Si bien se notó la disminución de circulación de personas en las zonas neurálgicas de la ciudad de Salta por la vuelta al Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) anunciado el domingo por el gobernador y las autoridades sanitarias, hubo reclamos de feriantes en distintos puntos de la ciudad y un grupo de comerciantes hizo frente a las medidas y abrió a medias sus puertas.
Según la resolución, los comercios deben permanecer cerrados y solo están autorizados a realizar ventas con delivery en principio hasta el 11 de octubre, aunque Gustavo Sáenz también anunció que pedirá que el aislamiento rija solo hasta el 4. Ayer por la mañana un sector, autodenominado Comerciantes Unidos, que dice no sentirse representado por la Cámara de Comercio salteña, manifestó su disgusto abriendo sus locales.
Algunos lo hicieron con las persianas a medias o con vallas en la entrada, atendiendo sólo desde la puerta, otros dejaban ingresar a sus clientes de a uno o abrían “para atender y hacer envíos delivery desde nuestros negocios, porque si no se hace imposible”, dijo a Salta/12 la vocera de los Comerciantes Unidos, Carol, dueña de un local en la zona del macro centro.
“Estamos trabajando sí, todos, tratando de cumplir con todos los protocolos y lo que el gobernador nos pide”, añadió Carol, quien afirmó que no estaban preparados para organizarse “de un día para el otro con cadetes”.
Para la referente del espacio, la decisión gubernamental es al menos contradictoria “porque nos dicen que podemos hacer envíos por delivery pero no abrir los negocios, sin embargo, la mercadería la tenemos ahí, y necesitamos que algún empleado pueda ayudarnos a preparar esas entregas”.
“Si viene una personita, porque no hay casi nadie en el centro ¿ya es un delito venderle un zapato?”, manifestó más adelante, de alguna manera aceptando que harían atención al público, “está prohibido solo el amontonamiento hasta donde yo entiendo”, insistió.
Explicó que la venta vía online o telefónica representa solo el 10% de la venta habitual de los comercios, y que con eso solo se puede comer, pero el problema actual es pagar alquileres e impuestos, que se siguen acumulando a pesar de la baja en las ventas.
“Necesitamos que el gobernador nos llame y nos de una propuesta clara y concisa”, dijo y sostuvo que para ellos la única solución es que les subsidien los alquileres y los servicios como la luz, el gas y el agua. Pero aclaró que no quieren ni créditos ni que se posterguen esos pagos, “porque después no vamos a tener con qué afrontarlos” y aseguró que las empresas prestadoras no acataron el decreto nacional que impide los cortes de suministro, “vamos a tener que soldar los medidores para que no se los lleven”.
La comerciante reconoció que hasta el momento lo único que recibieron “son los ATP del gobierno nacional, y con eso no alcanza, porque es el 50%”, e insistió con la idea de que ellos son los primeros que quieren cuidar la vida y a sus familias, “pero necesitamos trabajar y así lo haremos, tomando todos los recaudos y cumpliendo los protocolos”.
Con respecto al riesgo al que se exponen los trabajadores, la referente fue tajante con una frase por lo menos llamativa: “si nosotros no producimos, ellos se quedan sin trabajo, punto, ahí se acaba la discusión, si no trabajamos, no nos podemos hacer cargo de un empleado”.
“Necesitamos al menos bolsones”
Feriantes del barrio Solidaridad también se manifestaron ayer por la mañana, aunque con una posición menos intransigente que la de Comerciantes Unidos, ya que en este caso entienden que la situación sanitaria “no está para seguir arriesgando a los trabajadores y la clientela”, pero solicitaron algún tipo de ayuda estatal para llevar comida a sus casas, "al menos bolsones".
Graciela, una de las delegadas de esa feria barrial, explicó que se reunieron para que desde el gobierno los escuchen porque están sin trabajar "desde el fin de semana anterior a las fiestas por El Milagro", y se quejó de que en ese momento al comercio lo dejaron seguir trabajando.
Por lo que además de bolsones para paliar esta quincena de confinamiento, su solicitud vino de la mano del pedido de igualdad en el trato, “no queremos que cuando permitan volver a los comerciantes, a nosotros nos sigan impidiendo la apertura”.
La Feria de Solidaridad nuclea a alrededor de 1200 puesteros que rotan durante la semana por otras ferias de la ciudad.
Hilda Silva, una de las referentas de la Feria Americana La Saladita, coincidió con su par de Solidaridad en cuanto a que no es el momento para abrir, pero aseveró que es insostenible pagar el alquiler del predio y “llevar el pan de cada día” sin trabajar. Contó que entre los 50 feriantes hacen frente a los $70.000 que deben pagar de alquiler, más impuestos como agua y luz y sus correspondientes monotributos. “Pero apostamos a la vida, porque así no se puede seguir trabajando”, aclaró.
