El lunes 21, el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba) cumplió 19 años. En el año del Covid-19, el Malba fue uno de los primeros museos en cerrar sus puertas cuando la amenaza del virus todavía no había sido etiquetada como pandemia. El día del 19º aniversario de una de las instituciones culturales que enriquece la dinámica cultural del país se anunció el lanzamiento de un museo virtual de performance y la extensión del plazo de la muestra de la mexicana Remedios Varo, Constelaciones, que se extenderá hasta 2021. Mientras puertas adentro se hacen los preparativos para una eventual reapertura del Malba, se amplió el catálogo del ciclo “Hable con ella”, con videos en los que distintos artistas latinoamericanos se refieren a una obra determinada (y elegida por ellos mismos) de la colección del museo.
El ciclo empezó cuando el museo estaba abierto y se inauguró en forma presencial con la participación de Mariano del Verme, que eligió Mujer desnuda leyendo, del venezolano Armando Reverón. Ahora, “gracias” a la pandemia, el proyecto se convirtió en virtual y se volvió más ambicioso. Para celebrar el cumpleaños del Malba, se invitó a más de cuarenta artistas a seleccionar obras con las que poder conversar o monologar libremente ante el espejo del arte. El ideal es que cada pieza de la colección tenga su propio video en “Hable con ella”; en ese caso, llegarán a ser casi setecientos.
Feminizada por el pronombre “ella”, la obra de arte se convierte en una interlocutora lúcida o distraída, discreta o locuaz, sensual (como en el caso del video de Ana López sobre una escultura de la brasileña Maria Martins) o en proceso de deconstrucción de materiales concretos y simbólicos, como en la charla vivaz del trío compuesto por Laura Ramos, Guillermina Baiguera y una ilustración de Norah Borges fechada en los años 20. Por el tono introspectivo (que el confinamiento potencia), los videos resultan menos almodovarianos que bergmanianos y las charlas entre obras y artistas pasan de la admiración a la interrogación, el autoanálisis y el contrapunto con un archivo de obras propias y ajenas, como en el caso de los videos de Luciana Levinton (que reflexiona sobre los espacios culturales a partir de una pintura de Guilermo Kuitca) e Irene Kopelman, que se explaya sobre el Fitotrón de Luis Benedit. Como diría John Berger, en el mundo de lo visible todo es interdependiente.
Así es como de la mano (e imagen y voz) de artistas, actrices, performers y escritorxs, el murmullo de una colección se puede escuchar desde la página web del museo. Tanto las Yeguas del Apocalipsis como Tarsila do Amaral, Magdalena Jitrik o Remedios Varo (elección de la escritora Mariana Dimópulos, que realiza uno de sus profundos ensayos) motivan diálogos críticos, conceptuales, políticos e incluso “desahogos poéticos”, como el de la cordobesa Verónica Meloni a partir de una obra del belga Francis Alÿs. Se da también el caso de que la charla con la obra genera una nueva obra: eso pasa con la intervención muda de Elena Dahn sobre una tinta de la ítalo-brasileña Anna Maria Maiolino y con la “experiencia especular” de Antonella Costa, que entrelaza un esmalte sintético sobre vidrio calado de Lucio Dorr y un texto de Mariano Dorr para ejecutar un breve acto dramático.
En el video de la artista boliviana Claudia Joskowicz sobre una foto de la serie Oda a la necrofilia, de la mexicana por adopción Kati Horna, la conversación primero se hace texto. “En estos momentos en los que estamos empapados de la muerte, cada visita a la web del Malba me devolvía a las fotos de Kati Horna”, escribe. La modelo de las fotos-fetiche de Horna es nada menos que la pintora y escritora inglesa Leonora Carrington. “No es precisamente una colaboración –apunta Joskowicz con voz suave sobre el trabajo de ambas amigas en México-. Es otro tipo de colaboración, una relación de complicidad y de confianza en la que una se presta para dar vida a la visión de la otra”. Con esas mismas palabras se puede definir esta recomendable experiencia del Malba.
Hable con ella
www.malba.org.ar/hableconella/
