El equipo económico le jugó una ficha fuerte al objetivo de resguardar las reservas internacionales, contemplando que de ese respaldo depende, en buena medida, que el programa de recuperación productiva y generación de empleo pueda tener éxito. La reacción del mercado en las primeras horas resultó negativa, tanto por las opiniones en contra de las medidas como por el reflejo en las principales variables: caída en la bolsa y de títulos argentinos en Nueva York, caída de los bonos soberanos, suba del riesgo país y salto del valor de los "dólares paralelos". Pero estaba previsto. Lo que sucedió ayer en los mercados no es una prueba de descontrol de la situación: es el reflejo de una confrontación entre los grupos dominantes en el sector financiero de un lado, y la sociedad del otro. Los primeros son los que pugnan por una megadevaluación que, en medio de una crisis, significaría una monumental transferencia de ingresos a su favor, ya que exportan en dólares, cotizan sus activos en dólares y tienen muchos en el exterior.
La sociedad (trabajadores en general, jubilados) serían los perjudicados por una devaluación que inevitablemente se trasladaría a los precios y desvalorizaría sus ingresos: salarios o haberes previsionales. Esta es la batalla que libra hoy el gobierno en la plaza cambiaria: que los devaluacionistas no le tuerzan el brazo con un golpe de mercado que dejaría herido de muerte al programa de reactivación productiva y de ingresos de la población.
Al hablar en el acto en el que se presentó el Plan Conectar, en Benavidez, el presidente de la Nación dedicó un breve párrafo al tema del dólar. "Tenemos una lógica de la economía que ya no promueve más la especulación y quiere que el dólar deje de ser un mecanismo de especulación, una variable para que algunos acumulen dólares, en un país donde hacen falta para producir, no para guardar", advirtió.
Esta es la lógica que impulsó la decisión de encarecer el precio del dólar ahorro, imponiéndole una retención como anticipo de impuestos del 35% a su valor de venta, y a restringir la venta de dólares a las empresas para el pago de sus deudas con el exterior, ya que a partir de ahora sólo podrán obtener en el mercado oficial el 40% de los pagos de intereses y de capital que venzan en cada período. El resto lo tendrán que pagar con recursos propios o lograr su refinanciación.
No es un tema menor el del pago de la deuda privada al exterior. Según datos de un informe que tienen en elaboración los especialistas Claudio Lozano y Alejandro López Mieres, del IPyPP, en los primeros siete meses del año lo que el Banco Central perdió en reservas para atender las compras de ahorro para atesoramiento ascendió a 1826 millones de dólares. Pero lo que entregó para el pago de intereses "de provincias y sector privado", más los pagos de capital por préstamos financieros y títulos, sumaron 6757 millones de dólares (excluídos los pagos de deuda del gobierno nacional).
Aunque el Banco Central presenta en forma consolidada los pagos de provincias y empresas privadas, es claro que en el período en cuestión sólo una parte menor corresponde a las provincias. Con que sólo un 75% correspondiera al sector privado, estaríamos hablando de pagos por más de 5000 millones de dólares al exterior entre enero y julio: 2,8 veces la cifra de las ventas de divisas como dólar ahorro.
Este otro drenaje, el de las empresas privadas, es el que el equipo económico busca atenuar poniéndole un límite y tratando de empujarlos a refinanciar sus deudas en vez de adelantar su cancelación especulando con una inminente devaluación. Esta medida, principalmente (más que el impuesto sobre el dólar ahorro), es lo que provocó la reacción en contra del llamado "mercado", más correctamente definido como intereses económicos y financieros dominantes (grandes empresas, exportadores y bancos).
Ayer el ministro Martín Guzmán explicó las medidas para la agencia Télam. "El primer objetivo es dejar de perder reservas. En los primeros meses esperamos que frene el drenaje de reservas; luego, más adelante, buscamos que se empiecen a acumular reservas y una vez que Argentina tenga un frente fortalecido, ahí sí buscaremos transitar hacia otro esquema de regulación de la cuenta capital (de la balanza de pagos)". "La estabilidad cambiaria es un activo para toda la economía", expresó Guzmán, pero advirtió que se busca encarar el problema "de manera integral". "Por eso dijimos que prohibir el dólar ahorro no es la solución, eso era encarar un solo problema en forma aislada, nada más que para aguantar".
La regulación de la cuenta capital implica que el Estado intervenga en las condiciones de endeudamiento también del sector privado. "Las empresas tienen una deuda financiera en dólares que creció brutalmente", remarcó, una deuda cuyas exigencias son incompatibles con la actual situación del país.
La medida defensiva que adoptó el gobierno para cuidar las reservas tiene su contracara en la respuesta de los que especulan con la devaluación. Impulsan la elevación del precio de los dólares paralelos (contado con liqui, dólar MEP y blue) como arma de presión. Son las herramientas con las que hacen su trabajo los sectores que pugnan por una megadevaluación del dólar comercial (ayer en 75,25 pesos). Sobre este último valor es al que se dirige la presión.
Se habla de "brecha cambiaria" para expresar la diferencia entre el valor "oficial" del dólar y el que "debería tener" según el mercado (los especuladores). Al generar un clima de "incertidumbre" y "descontrol"a través del salto de los dólares paralelos, estos sectores especulativos logran poner incluso a sectores medios que ahorran en dólares de su lado, aunque el escenario que buscan (una megadevaluación) impactaría en el ingreso de esas clases medias, y sus ahorros en dólares resultaría un insignificante paliativo.
Hay un costo político que el gobierno decidió pagar con estas medidas. "Era necesario responder parando el drenaje de reservas, la suba del paralelo en una primera etapa era inevitable pero vamos por un objetivo mayor, preservar las condiciones para poder recuperar la producción, el empleo y el mercado interno", describió anoche una fuente del gobierno. Los especuladores ya desplegaron sus armas conocidas. El gobierno intenta crear las propias.