Desde Roma.Si algo se teme ante las elecciones italianas (regionales, municipales y referendo) que se harán este domingo y lunes, es que el coronavirus se transforme en el principal enemigo. Ya lo es claramente a otros niveles. Pero en este caso podría transformarse en un importante obstáculo para que la gente vaya a votar, aunque en las mesas electorales se han tomado ya una serie de medidas de protección.
Son unos 51 millones los italianos (residentes en Italia y en el exterior) que están llamados a votar en el referendo. Se trata de un plebiscito que deberá aprobar o no la disminución de los parlamentarios, de 945 a 600, en el Senado y en la Cámara de Diputados . Hay muchas polémicas sobre el tema, incluso políticos que estaban a favor ahora se dicen en contra. En este caso no importa cuántas personas vayan a votar por SI o por NO, gana la opción que obtenga más votos.
Por otra parte, unos 18,5 millones de italianos están habilitados para votar en las elecciones de siete regiones (Campania, Liguria, Marche, Puglia, Toscana, Veneto y Valle d'Aosta) y casi seis millones en las elecciones de 1.177 municipios.
El voto no es obligatorio en Italia pero el país siempre ha tenido un buen nivel de participación de sus ciudadanos en las elecciones (72,9 por ciento en las elecciones nacionales de 2018). Esta vez todo se presenta diferente y el primer indicador de cómo han cambiado las cosas se tuvo con la renuncia de decenas de escrutadores que habían sido designados en los centros electorales, se presupone que por miedo al contagio del coronavirus. En Florencia, sólo por dar un ejemplo, renunciaron 110 presidentes de centros electorales (sobre 360, es decir el 31 por ciento) y 730 escrutadores sobre un total de 1470 (el 50 por ciento), cifras más altas, dicen los analistas, que en precedentes elecciones.
De hecho el virus sigue difundiéndose en la península, aunque con vaivenes, habiéndose constatado 1.585 nuevos casos el jueves, 1.907 el viernes y 1.638 el sábado 19 de setiembre.
El otro gran problema es que Italia es uno de los países con la población más anciana de Europa: 14 millones de personas (sobre una población de poco más de 60 millones) tienen más de 65 años y la mitad de éstos tiene más de 75 años, según el instituto de estadísticas europeo Eurostat. Esto significa, dado que la población anciana corre muchos más riesgos ante el coronavirus, que una gran parte de ellos muy probablemente no irá a votar. Para ayudar sin embargo a las personas afectadas por covid o que están haciendo cuarentena, el ministerio del Interior organizó una suerte de mesas electorales “a domicilio”, enviando personas a retirar los votos, previa registración de los interesados que estén haciendo cuarentena en casa o en los hospitales.
En las estas elecciones se enfrentarán el centroizquierda, de partidos como el Partido Democrático y el Movimiento Cinco estrellas (M5S), actualmente en el gobierno, pero también otros partidos progresistas como Italia Viva (del ex primer ministro florentino Matteo Renzi), el Partido Comunista y Europa Verde, entre otros, y el centro derecha, integrado por La Liga, el partido del derechista ex ministro del Interior Matteo Salvini, Forza Italia de Silvio Berlusconi y Fratelli d’Italia de Giorgia Meloni.
De las siete regiones que van a elecciones, cuatro están gobernadas actualmente por el centro izquierda (Toscana, Campania, Marche y Puglia) y dos por el centro derecha (Veneto y Liguria). La región Valle d’Aosta, que tiene un régimen diferente a otras regiones. Está presidida por el partido Union Valdotaine, netamente autonomista. La máxima disputa será al parecer en Toscana, la región de Florencia, en el centro de Italia, orgullo del centro izquierda que la viene gobernando desde 1970. Podría no cambiar la dirección de la región, pero el peligro pueden ser las decenas de pequeños municipios que también van a elecciones y que podrían cambiar la orientación de los votantes sucesivamente, como ha sucedido en otras regiones del país. Y hacia esto apuntaron los dirigentes del centroderecha que esta semana pasearon por varias ciudades toscanas para apoyar abiertamente a su candidata, la parlamentaria europea Susanna Ceccardi. El principal candidato del centro izquierda es Eugenio Giani. Curiosamente el M5S no ha querido aliarse con nadie -a diferencia del gobierno nacional - y presenta su propia candidata, Irene Galletti. Esto hecho fue ampliamente criticado por varios dirigentes del centroizquierda que hubieran querido un nuevo aliado para tener más posibilidades de ganarle a la derecha.
El domingo se vota desde las 7 de la mañana hasta las 23 y el lunes de 7 a 15hs. Las siete regiones elegirán presidente y junta regional y los municipios elegirán alcaldes, junta comunal y asesores. Sobre la cantidad de votos necesarios para que la elección de un candidato sea válida, depende en parte de las normas locales, generalmente gana la lista que obtiene más votos. No hay segunda vuelta en las elecciones regionales ni municipales, excepto en la región de Toscana, donde está prevista la segunda vuelta si ninguna lista de candidatos obtiene el 40 por ciento de los votos.