“Es muy difícil hablar cuando estás feliz. Incluso hay que tener cuidado porque es igual a estar borracho”, aseguró David Lebón a los medios, tras concluir los Premios Gardel 2020, donde se convirtió en su máximo venecdor al recibir seis de las ocho estatuillas por las que fue nominado. Además de alzarse con el Gardel de Oro, su disco Lebón & Co. se hizo con las categorías “Grabación del año”, “Productor del año”, “Mejor álbum artista de rock”, “Ingeniería de grabación” y “Mejor canción dueto /colaboración” por “Mundo agradable”, en la que participa Ricardo Mollo. “Agradezco a Capif y a Sony Music por tener 68 y ganar estos premios”, continuó. “Sé que otros señores también lo ganaron, pero soy más infantil. En mi mente tengo 20”.
Al momento de su intervención, tras ganar el Gardel de Oro, esta leyenda del rock argentino aseguró que no estaba acostumbrado a los premios. Así que no podía ocultar su alegría. “Cuando Tina Turner sacó Private Dancer (1984), me volví loco”, recordó. “Tenía 50 años, y logró reinventarse. Con Lebón & Co. sentí que se me abrieron las puertas. Un banco, a mi edad, no me da un préstamo para mi casa, y Sony me permitió hacer lo que yo quería”. Además, hubo palabras para Patricia Oviedo, su esposa y mánager. “Fue la única persona que pudo con las drogas. Logró lo que ningún psicólogo consiguió, y eso es increíble. Hace 15 años que no tomo una gota de alcohol ni consumo cocaína. Este es el regalo que me dio Dios por hacer lo que hice”.
Producido por Gabriel Pedernera, conocido por su rol de baterista del grupo Eruca Sativa, Lebón & Co. es un disco en el que el artista recrea sus clásicos junto a otros músicos argentinos y latinoamericanos. Esta vez decidí no meterme en la producción del disco, sino tocar y cantar”, reveló quien fuera parte de proyectos grupales del tamaño de Seru Girán, Pescado Rabioso, Color Humano y Pappo’s Blues. “El trabajo de Gaby fue tremendo”. Si bien este reconocimiento podría alentar un segundo volumen, Lebón no quiso que la euforia lo traicionara. “Esperaré a que termine este momento para juntarnos con el sello y ver si hacemos la segunda parte o un disco con temas nuevos. Tengo material para ambos”.
En el Gardel de Oro, David Lebón era el artista más veterano. Además de compartir el rubro con Wos, el otro músico con más nominaciones, lo hizo con Mateo Sujatovich (líder de Conociendo Rusia), con cuyo padre coincidió en la grabación de Mondo di cromo (1983), de Luis Alberto Spinetta. “Dios actúa de formas muy distintas”, aseguró este abuelo de ocho nietos, quien colmó el Teatro Colón en febrero de este año. “Creo que realmente esto es lo que tenía que pasar. No soy caprichoso, sino que también tengo anhelos ardientes. Todo me estaba esperando”. Este hito en la carrera del cantautor planta al rock frente al creciente auge de la música urbana en el país. “No me gusta discutir sobre ese tema. De hecho, odio discutir”.
Aunque no tiene ninguna duda de que lo que le sucedió en esta época de adversidades es todo un triunfo del rock. “Existe un montón de música nueva gracias a la alfombra que pudimos tirar”, manifestó. “Cuando empecé a tocar, fui preso y me secuestraron. Pero no nos pudieron parar, y ganamos. Estoy contento de ser músico y de que mi madre me haya hecho caso. A los 12 años me dijo en chiste: ‘Si no querés estudiar, entonces vas a tener que ser famoso’. Y le respondí que lo iba a hacer”. Si bien espera a que el cuerpo le permita “hacer uno o dos discos más”, David Lebón tiene aspiraciones más trascendentales: “No pretendo nada de este mundo. Sólo que la gente esté feliz. Si eso no sucede, yo tampoco puedo serlo”.