Las consignas son múltiples y contundentes, pero los argumentos son difusos. Más allá de la heterogeneidad en los reclamos, todas las personas que ayer rompieron el aislamiento para movilizarse hacia el Obelisco porteño coinciden en un punto, se manifiestan en contra de algo: el “populismo”, “la reforma judicial de Cristina”, la “vacuna para combatir el coronavirus” o el “régimen comunista chino”. En el punto nodal de la Ciudad de Buenos Aires, las preocupaciones son diversas, pero todos apelan a un sentimiento de opresión y se unen al grito de “libertad, libertad, libertad”.

Sobre la avenida 9 de Julio, Adrián suspende por un minuto el ruido de su cacerola para explicarle a Página/12 que la marcha no es en contra de la cuarentena sino del populismo. “Estamos cansados de este gobierno, el peronismo no va más. Habrá hecho cosas buenas con Perón, pero ya no va más”, asegura este comerciante que llegó a la convocatoria con su esposa e hija desde la localidad de Lanús. En la plaza de la República, Luciano, un abogado que pone en duda el peligro de la pandemia, alerta que la vacuna contra la Covid-19 “es un negocio de los laboratorios”. A cara descubierta, se indigna por la obligatoriedad del uso del barbijo. “Es inconstitucional. No me pueden obligar a comerme mi propia mugre”, afirma indignado.

Los bocinazos de autos particulares acompañan el movimiento de cientos de banderas argentinas, que se venden en el lugar a doscientos pesos. La imagen más recurrente es la de barbijos que no llegan a tapar la nariz y personas que se agolpan a pesar de que sobraba el espacio. Si bien la mayoría de la gente que se movilizaba se expresaba a favor de los cuidados sanitarios, casi ninguno respetaba el distanciamiento social y los protocolos.

Entre los carteles de los manifestantes se mezclan leyendas como: “La corte Suprema debe salva a la República", "la infectadura es la máscara del totalitarismo" y hasta el de un bonaerense que en oposición a los cambios en la coparticipación asegura “sentir vergüenza por robarle a la Ciudad de Buenos Aires”.

Contra las vacunas

Si bien las consignas opositoras a las políticas del gobierno nacional son una constante de las marchas anticuarentena que se desarrollaron en lo que va del año, lo más llamativo y alarmante es el crecimiento exponencial de voces que minimizan los riesgos de la pandemia y rechazan el desarrollo de las vacunas contra el coronavirus.

"Tenemos sospechas de que la vacuna tiene mutaciones genéticas. Los inmunólogos explican que posee ARN mensajero, un genoma que se mete en tu ADN y lo modifica. Está probado que produce esterilidad en los hombres", manifiesta sin titubear, en diálogo con este medio, Luciano Sanjorge, abogado e integrante de la organización Adhesión Legislativa.

Entre banderas argentinas, carteles y cacerolas, esta agrupación instaló una mesa para recolectar firmas con el objetivo de prohibir la obligatoriedad de las vacunas. La iniciativa generó interés en muchas personas que pasaban por el lugar y se detenían a poner su firma en el petitorio.

"El Estado, por medio del gobierno, se adueñó de nuestros cuerpos, de cada uno de nuestros órganos, tejidos y células, de la autonomía de nuestra voluntad y de nuestras propiedades", predica el documento de Adhesión Legislativa.

Macristas presentes

En medio de la avalancha de viejas consignas, broncas acumuladas y teorías conspirativas, dirigentes de Juntos por el Cambio se hicieron presentes en el banderazo en busca de capitalizar el descontento social. 

"Creí que iba a venir poca gente hoy y me equivoqué. La rebelión antipopulista sigue en marcha en todos lados", publicó en sus redes sociales el diputado Fernando Iglesias, junto a una selfie desde su auto llegando a la movilización.

El extitular de medios públicos Hernán Lombardi hizo lo propio y posteó una foto en la calle acompañado por un grupo de personas. “Mérito es ganar las calles para defender la libertad. Mérito es nunca bajar los brazos. Mérito es estar unidos bajo la celeste y blanca”, afirmó el exfuncionario.

Por último, no podía faltar la exministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien días atrás dio positivo de coronavirus. La presidenta del PRO difundió un documento en su cuenta de Facebook a una foto en que se la ve en un auto abrigada con una bufanda de lana tejida celeste y blanca. “Nunca antes la Argentina tuvo una gesta tan democrática y representativa en las calles como la que hay hoy”, sentenció. 

Amenazas en Rosario

En la marcha anti gobierno y anti cuarentena de Rosario, dos periodistas fueron amenazados por los manifestantes. El Sindicato de Prensa Rosario expresó su repudio "ante las expresiones amenazantes que un hombre tuvo contra" los fotógrafos Sebastián Granata, de la agencia Télam y Marcelo Manera del diario La Nación. Los fotógrafos estaban en la zona del Monumento Nacional a la Bandera cubriendo la caravana y manifestación contra el gobierno y las medidas sanitarias cuando un hombre de algo más de treinta años que portaba un cartel se les acercó. Según el sindicato, le preguntó a Manera para qué medio trabajaba, algo que ya le había pasado a Granata con otro manifestante. 

El manifestante, según contaron los fotógrafos, empezó a gritarles que “ustedes, los de los medios, son todos asesinos. Los conozco a cada uno y están anotados. Los voy a matar”. El sindicato rosarino señaló en un comunicado que "una diversidad de insultos y agresiones se repiten en las marchas de este tenor contra trabajadorxs de prensa y que estas expresiones no pueden ni deben naturalizarse ya que nada tienen que ver con la convivencia democrática que siempre respetamos y defendemos".