Desde Londres.El candidato de la derecha en Ecuador, el banquero Guillermo Lasso, está incumpliendo con la ley de Pacto Ético que prohíbe a los aspirantes a un cargo público tener vínculos con paraísos fiscales, según los datos que maneja Pagina/12.
Este miércoles Lasso inscribió oficialmente su candidatura para las presidenciales del 7 de febrero. El trámite burocrático de registro abre la puerta a la posibilidad impugnar la candidatura en caso de que algún candidato viole la ley. Es lo que sucede en este caso. En el mapa offshore del multimillonario candidato, una de sus empresas históricas es BANISI HOLDING S.A, con sede en Panamá. El Banisi Holding es propiedad del Banco de Guayaquil, matriz de la fortuna de Lasso desde los años 90. En el directorio del Holding se encuentran sus hijos, Juan Emilio Lasso Alcívar, que figura como director y presidente ejecutivo, y Santiago Lasso Alcívar con los cargos de Director y Presidente de la Junta Directiva.
Este lazo familiar es una expresa violación de la ley del Pacto Ético, promulgada luego del referendo de 2017. El inciso final del artículo 4 de la ley bloquea una típica trampa para eludir la prohibición a que funcionarios o aspirantes a un cargo público tengan vínculos con paraísos fiscales: el traspaso de la propiedad al cónyuge o los hijos. “Se presume la propiedad de bienes o capitales en aquellos casos en los que el cónyuge, persona con quien mantenga unión de hecho o hijos no emancipados de la persona obligada, sean propietarios de bienes o capitales, conforme lo establecido en este artículo, salvo prueba en contrario que demuestre que la propiedad de tales personas no obedece a tramas de evasión de la prohibición contenida en esta Ley”, dice el inciso.
En otras palabras, a efectos de la ley "se presume" que el propietario sigue siendo Lasso porque sus hijos no están “emancipados”, figura jurídica que en Ecuador significa que no han rechazado la fortuna o los bienes de los padres.
Un laberinto de paraísos fiscales
Lasso se ha presentado dos veces a la presidencia. En 2012 fue derrotado por Rafael Correa. En 2017 por el delfín de Correa y posterior Judas: el actual presidente Lenin Moreno. En medio de la profunda crisis económica y sanitaria del país, el banquero multimillonario sueña con que la tercera sea la vencida, pero como a Mauricio Macri y Sebatián Piñera en Chile lo persigue la larga y laberíntica sombra de los paraísos fiscales.
El meteórico ascenso de Lasso en el mundo de las finanzas y la política es una historia paralela del offshore en Ecuador. Como reveló la periodista Cynthia García en Página/12 durante la campaña electoral de 2017, la historia offshore del candidato comienza en los 70 y se dispara entre 1999 y 2002 un período clave de la historia moderna del Ecuador que incluyó el tristemente célebre feriado bancario de 2000 y la dolarización, un chaleco de fuerza económico-financiero que ha maniatado el desarrollo nacional.
Entre 1999 y 2002 su fortuna pasó de 1 millón a 31 millones de dólares a través de la especulación con los bonos emitidos tras el feriado bancario. Estos bonos eran una suerte de corralito a la ecuatoriana y se entregaban a los depositantes a cambio del dinero que los ahorristas tenían en el banco, depósitos que habían sido congelados por el feriado decretado en 1999 por el gobierno de Jamil Mahuad.
El banco de Guayaquil de Lasso y otras entidades hicieron su agosto comprando estos bonos a un 40 o 50 por ciento de su valor. El estado, de la mano del mismo presidente Mahuad, completó el escandaloso círculo poco después recomprando los bonos a los bancos al 100% de su valor.
Hasta la campaña para las elecciones de 2012, el Banco de Guayaquil estaba conformado por la Corporación Multi BG S.A, cuyo principal accionista era la Andean Investment Ltd., una compañía radicada en las islas Caimán. El Andean Investment Ltd. fue uno de los grandes beneficiarios del feriado bancario.
Con la ley del Pacto Etico, la Multi BG SA se desperdigó en 8 fideicomisos offshore que pertenecen sea a sus hijos, a familiares de Lasso o a ejecutivos del Banco de Guayaquil, clara violación del inciso final del artículo 4 de la Ley citado más arriba.
En el portafolio offshore de Lasso es central, como se señalaba más arriba, el Banisi Holding constituido por 49 firmas offshore que le permitieron ganancias a Lasso de hasta el 3000 por ciento desde 2015 a la fecha. Pero también se destacan otros emprendimientos como las Noras, una serie de 29 empresas con nombres de fantasía – Nora, Bill y Malena Investment – dedicadas a la inversión inmobiliaria de 2009 y 2010 en Estados Unidos aprovechando el desparramo económico armado por el estallido financiero.
El nombre de estas empresas registradas en Coral Gables, Florida, es un homenaje a la madre del candidato. En el caso de Lasso lo sentimental no quita el valiente negocio. El banquero tiene ojo para los números. Las propiedades fueron adquiridas durante los remates de 2009 a una tercera parte de su precio. En poco tiempo duplicaron su valor. El jardín de las delicias financieras
En el centro de la fortuna de Lasso se encuentra el lugar privilegiado que ocupa en el sistema bancario del Ecuador. Este sistema tiene hoy una rentabilidad que cuadruplica la de la banca europea o norteamericana y se caracteriza por su alta concentración - un 84 por ciento de los activos en cinco entidades – y su raquitismo crediticio – apenas el 26 por ciento del PBI.
El banco de Guayaquil ha sido uno de los principales beneficiarios de este sistema que ahoga el crecimiento económico nacional. En 2019, uno de los peores años de la historia reciente del país, aumentó sus ganancias en un 17 por ciento. Ni la pandemia contuvo la fiebre ganadora del banco. En los primeros ocho meses del 2020 sus ingresos por intereses aumentaron en un 26 por ciento respecto al record que había registrado el año previo.
Lasso quiere que las cosas sigan así por muchos años: la elección presidencial podría allanarle el camino. Las encuestas, tan de capa caída en todo el mundo, muestran datos tan dispares que son de difícil lectura. Un sondeo de CEDATOS le da una amplia ventaja a Lasso sobre el candidato la alianza política Unión por la Esperanza, vinculada al correísmo, que postula al joven economista Andrés Arauz, 35 años de edad. Pero hay que desconfiar de estos números porque Lasso tiene sus dedos en todas partes y la empresa que financia CEDATOS es LiverCostas, propiedad de allegados suyos.
Si uno mira los datos de otra encuestadora, la Atlas Intel de Brasil, el panorama es radicalmente distinto: Arauz tiene una amplia ventaja de más del 45 % de los votos sobre 32 de Lasso.
Los Paraísos fiscales y la ley de Pacto Ético pueden ser un talón de Aquiles de Lasso: las revelaciones de Pagina/12 en las elecciones de 2017 contribuyeron a su derrota. Si hay una impugnación de su candidatura, habrá que ver la reacción de la justicia en un Ecuador bajo la égida del Lawfare aplicado en tantos países de América Latina.
En septiembre un controvertido fallo de la Corte Nacional de Justicia impidió que Rafael Correa fuera el candidato a vice de Arauz para las elecciones del 7 de febrero. En este resbaloso contexto, una denuncia de los trapos sucios offshore de Lasso podría ser un caso testigo sobre si es todavía posible que la justicia del Ecuador de Lenin Moreno respete la ley.