La Policía de Salta concretó ayer el desalojo de unas 90 familias de la Comunidad Guaraní Cheru Tumpa, que desde hacía meses ocupaban un baldío en el pueblo de Colonia Santa Rosa, del departamento Orán. La medida fue ordenada por el juez de Garantías Francisco Oyarzu, de la ciudad de Orán, a pedido de la titular registral del predio, Mirta de Manero, y en el inicio del operativo fue detenido el joven guaraní Claudio Orquera, quien estaba filmando y requería que la Policía exhibiera la orden judicial. Anoche se dijo que había sido liberado.
Bien temprano, policías de la misma Colonia Santa Rosa y de Urundel y Orán, formaron filas en un espacio vecino, y desde ahí se abrieron en patrullas que avanzaron hacia las viviendas que los ocupantes habían venido levantando según sus posibilidades, algunas son casas hechas y derechas, y otras son refugios completados con plásticos y palos.
El avance de los policías fue seguido atentamente por gente temerosa, que aún tiene fresca la memoria de la represión perpetrada en julio pasado, cuando hubo otro desalojo en el que hubo detenidos y hasta niños muy pequeños recibieron balas de plomo. Esta vez no hizo falta, los propios ocupantes habían empezado a la noche a sacar sus cosas y a desarmar lo construido.
El predio ocupado es vecino del Asentamiento Gauchito Gil, que viene de 2015, en tierras de la Finca Manero.
El aviso de desalojo les llegó a las familias el 3 de septiembre. Es una intimación dirigida a cinco personas "a retirar todos los bienes muebles que ellos hubiesen ingresado al lugar o adherido al suelo". El texto de la cédula firmada por el juez Oyarzu es amplísimo: además de los cinco ocupantes notificados con nombre y apellido, es extensiva "a las personas que de ellos dependan, que integren su grupo familiar, con los que mantuvieren ostensible trato familiar" e inclusive a quienes "se encuentren de algún otro modo vinculados" a ellas.
Por eso, cuando llegó la policía, varias familias habían comenzado a desarmar sus casitas y a levantar sus pertenencias, antes de que se les destruyeran.
Algunas familias volvieron a convivir con otras en las casas paternas, pero otras no tuvieron esa posibilidad y quedaron ahí nomás, "en la intemperie, cuidando sus cosas. pero cada dos por tres viene la policía y nos corre, que no tenemos que estar ahí", relató a Salta/12 el mburuvicha (cacique) Raúl Ceballos. Otras dos familias fueron acogidas en el merendero del Movimiento Evita, cuya referente local, Marina Balverdi, se ocupó todo el día ayer de asistir a los desalojados.
"Quedaron varias familias sin lugar donde vivir, nosotros hemos acomodado un par de familias. Muchísima gente que en realidad no tiene donde vivir, quedaron en situación de calle", contó Balverdi. Algunas personas se instalaron en la parte de atrás de Gauchito Gil. "Son cantidad de gente, cantidad de niños, fue horroroso ver la gente como desarmaba sus casas, gente llorando, gente desesperada. Una tristeza", lamentó.
Balverdi describió el operativo como "un desastre", pero señaló que "dentro de todo fue pacífico", en comparación con el de julio, aunque relató que cuatro familias se resistieron a abandonar sus casas y los policías ingresaron y les sacaron los techos "para que no vuelvan". Estas familias aducían haber comprado los terrenos.
Ceballos resultó con una herida en la cabeza. Contó que en el operativo estaba el mismo comisario de la represión de julio, que ya entonces lo buscaba para detenerlo. Dijo que se le acercó: "Ah, vos sos Ceballos", le dijo apuntándolo con el dedo. Luego "me hostigaba, me presionaba y yo me puse nervioso y estaba golpeando una madera cuando de pronto se me cayó un tirante en la cabeza y me hicieron cuatro puntos". Cuando volvió del hospital "estaban desarmando las casas los agentes policías, a patadas, con hachas, con lo que sea, burlándose de la gente".
"Ha sido algo terrible hoy lo que pasamos. No respetaron ni siquiera a la gente anciana", ni a los niñas ni embarazadas, añadió. Dijo que el comisario "alardeaba" con que él es auxiliar del juez y al final Ceballos se tuvo que ir porque temía ser detenido.
