Claudio Chiqui Tapia llegó a salvo a la costa. Esquivó uno a uno a los tiburones que codiciaban su puesto, evitó chocar con las redes que le ponían la FIFA y el gobierno, persuadió a sus críticos de que era la prenda de unidad y los sentó a su lado. Disfruta ahora sus primeras horas al frente de la AFA, pero no puede distraerse ni un minuto. Tiene que resolver –aunque no solo– la salida de Edgardo Bauza de la Selección nacional que todos los medios dan por descontada y una disminución de la sanción que recibió Lionel Messi. Esos parecen ser los dos principales problemas de su gestión incipiente, pero no los únicos. Ni siquiera los más importantes en el mediano y largo plazo. El contrato con Fox-Turner por los derechos de TV supone una cosa juzgada, aunque no es tan simple su ejecución. Más difícil le resultará convencer a su propia tropa –los dirigentes del Ascenso y del Interior– de que las deudas deben ser honradas y los clubes no pueden seguir envueltos en un carnaval de endeudamiento irresponsable. También deberá lidiar con la Superliga de los equipos de Primera, aunque esa criatura se mueva con autonomía plena. Su desafío es enorme. Habrá que darle tiempo para ver cómo gobierna o si es el mascarón de proa de una nave donde la tripulación la manejan dos pesos pesados: Daniel Angelici y Hugo Moyano, sus vicepresidentes 1° y 2°, respectivamente.

La elección de Tapia por abrumadora mayoría (40 votos de 43 y tres abstenciones) resulta una muestra cabal del optimismo de su voluntad. Casi nadie daba dos pesos por él cuando el escenario electoral se había montado para otros protagonistas: Marcelo Tinelli y Luis Segura, con quien se alineó en aquella votación del bochornoso 38 a 38. Con el ex presidente hoy jubilado como dirigente y el presentador televisivo derrotado en la interna del fútbol, el Chiqui sabe que le llegó el turno a él. Aunque no le guste a determinado conductor de TV que lo describió como “impresentable” porque el día que lo eligieron presidente tuiteó desde la peluquería: “Como siempre con las tijeras de Nacho, crack”. Una crítica clasista y prejuiciosa basada más en la apariencia que en su propia obra o la dirigencia cuestionada que él representa. 

Recuérdese que es el único presidente vivo del fútbol argentino que tiene un estadio con su nombre, el de su club Barracas Central. Y que fue denunciado por la legisladora porteña Graciela Ocaña por manejos discrecionales en la Ceamse e incompatibilidad de funciones. El lugar donde les habría dado trabajo a algunos de los directivos que lo apuntalaron para que ocupara la poltrona de la AFA. Esa que le perteneció a Julio Grondona 35 años, de quien dijo una vez: “Soy lo que soy gracias a él”. Debería repararse en esto y no en su look de peluquería.

Víctor Blanco, el presidente de Racing, era uno de sus detractores. No en lo personal, pero si por los intereses que representa. “Nadie se va a sentar con un presidente que ponga el Ascenso. Esto tienen que entenderlo. No pueden manejar los intereses de los clubes de Primera, hay que buscar consenso”, aludió a Tapia antes de que se perfilara con nitidez para el cargo. Hoy es su secretario general en el Comité Ejecutivo. Y junto al Chiqui firmará todos los documentos o pagos que salgan desde la AFA. 

A Tinelli lo invitó a sentarse a la larga mesa de Ezeiza donde lo acompañaban sus principales colaboradores el miércoles de la votación. La cara del empresario lo decía todo. Parecía incómodo. Mañana se reunirá con él y Bauza en el mismo predio donde lo ungieron presidente. Los tres, mano a mano. De ese encuentro saldrá la noticia del día. Si el técnico se transformará en un desocupado más con un alto seguro de desempleo –se dice que la AFA debería indemnizarlo con una suma cercana a los 900 mil dólares – y si conoceremos a su futuro reemplazante. El señalado por todos es Jorge Sampaoli. Espera ansioso en España, interpretan los propaladores de su estado de ánimo. El entrenador del Sevilla ya había sido mencionado antes de que el Comité de Regularización eligiera a Bauza como el plan B o el plan C. Este fin de semana señaló: “Es algo injusto para todos, porque hay un entrenador trabajando y no he hablado con nadie”.

Su salida del club andaluz le costaría a la AFA “un millón y medio de euros”. Mucho menos que en aquel momento, cuando daba sus primeros pasos en el fútbol español. En suma y redondeando, casi 2,5 millones en divisas si se cuenta lo que hay que pagarle a Bauza. Armando Pérez vinculó con un extraño “nacionalismo” (el sustantivo es textual) la generosidad del DT porque aceptó cobrar mucho menos que sus antecesores. El último despedido en el mismo cargo había sido Sergio Batista en 2011. Gerardo Martino se fue por su cuenta y hoy le deben una fortuna. 

Un dirigente del Ascenso que acompaña a Tapia y conoce sus debilidades, dice que “no hay ánimo para bancarlo a Bauza” y justifica su salida porque “lo puso la comisión normalizadora”. Nicolás Russo, el presidente de Lanús y actual vocal del Comité Ejecutivo, había sido más explícito en Fox Sports: “Nunca estuve de acuerdo con Bauza como técnico de la Selección y la mayoría de los dirigentes no está conforme con él. Ningún dirigente del fútbol argentino dio el ok para que estuviera. De hecho, Armando Pérez me dijo que quería a Milito o Almirón, pero no quiso perjudicar a Independiente ni a Lanús y por eso cerró con Bauza”. 

Cuando se defina la salida del entrenador –ninguneado por los dirigentes y apenas defendido por voces aisladas de sus colegas como Carlos Bilardo o Ricardo Caruso Lombardi–, Tapia deberá esperar el resultado de otro partido que ya comenzó. El trámite de apelación ante la FIFA para reducir la sanción de cuatro partidos a Messi. Se le encomendó al estudio de abogados españoles Juan de Dios Crespo Pérez, especializado en derecho deportivo. Si no funciona ese recurso, el futuro técnico del seleccionado tendrá que pensar durante tres fechas en un equipo sin el jugador del Barcelona.

La letra chica del contrato con Fox-Turner que pagará 17.526 millones de pesos por cinco años, no dejó del todo tranquilos a los dirigentes pese a la envergadura de la cifra. Temen algún litigio a futuro que no llegaría. Mediapro y ESPN estudiaron la posibilidad de apelar a la Justicia, consultaron a sus abogados, pero no quieren más problemas de los que afrontarían ante el nuevo escenario del fútbol local, donde el Grupo Clarín es otro nítido ganador. En el caso de la multinacional española, todavía aspira a ser contratada como productora de contenidos. Su rival en el mercado es Torneos y Competencias, que mantiene una vieja relación comercial con la AFA. 

Con ese abanico de frentes abiertos, Tapia deberá mantener unida a su tropa. A diferencia de Grondona, su mentor, no tiene mucho para repartir en un fútbol que en general es mal administrado. Pero sí hay alguien que le cuida las espaldas y cuyo considerable poder de fuego proviene del sindicalismo. “Vamos a demostrarles a aquellos ignorantes e incapaces mentales, que creen que están por encima, porque un simple barrendero es presidente de la AFA y los trabajadores podemos conducir. Hay cucarachas que inventan muchas cosas”, dijo Hugo Moyano. Tratándose de Tapia, su suegro no se anduvo con chiquitas.  

[email protected]