El delantero uruguayo Luis Suárez se despidió este viernes del Barcelona con un emotivo acto en el que se mostró orgulloso por el legado que deja como tercer máximo goleador de su historia, sin mostrar resentimientos por haber quedado marginado, aunque con corrección deslizó que de la misma forma el club catalán debía aceptar la decisión del astro argentino Lionel Messi de marcharse.

"Hay que aceptar cuando el jugador dice que no quiere seguir como cuando el club dice que no cuenta contigo. Es la realidad del fútbol", subrayó el futbolista charrúa, quien abandona el conjunto azulgrana tras haber sido marginado del plantel por el DT neerlandés Ronald Koeman pese a que él quería continuar.

Suárez, de 33 años, se va al Atlético de Madrid del DT argentino Diego "Cholo" Simeone, rival directo del Barcelona en la Liga española, porque, según afirmó, quiere demostrar que "puede seguir compitiendo".



El descarte de Suárez fue el primer gran movimiento de Koeman tras asumir las riendas del Barcelona en un momento convulso tras conocerse la decisión de Messi de marcharse, que más tarde el astro rectificó al constatar que la única salida posible era hacerle juicio al club de su vida, algo que no estaba dispuesto a llevar a cabo.

Para evitar un conflicto legal y sus impredecibles consecuencias, Messi asumió que lo mejor era cumplir su contrato, que culmina al final de la temporada que está por comenzar, mientras Suárez encontró finalmente una salida digna con su pase al Atlético de Madrid, aunque su partida no dejó de ser dolorosa.

Emocionado, Suárez, amigo íntimo de Messi y su socio en uno de los "tridentes" más determinantes que lideró el crack rosarino, aseguró que se va del Barcelona "orgulloso" y "satisfecho" por los seis años que vistió la camiseta azulgrana y, sobre todo, por los compañeros que tuvo a su lado, entre ellos el mejor jugador del mundo.

"Es muy difícil para mí. Quiero agradecer al club, que confió en mí tras un error que cometí antes de fichar. Siempre voy estar muy agradecido por el trato recibido", afirmó con la voz entrecortada al inicio de su intervención, recordando su llegada al club catalán, en el que debutó el 25 de octubre de 2014, una vez iniciada la temporada, tras cumplir la sanción que recibió por el mordisco que le había dado al italiano Giorgio Chiellini en el Mundial de Brasil.


"Dejo muchos amigos aquí. Además de un jugador, se va un ser humano que tiene sentimientos", añadió entre lágrimas, antes de mencionar el apoyo que recibió de su familia y de la hinchada culé, que considera que siempre valoró su esfuerzo y cree que algunos estarán dolidos por la forma en que se va.

Acompañado por Messi, Piqué, Sergi Roberto y Sergio Busquets - los cuatro capitanes del FC Barcelona-, además de Jordi Alba, el delantero uruguayo quiso dejar a un lado los malos momentos y diferencias que pudo tener con los directivos del Barcelona e insistió en que se queda con los títulos conseguidos, recuerdos y logros que ni siquiera había imaginado alcanzar.

Luego de recibir elogios del presidente del club, Josep María Bartomeu, y tras la proyección de un video que rememoró los momentos claves de su trayectoria y que ratifican su complicidad con Messi -con quien compartía mates tras los entrenamientos-, Suárez respondió con grandeza y eludiendo las polémicas innecesarias ante las preguntas obligadas de la prensa, que cuestionó el proceso de su salida del club.

"Hoy es mi despedida, no le voy a dar el gusto a nadie", dijo, preguntado sobre si reprochaba a alguien -en referencia a Bartomeu o Koeman- la forma en que se gestionó su partida. "Siempre va a haber gente que esté de acuerdo o no. Es un tema que ya digerí, que ya acepté", aseguró.

Suárez, no obstante, reconoció que el proceso fue conflictivo: "fue un mes de locos, de decir cosas que uno no pensaba, se han inventado cosas, se filtraron cosas que no son verdades y eso indigna, pero debes alejarte de todo", afirmó.

Sobre su relación con Messi, sostuvo que al llegar le decían "cuidado con Leo, que es delantero", y que "le hacía mal", algo que contrasta con los hechos, al haber sido uno de sus mejores socios junto con el brasileño Neymar, en el conocido como el tridente "MSN", que batió todos los récords, ya que ganaron 10 títulos: una Champions League, una Supercopa de Europa, un Mundial de Clubes, dos Ligas, tres Copas del Rey y dos Supercopas de España.

"Es difícil aceptar irte" insistió Suárez, quien explicó que se decantó por el Atlético de Simeone tras recibir muchas llamadas porque "quería un equipo en el que pudiera competir de igual a igual con el Barcelona y el Real Madrid".

El goleador cerró su exitosa etapa como azulgrana admitiendo errores pero sin rencor: "Pedo ser muy autocrítico, sobre todo por las eliminaciones en la Champions", señaló sobre la dolorosa caída de la última Liga de Campeones de Europa por el Bayern Munich por un 8-2. 
"No puedo reprocharme nada, jugué con lesiones y eso lo valoro. Me voy orgulloso como tercer goleador de la historia", subrayó Suárez, quien sumó 98 goles, detrás de Messi (704) y César Rodríguez (232).