Las graves dificultades económicas –caída del salario real, retrocesos en el consumo, peligro de pérdida del trabajo– le impiden a Mauricio Macri salir del deterioro de imagen que registra desde hace unos meses. Hoy por hoy los que opinan bien o muy bien del Presidente llegan al 40 por ciento de los encuestados, con un déficit de casi 16 puntos: es que los que opinan mal o muy mal están por arriba del 56 por ciento. Debe pensarse que Macri tuvo al principio de su mandato un saldo positivo de 21 puntos, de manera que todo el cuadro de imagen se tornó en ampliamente negativo. Entre una y otra punta, perdió 37 puntos.
En el mismo andarivel de impacto en la opinión pública, tampoco el gobierno de Cambiemos logró mejorar el cuadro de situación que el CEOP viene midiendo desde hace tiempo: la comparación entre los que se consideran oficialistas, los que ubican como opositores y los que dicen que son independientes, es decir que no se reconocen ni como oficialistas ni como opositores. Hoy la brecha es de 22 puntos: los que se consideran opositores son el 47 por ciento, mientras que los que se ubican como oficialistas suman el 25 por ciento. En el medio están los que se manifiestan independientes que llegan al 27,7 por ciento de todos los consultados.
“A esta altura, una pregunta cae de madura –apunta Bacman–: ¿qué puede pasar con los independientes? Si el frente económico y social no se encamina, si el gobierno no asume y controla esta peligrosa realidad, el camino a transitar con este segmento será demasiado empinado, hablando siempre de intención de voto frente a los comicios que se avecinan. Los datos de esta última encuesta son más que elocuentes: entre los independientes casi ocho de cada diez ven como negativa a la situación económica, el 63,6 por ciento de los pertenecientes a este segmento están preocupados por la situación social del país y un 83.1 por ciento está convencido que en el gobierno de Macri no ven la realidad. Pero como dice el viejo refrán, la esperanza es lo último que se pierde. Cuando de popularidad y aprobación de gestión se trata, los independientes se dividen en partes iguales, aunque algo más enojados en relación a la gestión del gobierno de Cambiemos. ¿Podría ser peor? Por supuesto que sí, especialmente frente a la hipótesis de que los independientes se enojen más, y la ecuación de equilibrio de la actualidad se rompa. Este es el rol de fiel de la balanza del segmento de los independientes. Son los que en los últimos meses han mostrado su desilusión, y es allí donde enfocará sus cañones comunicacionales la campaña del oficialismo”.
En términos electorales, Bacman sostiene que todavía hay muchas incógnitas por despejar. “¿Será candidata CFK? ¿se presentará Florencio Randazzo? ¿Habrá PASO entre ambos? ¿En qué distrito será candidata Elisa Carrió?. Casi todas las respuestas a estos interrogantes deberán darse dentro de los próximos dos meses. El 14 de junio se cierra el plazo de alianzas y el 24 de junio el de las listas”, enuncia el consultor. “Las encuestas hasta el momento revelan que la ex presidenta es una excelente candidata para la Provincia de Buenos Aires, incluso sin tener en cuenta la intención de voto. En este estudio de alcance nacional mantiene un 41,3 por ciento de imagen positiva y en el Gran Buenos Aires, sigue recuperando terreno y logra redondear un 48,3 por ciento, manteniendo también una popularidad mayor a tal promedio en intendencias del sur del conurbano”.
Marzo fue un mes muy duro para el oficialismo, con seis marchas multitudinarias. Abril empezó con la movida a favor de su gobierno pero de inmediato tiene que enfrentar el paro general del jueves que amenaza con ser total. Y todavía no tiene resuelto el conflicto de docentes. La mayor urgencia de la Casa Rosada es que arranque la economía. Pese a los discursos optimistas de los funcionarios, la realidad que perciben siete de cada diez encuestados es que la economía está mal o muy mal. Con esos guarismo es complicado enfrentar un año electoral.