El Ministerio de Salud ruso aprobó los ensayos clínicos para una nueva vacuna para combatir al coronavirus. El proyecto es coordinado por el “Centro científico federal de investigaciones y desarrollo de fármacos inmunobiológicos M.P. Chumakov”, perteneciente a la Academia de Ciencias de Rusia.
En esta etapa participarán más de tres mil voluntarios que serán reclutados de Kírov, San Petersburgo y Novosibirsk. Con esa cifra, el equipo de expertos al mando del diseño de la tecnología, podrá contar con una muestra razonable y comprobar su eficacia y su seguridad. Aquellas personas que se sometan a las pruebas, según el protocolo estipulado por el centro Chumakov, tendrán que estar aisladas durante 16 días para que los médicos puedan realizar su seguimiento.
El equipo de especialistas, según comunicó el ministerio ruso, pretende concluir con esta etapa en noviembre y luego, de cara a los próximos meses, los ensayos se deberán escalar a partir del reclutamiento de más postulantes. La fórmula, del mismo modo que otras en carrera como la de Sinovac (China), está basada en virus inactivado que se inyecta para despertar la respuesta inmune del organismo.
Chumakov es uno de los centros de virología de referencia a nivel mundial, reúne a los principales referentes del área y, además, cuenta con su propia sección de producción de vacunas. Esta opción se suma a la elaborada por el Centro Estatal de Investigación en Virología y Biotecnología Véktor que ya finalizó la fase I (con 100 voluntarios) y asegura inmunidad en el organismo durante seis meses y a “Sputnik V”, registrada el 11 el agosto como la primera vacuna en el planeta contra el coronavirus. El proyecto, en este caso, es liderado por el centro de investigación Gamaleya y el Fondo Ruso de Inversión Directa (RFPI). Ambas instituciones se proponen fabricar cinco millones de dosis desde diciembre hasta enero (los profesionales de la salud serían quienes tendrían prioridad), 500 millones de dosis anuales y desplegar su producción hacia naciones latinoamericanas. La opción presentada por el gobierno de Putin, variante que emplea partículas creadas a partir de adenovirus (patógeno que tradicionalmente causa el resfrío), se halla en el presente completando la fase III.