa una importante mejora en las capacidades de observación respecto de los sensores ópticos usuales. Se trata de un instrumento activo denominado Radar de Apertura Sintética, que opera en banda L del espectro electromagnético.

Los satélites SAOCOM fueron diseñados para producir mapas de humedad de suelo y obtener información de la superficie terrestre en cualquier condición meteorológica u hora del día. Esto es posible porque las microondas del radar son capaces de atravesar las nubes y “ver” tanto de día como de noche lo que hace que el SAOCOM sea útil para prevenir, monitorear, mitigar y evaluar catástrofes naturales o antrópicas.

Si bien la prioridad de la misión SAOCOM es la agricultura argentina, la gama de aplicaciones que tiene es muy amplia y más aún considerando su integración con el sistema italiano Cosmo-Skymed, constituyendo así el sistema SIASGE, el Sistema Ítalo-Argentino de Satélites para la Gestión de Emergencias. Esto permite ampliar su alcance, especialmente en aquellas aplicaciones que requieren un seguimiento temporal frecuente, tal es el caso de emergencias como inundaciones u otras aplicaciones, como la detección de barcos pesqueros en el Mar Argentino.

La disponibilidad internacional de imágenes radar en banda L con fines operativos, necesaria para generar los mapas de humedad de suelo, aún hoy es prácticamente inexistente fuera del SAOCOM. Solo existe a la fecha la misión ALOS de Japón, pero no está disponible con fines operativos. Cumplir los objetivos del Plan Espacial Nacional de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), requería encarar un desarrollo de alta complejidad que demandaría un gran esfuerzo, pero que también dejaría importantes conocimientos en el Sistema Científico-Tecnológico Nacional, en especial en materia de Radar, que sabíamos iba a permitir desarrollar nuevas áreas tecnológicas.

Y así está ocurriendo, porque gracias a la adquisición de este conocimiento que motorizó el proyecto SAOCOM, la Argentina cuenta hoy con la radarización de su espacio aéreo con radares 2D en 23 aeropuertos, 6 radares tipo 3D de alta potencia para seguridad, 11 radares meteorológicos, radares portátiles, móviles y varios otros desarrollos de radar, totalmente diseñados y construidos en el país por la industria nacional, lo que representa además una importante oportunidad de exportación en temas de alta tecnología. Y este es solo un ejemplo de los varios que podrían mencionarse.

La misión SAOCOM es una misión espacial del mayor nivel tecnológico internacional, en la que participaron más de 900 profesionales argentinos de distintas instituciones del Sistema de Ciencia y Tecnología Nacional, que muestra al país a la altura de las principales agencias espaciales. Este cuadro posiciona a la Argentina en una situación de liderazgo en la región. Es fundamental consolidar este logro y desde allí seguir creciendo. Debemos convencernos de que el desarrollo científico-tecnológico nacional puede y debe ser no solo un legítimo orgullo, sino una importante fuente de recursos para mejorar nuestra calidad de vida.