Lo que la ministra de Seguridad macrista Patricia Bullrich presentó como "el patrón de los patrones" o sea la más grande operación de narcotráfico de la historia, superior a la del "patrón" Pablo Escobar Gaviria, está quedando casi en la nada. Bullrich, en conferencia de prensa, acusó a la viuda de Escobar, a su hijo, al ex jugador de Boca Juniors Mauricio "Chicho" Serna y a un abogado de lavar dinero de la droga en la Argentina a un nivel tan grande que, según ella, daba para hacer otra temporada de la serie El patrón del mal. El abogado Mateo Corvo Dolcet, representado por su par José Manuel Ubeira, se presentó en Dolores para describir una realidad muy distinta y asombrosa: detalló que entre Bullrich, el falso abogado Marcelo D'Alessio, y la Justicia de Morón, alineada con Cambiemos, armaron un gigantesco show en base a información falsa y manipulada. De hecho, el protagonista central de la historia, el supuesto súper-narcotraficante colombiano José Bayron Piedrahita Ceballos, fue condenado a apenas dos años y cuatro meses de cárcel, pero no por narcotráfico sino por una coima a un funcionario de Migraciones de Estados Unidos. De hecho, Piedrahita está hoy en libertad en Colombia y sin ninguna imputación en su contra. En Dolores, mientras tanto, D'Alessio confesó que fue el proveedor de la información con la que se armó parte del expediente.
Show
En 2017, la ex ministra de Seguridad y el titular de la Unidad de Información Financiera (UIF) encabezaron una impactante conferencia de prensa y hablaron del "patrón de los patrones", o sea que la historia, según la funcionaria, daba para "una nueva temporada de la serie, porque los protagonistas eran peores que Escobar Gaviria". En la causa, puesta en marcha por fiscales y jueces alineados con Cambiemos, fueron involucrados después Chicho Serna y la viuda y el hijo del patrón, María Isabel Santos Caballero y Sebastián Marroquin.
Lo que sucedió es que, en 2016, la DEA de Estados Unidos incluyó a Piedrahita en una investigación sobre lavado de dinero del narcotráfico, lo que después llevó a la descabellada maniobra de involucrar a Chicho Serna, que obviamente hizo su plata jugando al fútbol y no vendiendo droga. Aún así lo imputaron y procesaron porque el jugador le vendió a Piedrahita sus propiedades en la Argentina, así como dos autos, todo en 2008, ocho años antes de que en Colombia y Estados Unidos sembraran sospechas sobre el colombiano. Serna vendió lo que tenía porque decidió volverse a su país y Piedrahita iba a quedarse a vivir en la Argentina.
En el caso de la viuda y el hijo de Escobar, se los imputó por lavado de dinero a raíz de que en un viaje a Colombia, María Isabel Santos Caballero --que no tenía ni tiene allí ninguna acusación en su contra-- presentó a Piedrahita al abogado Mateo Corvo Dolcet. El colombiano invirtió en un proyecto inmobiliario en Pilar, en el que hubo otros 99 socios, y aportó el 2,5 por ciento de la inversión, y la viuda y la hija del patrón del mal cobraron una comisión, por la que firmaron un recibo oficial. Se trató del 4,5 por ciento de la inversión de Piedrahita, por un total de 100 mil dólares. Todo se hizo también en 2008, cuando Piedrahita no estaba acusado de nada y, por el contrario fue condecorado por el Senado colombiano por su papel de ganadero y exportador. Las transferencias de la inversión se hicieron a través de bancos norteamericanos.
Marketing
En su jugada de marketing de las políticas contra el narcotráfico, el aparato de Cambiemos junto a la Justicia de Morón trataron de sostener la historia del patrón de los patrones. Se quisieron colgar la medalla de que habían logrado desbaratar una megaorganización internacional, superior al Cartel de Medellín. Sostuvieron que Piedrahita firmó una confesión en Estados Unidos, aunque el documento nunca se incluyó en el expediente.
La realidad es que el colombiano fue condenado en Miami a 27 meses de cárcel por sobornar a un agente de Migraciones, Christofer Ciccione, y tras un fallo del juez Robert Scola regresó en libertad a Colombia en noviembre del año pasado. O sea, no se lo condenó por narcotráfico sino por una coima. Y en su confesión sostuvo que sus relaciones con el narcotráfico terminaron en 1993, cuando se tuvo que ir a vivir a Londres tras la muerte de Escobar Gaviria.
