Desde Roma
Pese a la menor afluencia electoral (54%) en comparación con otros años de elecciones, buena parte muy probablemente por temor a contagiarse de coronavirus, en el plebiscito que se hizo domingo y lunes en Italia y que debía aprobar la disminución del número de parlamentarios (de 945 a 600), ganó el SI que consiguió el 69,63% de los votos.
“Estoy orgulloso de este resultado”, dijo a la prensa el ministro del Exterior, Luigi di Maio. "Pero lo de hoy es el comienzo de algo, no un punto de llegada”, aclaró di Maio que es exponente del Movimiento Cinco Estrellas (M5S), el partido que fue el promotor de la reducción de senadores y diputados. Y ya que “ha habido convergencia sobre este punto”, tanto del centro derecha como del centro izquierda que votaron SI en el referendo, Di Maio dijo que se dirigirá “al frente del SI y al frente del NO para que ahora empecemos a pensar en reducir los sueldos de los miembros del Parlamento” (sueldos que giran en torno a los 15.000 euros mensuales), una batalla que a simple vista se presenta aún más dura que la de reducción de parlamentarios.
“Con la victoria del SI se abre una estación de reformas”, comentó por su parte el secretario del PD, Nicola Zingaretti. “El PD se confirma como la fuerza del cambio, garante también en esta legislatura de un camino de innovación y modernización de las instituciones, que desde siempre señalamos como necesarias. Se abre las estación de las reformas y nosotros haremos de todo para que vaya adelante lo más rápido posible”, subrayó.
El triunfo del SI, según algunos analistas, ha sido en cierta forma un espaldarazo al gobierno de Giuseppe Conte, integrado por el M5S y el Partido Democrático (PD), porque de haber ganado el NO algunos habrían puesto en discusión su legitimidad, como lo hizo la exponente del derechista partido Fratelli d’Italia, Giorgia Meloni: “Si gana el NO, será una clarísima señal contra el gobierno”, dijo.
Aparte del referendo hubo también elecciones en siete regiones (Campania, Liguria, Marche, Puglia, Toscana, Veneto y Valle d'Aosta) y en más de 1.000 municipios. Una de las regiones que fue siempre un baluarte del centro izquierda como Toscana (la región de Florencia), parecía que esta vez arriesgaba cambiar su larga historia. Pero, aun cuando todavía no se conocen los datos definitivos, las encuestas realizadas por distintos medios le asignaron entre el 41 y el 45% de los votos al candidato del centro izquierda Eugenio Giani. Su principal opositora, Susanna Ceccardi, avalada por el centroderecha y principalmente por el ex ministro del Interior y dirigente de La Liga, Matteo Salvini, que fue a hacer campaña a favor de ella en Toscana, obtendría en cambio entre el 38 y el 42% de los votos. Los datos oficiales, aunque no definitivos, revelados hasta ahora hablan en cambio de poco más de 48% para Giani y un 40,5% para Ceccardi.
De confirmarse estos datos, Toscana no iría a la segunda vuelta, cosa que prevé sólo esta región de Italia en caso de que ningún candidato obtenga el 40% de los votos.
Según las proyecciones elaboradas por distintos medios, cuatro de las siete regiones irían a manos del centroderecha (Liguria, Marche, Valle D’Aosta y Veneto), aunque algunas de ellas ya estaban dirigidas por gobernadores de centro derecha que ahora han sido reelegidos, como Liguria y Veneto. En Liguria seguirá gobernando el ex miembro de Forza Italia y fundador de un nuevo partido, “Cambiamo!”, Giovanni Toti, que los últimos datos le asignan el 56% de los votos. En Veneto seguirá en el gobierno el exponente de la Liga, Luca Zaia, que según los últimos datos habría conseguido casi el 76% de los votos. Le Marche, gobernada por el centroizquierda hasta ahora, pasaría a manos del centroderecha ya que el candidato Francesco Acquaroli se llevaría el 49% de los votos contra el 37% obtenido por el candidato del centroizquierda Maurizio Mangialardi. En Valle D’Aosta lideran los partidos autonomistas y la Liga.
Tres regiones seguirían en cambio en manos del centro izquierda: Campania, la región de Nápoles, gobernada actualmente por Vicenzo De Luca del PD, que sería reelegido ya que habría obtenido poco más del 68% de los votos según los últimos datos no definitivos. Toscana, la región de Florencia en la que ganaría Giani, y Puglia. Sobre la Puglia algunas encuestas hablaron al principio de que los candidatos opositores estaban casi iguales en el número de votos. Los últimos datos oficiales, pero no definitivos, sin embargo, le asignan al candidato de centroizquierda, Michele Emiliano, el 47% de los votos y al de centroderecha, Raffaelle Fitto, el 39%.
Según el Ministerio del Interior, la afluencia a las urnas para votar en el referendo fue de poco más del 57%, una cifra baja si se la compara con las elecciones políticas de 2018 en las que la afluencia fue del 73%. El pánico al coronavirus cuyos casos no dejan de aumentar en Italia aunque con vaivenes (el lunes hubo 1.350 nuevos casos), es parte de la explicación de estas ausencias.
Pero en el voto de las siete regiones y en los más de 1000 municipios, la afluencia a las urnas fue distinta. En la región de Toscana, por ejemplo fue a votar el 63% de los que tienen derecho al voto y en Le Marche el 60%. En Liguria, extrañamente, la afluencia a las urnas fue más numerosa que en las elecciones de hace cinco años: ahora 53,46% y antes casi 51%. Las demás regiones se mantuvieron en torno al 51-52%. A nivel municipal, la afluencia a las urnas giró en torno al 65%.