El nuevo secretario de Acceso a Derechos y Equidad de la Organización de Estados Americanos es un abogado brasileño, asesor del presidente Jair Bolsonaro y un vociferante negador de la pandemia que considera al presidente argentino "un lunático comunista". Arthur Braganca de Vasconcelos Weintraub ya era notorio antes de entrar al gobierno actual por explicar en sus clases de derecho actuarial que los indígenas no son gente y que los chinos no entienden el concepto de ley. El coronavirus le dio una plataforma mayor para vociferar contra "la conspiración globalista" de los "ultra-millonarios" y la izquierda internacional.
Arthur Weintraub es el hermano menor del no menos notorio Abraham, el ex ministro de Educación de Bolsonaro y ahora director del Banco Mundial que no podía escribir dos frases sin cometer errores de ortografía y que trató de impulsar que los alumnos filmaran a sus profesores "para asegurar la calidad de sus clases". Los hermanos se definen como bolsonaristas de la primera hora y recuerdan con orgullo que eran sus asesores hasta antes de la campaña presidencial.
El uruguayo Luis Almagro es el secretario general de la OEA desde 2015, después de haber servido como canciller en el segundo gobierno de José Mujica. Weintraub es el tercer brasileño que Almagro nombra en su gabinete de siete secretarios. Los dos primeros fueron nombrados por los gobiernos de Dilma Roussef y Michel Temer, y ahora le toca a Bolsonaro, que tal vez por tratarse del área de derechos e igualdad está mandando a su "antorcha humana". El sobrenombre de Weintraub refleja su falta completa de moderación y su hábito de levantar la tensión en cualquier negociación.
Weintraub tiene un particular punto de vista sobre la idea de derechos, reflejada en su curiosa defensa de las quemas en el Amazonas. Según este profesor de derecho, quemar el pulmón planetario es una opción de libertad individual protegida por el ejercicio de la soberanía nacional, y quienes objetan son globalistas. Tampoco hay que esperar que este funcionario active el tema derechos humanos en el organismo multinacional. Recientemente, Weintraub twiteó que "el garantismo jurídico funciona 100% para proteger a los delincuentes durante la 'pandemia', Pero para proteger al trabajador que quiere ganar el pan, andar por la calle, la plaza, la playa, ir a la iglesia, el garantismo se transforma en autoritarismo".
Sobre la pandemia, Weintraub tiene una definición tajante: "La máscarilla es la insignia del Partido Comunista". Y como él no es comunista, ya está compartiendo orgulloso por Twitter sus discusiones con transeúntes en Washington, sede de la OEA, que le piden que use barbijo. Problemente les explique que "no hay una pandemia, hay una plaga izquierdista" y les traduzca un volante que difunde con energía, el del petitorio del grupo Médicos por la Libertad para que las mascarillas ya no sean obligatorias.
También puede explicarles cosas de norteamericanos a los norteamericanos, a poco más de un mes de las elecciones presidenciales. "El multimillonario Michael Bloomberg piensa donar cien millones de dólares a la campaña de Biden. ¿Queda duda de que los globalistas son más complejos que los meros marxistas? Monopolistas y oligopolistas apoyando con fuerza a los progresistas/socialistas/comunistas. De eso se trata".
Dado que Estados Unidos es miembro de la OEA, estas opiniones podrían causar enojo por la injerencia en la soberanía nacional, que Weintraub considera sagrada. Pero eso no frena su verborragia sobre otros países miembro, en particular Argentina. Si Alberto Fernández es un "lunático comunista", su declaración de que "América latina va a ser un gran país" debe ser repudiada como parte de la conspiración globalista/comunista. Igualmente, las medidas para frenar la pandemia, que el flamante secretario considera "un embuste, una mentira amañada". Para Weintraub, "Argentina es el segundo país del mundo en número de muertos (por el coronavirus) en proporción a la población, 3,8 por cada cien mil." El abogado cita su fuente, un segmento del Canal 26 argentino, pero tiene un problema, que uno de sus propios seguidores le corrige avisando que Argentina en realidad es el país número 24 en muertos por población.
Weintraub no se corrigió, pero no es la primera vez. El y su hermano siguen defendiendo la teoría de que la cocaína entró a Brasil como parte de la conspiración comunista armada por Venezuela.