En ambos casos explicaron que se hace muy difícil realizar ventas online por la brecha digital y publicitaria, pero también por lo costoso que se hace trasladar mercadería de muy bajo costo “y que muchas veces se tienen que probar para ver cómo les queda y si no se vende no tenemos con qué pagar el cadete”.
Dirigencias resignadas
Tanto Solana López Fleming por la Cámara Pyme, como Daniel Betzel, de la Cámara de Comercio, reconocieron que hay mucha indignación en las bases y que si bien ellos tienen un discurso conciliador y respetuoso de la institucionalidad, no pueden controlar ni obligar a los comerciantes a cerrar.
“Hay mucho enojo y muchos dijeron que van a abrir lo mismo”, dijo López Fleming, pero inmediatamente se declaró a favor de la medida gubernamental por haber participado de la reunión junto a las autoridades sanitarias, “los médicos del COE nos contaron de la verdadera situación que atraviesa el sistema sanitario, y la verdad, uno no puede más que comprender”.
La representante de la pequeña y mediana empresa de Salta contó que en ese encuentro, los agentes sanitarios imploraban que se vuelva a Fase 1 para “ver cómo se baja el nivel de ocupación de camas” que hoy supera el 90% de la disponibilidad en la terapia intensiva.
“Obviamente que estamos recontra golpeados, pero en este momento tenemos que ser conscientes de la situación”, explicó la dueña de la librería Lerma, quien añadió que le solicitaron al ministro de Economía, Roberto Dib Ashur, que “ya que desde Nación van a enviar fondos para afrontar el cierre”, que destinen algunas partidas para el sector del comercio.
Y subrayó que ya hicieron el pedido correspondiente al secretario general del Sindicato de Comercio para que, al menos mientras persista la imposibilidad de abrir los locales, los liberen de la cuota sindical, “es un sacrificio que tenemos que hacer todos”.
En tanto, Betzel aclaró que la postura de la Cámara que representa es distinta, “nosotros pedimos, exigimos abrir”, aunque aclaró que seguirán dialogando y respetando las decisiones a pesar de que no las compartan. "Yo ya me reuní con Villada y el ministro de Economía, pero están firmes con que quieren cerrar dos semanas para bajar los contagios”, contó.
“Nosotros como institución tenemos que acatar las medidas, ahora, cada comerciante hará lo que crea conveniente y se hará cargo de la decisión que tome”, expuso Betzel. Y confesó que el mismo ministro de Gobierno, Ricardo Villada se ofreció a gestionar algunas ayudas que sirvan para paliar el momento. Pero resaltó que ya no quieren más créditos, “estamos muy complicados con las deudas y los pagos y no podemos asumir nuevos gastos”.
Betzel criticó a los autodenominado Comerciantes Unidos, “ellos no aceptan un no, no creen en un país civilizado en donde el 90% de la población pide que se cierre todo por un tiempo”, dijo y culminó repitiendo que como dirigentes están en el medio de la puja entre las bases, que piden reapertura, y acatar las medidas del gobierno, que la impide.
La salud de los trabajadores
El secretario general del Sindicato de Empleados de Comercio de Salta, César Guerrero, calificó de irresponsable la decisión de los propietarios que deciden abrir. Dijo que le manifestó personalmente su apoyo al gobernador, quien los convocó a una reunión el domingo antes de anunciar las medidas.
“El sector empresarial tiene que entender que tienen que tener respeto por los trabajadores, y no los pueden obligar, como pasó hoy, a concurrir a sus lugares de trabajo poniendo en riesgo su salud y la de sus familias”, expresó el gremialista.
Explicó que por la resolución del ASPO, los empleados están dispensados de concurrir, añadió que no pueden hacerlo debido a que no están dentro de los grupos exceptuados para poder acceder al transporte público de pasajeros, “pero quienes los obligan a ir a trabajar ni siquiera piensan en eso, en pagarles el transporte particular”.
“Les dicen que concurran porque van a hacer ventas online, pero no les dicen cómo llegar”, agregó y exigió a la patronal más empatía “porque la situación sanitaria no es la propicia”.
Con respecto al pedido de los representantes de las Cámaras Pyme y de Comercio, para que se los libere del aporte sindical, Guerrero resaltó que ellos mismos sostienen a 78 empleados y que así como a los empleadores les cayó la venta, al Sindicato, para cubrir todas sus actividades, “como la entrega de bolsones a los jubilados, también se nos cayó la recaudación y en ningún momento pedimos exenciones impositivas", por lo que consideró muy difícil que eso ocurra, ya que significaría “desfinanciar la representación gremial de los trabajadores”.
Por último, recordó que los trabajadores fueron también muy golpeados, porque a la rebaja en los sueldos, se sumaron muchos despidos, sobre todo en abril, cuando unos 500 empleados de comercio quedaron sin sus puestos laborales.