Los restos óseos de tres hombres wichí que integran la colección de restos humanos del Museo de Ciencias Naturales de La Plata serán restituidos a su comunidad. Así lo decidió el Consejo Superior de la Universidad Nacional de La Plata (CSUNLP) en una votación por unanimidad.
Se trata de un cacique asesinado a machetazos en Ingenio La Esperanza, en 1906; otro ultimado a tiros, en 1921, en Ingenio Ledesma, y un fusilado por el Ejército Argentino, los soldados del Coronel Fontana, en 1881. Parte de los restos habían sido exhibidos en el Museo, que depende de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo, hasta el 2006.
La aprobación fue por unanimidad y por primera vez en la historia en el formato de “sesión virtual”. Se prevé que la entrega de los wichí se hará efectiva el 10 de diciembre, en el marco del Día Internacional de los Derechos Humanos.
El antropólogo del Instituto Nacional de Asuntos indígenas (INAI) e impulsor del proyecto, Fernando Miguel Pepe, destacó que las restituciones con “parte de una reparación histórica que hemos emprendido desde el INAI, en conjunto con la UNLP, para que las comunidades entierren a sus ancestros, en su territorio y que no estén más en las colecciones del museo, algo que es verdaderamente inhumano”.
“Es el derecho de todos los pueblos poder enterrar a sus muertos, con los rituales correspondientes a su cosmovisión, en su comunidad de pertenencia. En este caso se va a hacer en invierno, dentro del monte salteño, por chamanes en un ritual totalmente cerrado”, destacó.
Los asesinatos se habían dado en el marco ideológico del genocidio roquista. Los cuerpos estuvieron en el museo desde su creación por Perito Moreno, como un símbolo de discriminación, racismo y dominación. “No exponían a cualquiera, exponían a los derrotados, a los vencidos. A hombres que eran explotados como mano de obra barata, casi esclava, en el caso de los wichí en los ingenios azucareros, verdaderos campos de concentración para los pueblos originarios. Como nos enseñó Walter Benjamin: ‘La presa, como ha sido siempre costumbre, es arrastrada en el triunfo. Se la denomina con la expresión: patrimonio cultural’”, citó.
Pepe resaltó que este tipo de medidas tiene la importancia de “abrir un camino con las comunidades”. “De esta forma, se cumple con la Ley Nacional 25.517, que estipula el retiro de exhibición y las restituciones, promulgada en 2001 y reglamentada en 2010” y añadió: “Desde el INAI trabajamos para su cumplimiento junto a referentes de las comunidades de todo nuestro territorio”.
El consejero Superior y estudiante de Biología, Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la UNLP, Marcos Waldbillig, entiende a este hecho como “parte de un proceso hacia una reparación histórica”.
“Reconocer estos hechos implica un pedido de perdón. Pero no un pedido de perdón, que no es proactivo, sino con un sentido de reparación. Como una acción que cambie la realidad. Que genere un vínculo de igualdad y solucione las demandas concretas de las comunidades”, señaló el estudiante.
Desde el Programa nacional de Identificación y Restitución de Restos Humanos Indígenas del INAI llevan ya, en ocho años desde su creación en 2012, 16 restituciones realizadas en todo el país, de las cuales 11 fueron en el museo platense.