Aunque sin grandes logros, esta semana puede considerarse un punto de inflexión para la dinámica de negociación de los aumentos salariales: el Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria para las negociaciones de comercio, se abrió la paritaria de estatales nacionales, que pasó a un cuarto intermedio hasta el viernes y se encuentran agendadas para los próximos días docentes, estatales y judiciales de la provincia de buenos aires para comenzar la discusión de aumento salarial.
El Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria por 15 días para la paritaria del sindicato de empleados de comercio, que había firmado un preacuerdo puente por siete meses por una suma fija de 5.000 pesos hasta marzo de 2020. Si bien la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios había informado el acuerdo como un entendimiento, las Cámaras empresarias salieron a desmentirlo. El desacuerdo va más allá de cuestiones salariales: están pactando alguna contemplación para regular las suspensiones, así como de aplicación del aumento en los comercios que aún permanecen cerrados.
Las demandas de apertura de paritarias se mantuvieron pausadas durante los últimos meses a raíz de la pandemia, incluso con rumores de congelamiento de salario para el sector estatal. Normalmente, los aumentos de la mayoría de los trabajadores del sector público y privado registrado se negocian ente marzo y julio. Hasta hace un mes, apenas el 19 por ciento de los trabajadores registrados, alrededor de un millón de trabajadores de los sectores menos afectados por la crisis, habían logrado recomponer sus salarios.
El levantamiento policial en la provincia de Buenos Aires, que derivó en un aumento del salario de la policía, reactivó el reclamo de los diferentes gremios. Desde hace aproximadamente tres semanas la dinámica se aceleró y, una vez que se concrete la paritaria de comercio, el gremio más numeroso del país con casi 1,1 millón de trabajadores registrados, se calcula que alrededor de 3,5 millones de trabajadores habrán negociado alguna actualización de su salario en el 2020.
Las recomposiciones que lograron los gremios fueron erráticas: paritarias cortas, bonos por única vez, porcentajes no remunerativos, acuerdos puente para llegar a las próximas paritarias, aumentos de máximo del 30 por ciento.
Estos resultados son producto de que las negociaciones se dan en el marco de una crisis que comenzó desde antes de la pandemia. El salario mínimo pasó de 5.588 pesos en diciembre de 2015 a 16.875 pesos a octubre de 2019, lo que representó un aumento en pesos de 202 por ciento. Teniendo en cuenta que la inflación acumulada durante el macrismo fue de 295.8 por ciento, queda en evidencia que el poder de compra de los trabajadores ya venía golpeado.