A horas de conocerse un nuevo sondeo que lo mantiene 8 puntos abajo en la intención de voto, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, salió a agitar el fantasma del “fraude” en los próximos comicios presidenciales y lo usó como justificación de su intento de cubrir cuanto antes una vacante en el Tribunal Supremo de ese país. También se negó a confirmar que entregará el mando si es derrotado.

"Creo que esto (las elecciones) acabará en el Tribunal Supremo, y creo que es muy importante que tengamos nueve jueces", dijo Trump e inmediatamente dio las razones: "Es mejor si (aprobamos a una nueva juez) antes de las elecciones, porque creo que este fraude que están preparando los demócratas, este fraude acabará frente al Tribunal Supremo de Estados Unidos".

La insólita declaración fue hecha durante una reunión con fiscales generales de varios estados del país en la Casa Blanca, en la que se negó a garantizar que, si pierde las elecciones, su traspaso de poder al candidato demócrata Joe Biden será pacífico.
"Tendremos que ver lo que ocurre. Usted lo sabe, me he quejado mucho de lo que está pasando con las papeletas", afirmó Trump al ser preguntado al respecto. 

 Biden reaccionó de inmediato: "¿En qué país vivimos? Es una broma. Quiero decir, ¿en qué país estamos? Dice las cosas más irracionales, no sé qué decir", declaró el candidato demócrata.

El senador republicano Mitt Romney, un crítico excepcional de Trump en las filas conservadoras, también protestó. "La transferencia pacífica del poder es fundamental para nuestra democracia; sin ella seremos como Bielorrusia. Cualquier sugerencia de un presidente de que puede evadir esta garantía constitucional es impensable e inaceptable", afirmó en Twitter.

No es la primera vez que el mandatario estadounidense insinuó esta posibilidad, solo que esta vez lo utilizó como excusa de su prisa para cubrir la vacante que dejó el fallecimiento de la jueza Ruth Bader Ginsburg.

La vacante en la Corte Suprema


El mandatario

planea nominar este sábado a su candidata

para sustituir a la magistrada fallecida el pasado viernes pasado a los 87 años. Y por eso ayer confirmó que

la jueza cubano-estadounidense Bárbara Lagoa

está entre las cinco magistradas que está considerando para el puesto, aunque negó que tenga planes de reunirse con ella.



La decisión de Trump de nominar de inmediato a una sustituta de Ginsburg generó polémica, porque Ginsburg dejó escrito, antes de morir, que su "deseo más ferviente" era "no ser reemplazada hasta que haya un nuevo presidente", es decir tras los comicios.

Sin embargo, los republicanos dejaron claro que ya tienen los votos para confirmar a la nominada de Trump en el Senado, y aunque quedan menos de seis semanas para las elecciones, el mandatario insistió en que su objetivo es haberlo resuelto para entonces.

Si el resultado de las elecciones estuviera en disputa y no se hubiera cubierto la vacante que dejó Ginsburg, el Supremo contaría aún así con una mayoría conservadora de cinco jueces, frente a los tres de inclinación progresista que quedan en la corte tras la muerte de la célebre magistrada.

Las últimas encuestas

El contexto de las declaraciones de Trump tienen que ver también con que en las últimas horas se conoció un sondeo de intención de votos hecho por la NBC, The Wall Street Journal y Telemundo, que indica que Biden tiene un 51 por ciento de apoyo frente a un 43 del jefe de Estado.

La ventaja se amplía en el denominado "voto hispano", un sector de la población estadounidense en la que el demócrata tiene un respaldo del 62 por ciento, frente a un 26 para el republicano