Mateo Corvo Dolcet y su abogado José Manuel Ubeira afirman que Piedrahita pinchó el globo de las mentiras de Bullrich diciendo en Estados Unidos que tuvo un vínculo con el narcotráfico en los años 80, que nunca más volvió a tener relación con los cárteles, que se dedicó a la ganadería, que fue condecorado en Colombia por su actividad, que el dinero que invirtió en la Argentina, con apenas el 2 por ciento de un emprendimiento inmobiliario, provino de exportaciones de cuero a Thailandia y China y que todo se cursó por bancos norteamericanos.
Dolores
Corvo Dolcet y Ubeira se presentaron ante el juez Alejo Ramos Padilla a raíz de que en la causa sobre D'Alessio aparecieron audios en que el falso abogado se jacta de haber proporcionado información decisiva, después de supuestos dos años de seguimiento ilegal a Corvo Dolcet. Lo curioso es que esa vigilancia se habría establecido antes de que existiera una acusación contra Piedrahita. Verdad o no, D'Alessio sostiene en audios dirigidos al periodista Rolando Graña que fue él quien le dio la información a la DEA norteamericana y a los fiscales Diego Iglesias y Sebastián Basso.
Ya es conocida la relación entre D'Alessio y Patricia Bullrich, de manera que deberá verse el papel que jugó el falso abogado en el armado de la causa. Por de pronto, Ramos Padilla vio mérito en la acusación contra D'Alessio y aceptó a Corvo Dolcet, representado por Ubeira, como querellante en Dolores.
Fiscales
También Corvo Dolcet y Ubeira apuntan contra los fiscales de la causa --Sebastián Basso ya había sido premiado por Cambiemos con la fiscalía de la AMIA--, en tanto sostuvieron en la acusación que Piedrahita, Corvo Dolcet, Chicho Serna, la viuda y el hijo de Pablo Escobar fueron parte de una organización que, en la Argentina, realizó una operación más grande que la del Patrón del Mal. Sin embargo, los fiscales terminaron viajando a Miami y acordaron con Piedrahita que declarara como arrepentido y pactaron una pena de dos años y seis meses, para lo cual lo bajaron de patrón a integrante de la banda porque, como se sabe, el jefe de una organización no puede ser arrepentido porque tiene que apuntar para arriba.
Es decir que con el capo Piedrahita, que en la conferencia de prensa dijeron que era peor que Pablo Escobar Gaviria, negociaron una pena que no se cumplirá porque se la dieron por cumplida. La Justicia se quedó con el 2,6 por ciento de la inversión en Pilar, que es la parte de sus acciones en el emprendimiento inmobiliario, consistente, en su caso, esencialmente en estacionamientos. El predio lo pidió el intendente de ese municipio, Federico Achaval, y se usa para un centro contra el coronavirus, sin que los imputados se opusieran.
A raíz del papel de los fiscales, Corvo Dolcet y Ubeira se presentaron en el Senado para sumar una denuncia más contra el procurador Eduardo Casal en la Comisión Bicameral de Seguimiento del Ministerio Público.
Juicio
El final de la historia es que habrá un juicio en la Argentina sobre el caso del patrón de los patrones, con la curiosidad de que la supuesta cabeza de la organización llegó a Bogotá el 6 de noviembre pasado, libre de culpa y cargo, y está en libertad.
El jugador de fútbol que le vendió sus propiedades después de transpirar la camiseta, la viuda y el hijo de Escobar que cobraron una comisión por una operación inmobiliaria o el abogado que encabezó esa inversión, todos estarán en el banquillo de los acusados, pese a que su vínculo y sus negocios se concretaron en 2008, en tiempos en que Piedrahita viajaba por el mundo sin acusación en su contra.
Según sostienen Corvo Dorcet y Ubeira, nada le importó a Bullrich, D'Alessio y la Justicia de Cambiemos, que puso en marcha otra vez su mezcla de servicios de inteligencia, política, jueces, fiscales y medios para armar un enorme show y auto-colgarse la medalla de campeones de la lucha contra el narcotráfico. En Dolores y en la Comisión Bicameral ya investigan la maniobra. Una más de la larga serie que los mismos protagonistas escenificaron entre 2016 y 2019.