La formoseña Marcela Acuña fue la primera campeona mundial que tuvo la Argentina y también la cara visible de la lucha por la reglamentación local de la categoría femenina que se consiguió en 2001. Con un récord de 49 victorias (20 por knock out), 7 derrotas y 2 empates, la Tigresa dio su última pelea hace más de un año: un empate con la mexicana Jackie Nava en tierra azteca que dejó muy expuesta la credibilidad de los jueces locales. Sus planes para el 2020 incluían una pelea en Salta y la intención de empezar a preparar el retiro, pero a la pandemia también se le sumó una neumonía que derivó en la internación de la boxeadora de 43 años en el hospital de Haedo. “Muchos me decían que esta era la pelea más difícil que me tocaba enfrentar y yo decía que sí, que es una gran pelea pero con mucha desigualdad, primero porque me tomó por sorpresa y segundo por lo difícil que es el protocolo; aunque no seas covid positivo, los hospitales no te permiten recibir visitas. Estaba completamente sola, nunca me alejé de mi familia durante tanto tiempo”, cuenta hoy totalmente recuperada.

¿Cómo manejaste tu cabeza en esos días?

–Lo manejé de la única forma que nos queda a todos: darte cuenta que estás enfrentando una situación difícil y darle batalla. Estoy acostumbrada a darle pelea a lo que se ponga enfrente. Si bien sentía que no tenía equivalencia en ese sentido, le di batalla.

Vos empezaste a boxear de chiquita. ¿Cómo hiciste para afrontar a todos aquellos que decían que no ibas a poder?

–Mi mamá soñaba con que yo fuera bailarina de danzas españolas, más que nada por algo cultural. Nunca se imaginó que iba a ser deportista pero entendió cuando le dije que el baile no era lo mío y que quería hacer un deporte de contacto. A los siete años comencé a practicar full contact, boxeo con patadas, y desde ese momento ella me apoyó, fue mi fan número uno. Me acompañaba, me cuidaba, estaba constantemente fijándose que no me hiciera falta nada y guiándome con los entrenamientos. El problema arrancó cuando dije que quería boxear. Me presenté en la Federación Argentina de Box, pedí una licencia y empecé a ir a los medios a decir que las mujeres en Argentina queríamos boxear. Al principio era yo sola pero pronto se sumaron otras mujeres que querían lo mismo. El problema era que no estaba la reglamentación, entonces decían que no me podían permitir entrenar. En los medios periodísticos tenía dos o tres amigos a los que les había contado mi sueño; no me tenían mucha fe pero me respetaban.

¿Por qué boxeo? ¿Tenías una referente?

–Todo comenzó cuando vi a Christy Martin boxear en la televisión. Para mí ella es la referente en el boxeo femenino mundial porque era parte de las grandes carteleras, las cuales eran televisadas. Yo quería ser como ella.


En tu película Licencia uno hay un testimonio de Horacio Pagani donde dice: “La mujer nunca podrá representar fortaleza (…). La sociedad no quiere que dos mujeres se peleen arriba de un ring porque queda antiestético, entonces que busquen otra actividad que puedan hacer”. ¿Qué te produce escuchar algo así por parte de una periodista deportivo?

–Siempre dije que hay algunos dinosaurios que se meten en una burbuja y se quedan en el tiempo. No vivieron el cambio de época, el cambio de siglo, por llamarlo de una manera. Con Pagani nos hemos cruzado muchas veces y él sostiene esas mismas declaraciones, pero también tengo que decir que cuando he peleado en el Luna Park ha estado pidiendo entradas. Recién cuando me consagré campeona a nivel mundial, logré convencer al 70% de los periodistas deportivos.

Sos una gran referente para muchas chicas que quieren boxear…

–Las chicas jóvenes, las que recién arrancan, si escuchan estas declaraciones creo que se darán cuenta que están escuchando a un solo periodista. Imagínense lo que puede decir ese 70% que logré convencer. Antes era muy difícil encontrar líneas en los medios gráficos donde hablaran bien.


¿Estás pensando en el retiro?

–No tengo una fecha exacta, puedo decir que en el 2021. Esta pandemia me cambió muchos de los planes que tenía: tenía programadas dos peleas que quería hacer antes de retirarme y no se pudieron llevar a cabo. Creo que este año ya está perdido y terminado, tengo que apuntar al próximo, en donde me gustaría hacer una linda pelea y ya despedirme. Más que nada por el tema de la inactividad, yo ya no puedo jugar con tanto tiempo sin entrenar. Sé que no me voy a poder reponer de este tiempo de estar parada, por eso estoy pensando seriamente en el retiro para el 2021.

* Sofía Martínez y Florencia Pereiro