El operativo se detuvo al mediodía, la Comunidad no sabe las razones. "Acá desgraciadamente nosotros no entendemos mucho de leyes y acá en la Colonia la policía hace mucho abuso de autoridad", sostuvo Ceballos. La fiscala penal de Pichanal Sofía Fuentes, que interviene en el proceso penal y que en julio había pedido la detención de la comunera Yamila Beleizán, ahora se enteró del desalojo cuando ya se estaba concretando, según se informó desde el Ministerio Público Fiscal. Además, existía un proceso de mediación.
Hablar con el Presidente
En la conversación con Salta/12 el mburuvicha terminó llorando. Empezó hablando de los abusos que sufren como pueblos originarios, "los sueldos son muy bajos, no nos alcanza para comer", no tienen agua ni energía eléctrica y "ni los diputados, ni el gobierno provincial, ni los concejales", ni el intendente de Colonia, Mario Guerra, se acercaron "por lo menos a preguntarnos qué es lo que nos hace falta o cómo intervenir". Dijo que por esto sueña con poder hablar con el presidente Alberto Fernández, o "con la vicepresidenta".
Sostuvo que si bien le pasa como a su abuelo, que casi no hablaba castellano y decía "corazón quiere pero lengua no puede", si "tuviera la posibilidad de que el presidente de la Nación me escuche. De hablar con él. (...) De hablar como aprendí, porque no tengo un vocabulario rico, no tengo palabras con términos para expresarme, pero trato de hacerme entender", le contaría de las dificultades que tienen en su lugar.
"Yo vi mucha discriminación, muchas cosas feas que le hicieron a mi gente" y "quisiera que el presidente de la Nación me diera la oportunidad para hablar con él, no sé si será posible. No sé. Es un sueño que tengo, hablar con él", porque en Salta las autoridades "no nos dan importancia a nosotros". "Para ellos somos la peor mierda que existe en la Argentina, por eso nos tratan de esta manera", agregó llorando.
Enseguida pidió perdón, "no puedo ya aguantar mi enojo, mi rabia. Y el dolor que tengo. Porque yo también quiero que mi Comunidad pueda sonreir, que se levanten a la mañana para ir a su trabajo, porque nosotros somos gente de trabajo, sabemos trabajar, y queremos ser parte de la sociedad para poder tener los mismos derechos, de sentarnos también en una mesa familiar y poder compartir con nuestra familia. Hay hermanos que esta mañana han salido a trabajar a las 5 de la mañana y cuando volvieron se encontraron conque su casa estaba toda destrozada por la policía. Y es triste". "Perdonemé que le hable de esta manera, con el dolor este que tengo", insistió.
"A lo mejor podamos pagarlo"
Ceballos sostuvo que quieren pagar por los terrenos. "Nosotros tomamos esas tierras porque hace ya más de veinte años que estaban abandonadas, eran un nido de delincuentes, era un basural a la vuelta del galpón de Manero", describió. Recordó que "en ese monte ha habido violaciones", ahí se desarmaban motos robadas, y ahora que está limpio", la propietaria envió a Juan Pablo Saravia, de una inmobiliaria, "y nosotros queremos llegar a un acuerdo para pagar".
Balverdi ratificó que los terrenos estaban sin uso, llenos de malezas y que se usaban para esconder elementos robados, y se mostró molesta por la maledicencia. Eso "que dijeron que la gente no quería pagar los lotes y todo eso es mentira, porque la gente estaba dispuesta a pagar los terrenos", aseveró.
"Sabemos que hicimos mal en meternos en un lugar propiedad privada porque así lo dispusieron los gobiernos, ellos, pero por derecho, como pueblo guaraní y chané, somos de este tierra. Creo que tenemos derecho a reclamar nuestro territorio", afirmó por su parte el mburuvicha.
A la noche se informó que Saravia se reunirá hoy con los desalojados. Ceballos se manifestó un tanto escéptico porque "el tema es que él no trata con pueblos originarios, eso es lo que dijo él". Pero se esperanzó: "Hablaremos a ver como continúa esto, quizá a lo mejor podamos pagarlo".