Desde Roma
Como algunos temían, el coronavirus impactó en las elecciones italianas. Más de 100.000 personas que debían trabajar en las mesas electorales para escrutar votos este domingo y lunes, en el plebiscito sobre la reducción de parlamentarios y en las elecciones de siete regiones y más de 1.000 municipios, decidieron renunciar a ese encargo. Algunos lo hicieron hace algunos días, otros no se presentaron el sábado a trabajar, todos por miedo a la covid-19.
En Roma y Nápoles, según la prensa italiana, fue un caos porque muchas mesas electorales estuvieron cerradas por algunas horas cuando en realidad debían estar abiertas el domingo desde las siete de la mañana y hasta las 23, y el lunes de 7 a 15 horas. Sin embargo, autoridades del ministerio del Interior redujeron la importancia de esta noticia. “A nosotros los representantes del gobierno nacional en las regiones nos han dicho que hubo una regular apertura de las mesas electorales en todo el país”, declaró Caterina D’Amato, directora de los servicios electorales del ministerio del Interior. “Hubo algunos problemas pero fueron resueltos gracias a la ayuda de los municipios”, añadió.
Las oficinas electorales en efecto trataron de resolver el problema llamando a voluntarios pero también a personal de la Protección Civil, de la Policía Municipal y a otros empleados municipales, para llenar los puestos vacíos. En Roma, según la prensa local, se dieron de baja 762 presidentes de centros electorales sobre un total de 2.600. Pero entre el sábado y el domingo, las cosas se fueron resolviendo. “En Roma hemos cubierto las ausencias en pocas horas recurriendo a los empleados del municipios. Hemos tenido que llamar a 250 agentes de la policía municipal, muchos de ellos durante la noche”, declaró la alcaldesa de Roma, Virginia Raggi. “La rápida respuesta que han dado demuestra cuánto respetan el propio deber. Gracias de verdad”, añadió.
Es que el pánico a la covid es muy fuerte, sobre todo cuando se ve que el virus aumenta su difusión en Italia (1.587 nuevos casos el domingo). Es obligatorio ir a votar con la mascarilla y no se puede usar una birome o lápiz propio para marcar el voto sino sólo lo que ellos le dan, debidamente higienizado. Antes de entrar hay que lavarse las manos con desinfectante que está al alcance de todos y es obligatorio.
Hubo un caso muy representativo en Génova, donde la presidenta de una mesa electoral debió retirarse mientras trabajaba el sábado, porque tenía síntomas de covid. Por precaución tuvieron que sanear la zona y sustituir a todo el personal que originariamente había estado trabajando allí. Situaciones parecidas se han visto también en otras ciudades. En otros sitios este problema se trató de controlar con anticipación, como en Padua, donde se hicieron hace algunos días 1.300 testeos del coronavirus a los escrutadores de la ciudad y resultaron sólo dos positivos que fueron alejados a tiempo.
Muchos temen que los ancianos, dado que el coronavirus resulta ser más agresivo con ellos, no vayan a votar. El domingo hubo un caso ejemplar: Paolina Spalazzi, de la ciudad de Ancona (centroeste del país), en silla de ruedas, 92 años, profesora jubilada de Historia del Arte, fue acompañada por un grupo de voluntarios de la Cruz Amarilla. Ella llevaba consigo una linterna porque además ve muy poco. Al salir de la casilla donde votó, estallaron los aplausos, tanto de los escrutadores como de la gente que estaba esperando afuera para votar.
A medio día de Italia, la afluencia de votantes a nivel nacional fue de apenas 12,25 %, según datos difundidos por el Ministerio del Interior. La región donde votó más gente hasta esa hora, fue Valle D’Aosta (18,24%) y Veneto (16,31% ) y donde ha votado menos fue Sicilia (6,41%).
A las 19 hora italiana, siempre según datos del ministerio del Interior, la afluencia en el país fue del 30,27% y las regiones que más votaron fueron Trentino-Alto Adige (41,83%), Veneto (39,31%), Toscana (38,22%). En el Lacio, la región de Roma, sólo votó el 25,85%. Donde menos se votó hasta esa hora fue en Sicilia (17,14%).
Además del voto por el referendo, siete regiones (Campania, Liguria, Marche, Puglia, Toscana, Veneto y Valle d'Aosta) deberán elegir sus gobernadores y más de 1.000 municipios sus alcaldes y juntas de gobierno.
Sobre el referendo, que deberá aprobar o no la reducción de los parlamentarios en las dos cámaras (de 945 a 600) se sigue discutiendo. Si bien la ley que preveía esta reducción fue aprobada mayoritariamente por el Parlamento en octubre, algunos parlamentarios pidieron el plebiscito para una aprobación definitiva y ahora, tanto miembros del Partido Democrático (PD, centro izquierda) como de Forza Italia (centro derecha) y la Liga y Fratelli d’Italia (ambos de derecha) que votaron SI en octubre, han cambiado idea. Y si gana el NO, muchos prevén que pueda ser un duro golpe para el actual gobierno de Giuseppe Conte, integrado por el PD y el Movimiento Cinco Estrellas (M5S), que fue el partido que lanzó la iniciativa de recortar el número de parlamentarios.