La jueza de la Corte Suprema de Estados Unidos, Ruth Bader Ginsburg, un ícono progresista, falleció a los 87 años de edad tras una batalla contra el cáncer de páncreas. Murió "esta noche rodeada por su familia en su casa de Washington, DC", anunció a través de un comunicado el máximo tribunal.
"Nuestra nación pierde una jurista de estatura histórica", declaró el presidente de la Corte, John Roberts. "Estamos de luto pero con la certeza de que las futuras generaciones recordarán a Ruth Bader Ginsburg como la conocimos, una decidida defensora de la justicia", agregó.
La magistrada fue la segunda mujer en ocupar un lugar en la Corte Suprema estadounidense, luego de haber sido nominada en 1993 por el presidente Bill Clinton. Es reconocida por haber tenido toda una carrera dedicada a causas feministas y a los derechos civiles.
Uno de los casos emblemáticos que la tuvo como protagonista fue el denominado Estados Unidos vs. Virginia, que modificó la política de admisión al Instituto Militar de Virginia en donde sólo aceptaban hombres.
En sus fundamentos, Ginsburg explicó que ninguna norma debería prohibir a las mujeres "la plena ciudadanía, la misma oportunidad de aspirar, lograr, participar y contribuir a la sociedad en función de sus talentos y capacidades individuales".
El fallecimiento de Ruth Bader Ginsburg podría fortalecer la posición conservadora dentro de la Corte dado que su reemplazo necesita de la aprobación del Senado, que está controlado por el Partido Republicano. El Supremo está compuesto por nueve jueces con puestos vitalicios. Hasta el día de hoy había cinco conservadores y cuatro progresistas.
El vínculo entre la magistrada y el presidente Donald Trump era conflictivo. Ginsburg llegó a calificar al mandatario de "farsante" antes de las elecciones de 2016, un comentario del que tuvo que retractarse. Por esa situación, Trump pidió su dimisión.
Durante su primer año de gobierno, el presidente estadounidense logró que la mayoría republicana en el Senado diera luz verde a su primer nominado para el Supremo, el juez Neil Gorsuch, y después, el 6 de octubre de 2018, consiguió lo mismo para que Brett Kavanaugh, acusado de abusos sexuales, ocupara una silla en el alto tribunal.