La tensión en Paraguay se disparó ayer tras los disturbios del viernes que se saldaron con la muerte de un joven opositor a manos de la policía y numerosos heridos, después de que el Congreso fuera incendiado por manifestantes tras la aprobación de una enmienda que abre la vía a instaurar la reelección presidencial.
La víctima fue identificada como Rodrigo Quintana, de 25 años y dirigente de la Juventud del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), quien recibió varios balazos cuando se encontraba en la sede central de ese partido, invadida por una patrulla policial, reportaron medios locales. El joven opositor murió tras recibir nueve impactos de bala, aseguró ayer Anibal Filártiga, director del Hospital de Traumas, donde fue conducido tras el suceso. El ministerio del Interior, por su parte, abrió una investigación sobre el hecho y aseguró que llegarán “hasta el total esclarecimiento de lo ocurrido, y los responsables serán puestos a disposición de la Justicia”.
La fiscal Maria Raquel Fernández informó que hay un uniformado detenido y que se le incautó una escopeta, aparentemente utilizada para el crimen, según algunos testigos. De su lado, el oficial policial Abel Cañete, encargado de investigar este hecho, aseguró ayer que no se va a encubrir nada ni a nadie y lamentó los hechos de violencia. “No queremos la violencia entre los paraguayos”, agregó el oficial, que trabaja junto con el Ministerio Público para esclarecer el episodio.
Ayer por la mañana, algunas zonas del centro de Asunción, la capital de Paraguay, amanecieron devastadas como consecuencia de la violencia, que dejó decenas de heridos, 211 detenidos y numerosos daños materiales. Las protestas más violentas ocurrieron en la Plaza de Armas, junto al Congreso, una zona que quedó en estado catastrófico, con autos quemados y escombros en las calles. Además del Congreso fueron atacadas otras oficinas públicas, comercios, y viviendas particulares. Entre los heridos por impacto de balines de goma figuran el propio presidente del Congreso, el opositor Roberto Acevedo, el titular del partido Liberal, Efraín Alegre, y el diputado liberal Edgar Acosta, que recibió un proyectil en la boca.
La violencia estalló en Asunción el viernes, luego de que 25 senadores se reunieran en una sede del Frente Guasú, el partido del ex presidente Fernando Lugo, y sin la presencia del resto de los legisladores, para aprobar una enmienda constitucional que habilita la reelección presidencial, prohibida por la Constitución actual. La medida beneficia tanto al actual mandatario, el conservador Horacio Cartes, como a su antecesor, el socialista Lugo. Hace dos meses que el país está polarizado en relación al proyecto elaborado por el oficilialista Partido Colorado y el Socialista, los principales beneficiados por la propuesta. El Partido Liberal se opone a la medida aunque algunos legisladores admitieron haberla apoyado.
“Ni Stroessner hizo esto”, se quejó el presidente del Partido Liberal, Efraín Alegre, en referencia al dictador Alfredo Stroessner, quien gobernó el país con mano dura entre 1954 y 1989. Además, anticipó que los senadores liberales que están aliados con la mayoría del gobierno y a favor de la reelección serán expulsados del partido.
Tras los disturbios, Cartes emitió un comunicado en el que llamó a la calma y acusó a un grupo “empotrado en la política y medios de comunicación” de promover el conflicto para destruir “la paz, la tranquilidad y el bienestar general del pueblo paraguayo”. Pero, además destituyó al ministro del Interior, Tadeo Rojas, y al comandante de la Policía Nacional, Críspulo Sotelo. El nuevo ministro del Interior, en carácter interino, es Lorenzo Lezcano, hasta ahora viceministro de Seguridad Interna, y a Sotelo le sustituye, también interino, Luis Carlos Rojas, hasta ahora su segundo, anunció en rueda de prensa Juan Carlos López Moreira, jefe de gabinete de la Presidencia.
Presidencia emitió a su vez un comunicado en el que se dice que Cartes realizó esos cambios “considerando los últimos acontecimientos en el ámbito de la seguridad y ante la orden expresa de extremar cuidados para evitar excesos en el uso de la fuerza pública”. El anuncio se hizo en medio de las exigencias para la dimisión de Rojas formuladas por algunos partidos opositores tras los disturbios del viernes, cuando efectivos policiales irrumpieron en la sede del Partido Liberal y uno de los agentes mató a Quintana. Rojas y Sotelo habían dado una rueda de prensa en la que denunciaron el arresto de un suboficial de policía como presunto autor de la muerte de Quintana.
Un total de 90 de las 211 personas detenidas por los disturbios, fueron luego liberadas ayer tras prestar declaración. Los ahora liberados habían sido detenidos por la policía paraguaya en el centro de Asunción, y estaban acusados de perturbación a la paz pública durante los episodios de violencia de la pasada madrugada, informó el Ministerio Público en un comunicado. La Fiscalía espera que otras 30 personas detenidas declaren a lo largo de la tarde en relación con estos hechos.