"La Plaza de Mayo es un lugar donde suceden los acontecimientos, las tensiones sociales y las cuestiones de la democracia." La sentencia podría salir de un militante político o un activista por los derechos humanos, pero no: sale de Mariano Larronde, un diseñador de videojuegos que encontró en los fichines una manera de comunicarse. Por caso, Argentina 8-bit, su último juego, coquetea con la idea de un Pokémon Go criollo y un Preguntados de corte pop. Y pone a la Plaza de Mayo como su hot spot.
Argentina 8-bit es una especie de point and clic moderno que se mezcla con la trivia y se ensancha con el espíritu nacional. "Hay que tener presente la cuestión argentina para saber hacia dónde estamos yendo", explica este desarrollador de 36 años que ya se destacó con Mushroom Guardian, posicionándose entre los primeros puestos de App Store en los Estados Unidos.
En la dinámica del game, Plaza de Mayo se convierte en el centro de la escena. Ahí, el objetivo es desbloquear personajes, divertirse con las Q&A (hay preguntas de política, cultura, deportes, espectáculos y mucho, mucho más) y, como una especie de bonus inesperado, se puede entablar conversaciones con otros usuarios que justo anden por allí. "Ya se armaron grupos, la gente se conecta a la noche y se juntan bastante."
Además, esta plataforma interactiva permite visitar una especie de museo de arte contemporáneo. "Por todo esto me cuesta ponerle una categoría a Argentina 8-bit", se sincera. Así las cosas, dentro del juego se exhiben obras de artistas independientes que van cambiando cada cierto tiempo. "Muchos de los artistas me dijeron que por redes sociales les llegó un montón de gente y que, incluso, algunos llegaron a vender sus cuadros."
¡Qué hacés, personaje!
Entretanto, como si se tratara de una Victorinox nerd & nac & pop & gamer, Argentina 8-bit incorpora herramientas de realidad aumentada. "Además de ir desbloqueando personajes, los podés llevar a tu propio mundo. Los personajes de la virtualidad intervienen tu casa, tu lugar. Podés agregarles frases, armar situaciones. Y la gracia de todo está en nuestra propia cultura."
Pululan algunos contemporáneos como Moria Casán, el Atendedor de Boludos y Ricardo Fort, el Dios de Internet. También aparecen notables como José de San Martín, Juana Azurduy y la médica Cecilia Grierson. Y una coctelera política que va desde Espert a Myriam Bregman, pasando por Cristina, Macri, Milei y Alberto. "Falta algún peronista ortodoxo como Moreno", bromea el desarrollador.
A la sazón, Argentina 8-bit nace por la necesidad personal de Larronde de revolver los cajones de la historia argentina. Pero, claro, propone hacerlo desde otro ángulo. "Una herramienta así puede servir para aprender sobre nuestras identidades culturales. Nace por la necesidad personal de usar el lenguaje interactivo con la cuestión local", comenta.
Anteriormente, Larronde publicó Polywings y algunos otros juegos más para la web. Y, a propósito de sus experiencias previas, Mushroom Guardian es de los juegos domésticos más destacables, con un nivel superlativo en jugabilidad, entretenimiento, banda sonora y engagement. "En Argentina no había pasado nada con el Mushroom porque no tenemos tanta cultura de comprar juegos", dice. Pero, como murmulla el refrán de vaya a saber quién, nadie es profeta en su tierra. "En el mundo de los videojuegos es muy difícil llegar", desliza.
"Los juegos tienen un poco de todo"
Con unas 70.000 descargas (gratuitas) entre Android y iOS, el boca a boca empujó a que su nuevo proyecto superara sus propias expectativas. "Tenía la necesidad de hacerlo para mí, como un experimento, y de golpe se viralizó un montón. Es bastante para un juego nacional", sostiene.
Para monetizarlo, Larronde puso publicidades (muy poco molestas, vale decirlo) esparcidas a lo largo de la experiencia. "Monetiza poco pero sirve para pagar los servidores", apunta. A su vez, Argentina 8-bit tiene una versión premium (paga) que permite jugar sin publicidades y de forma ilimitada. "Todo ayuda para seguir desarrollándolo."
Fanático de Mario Bros (que le parece "una obra maestra en diseño, música y el juego en sí mismo") y del Shadow of the Colossus de PlayStation 2 ("Me partió la cabeza", dice), Larronde pasó un año y tres meses detrás de Argentina 8-bit: "Le dedico mucho tiempo a desarrollar videojuegos", dice quien en su fábula personal reúne un paso por ingeniería en sistemas, pero también por escuelas de música y hasta un coqueteo con la psicología. "No terminé nada, pero me sirvió porque los juegos tienen un poco de todo. O mucho de cada cosa", Larronde dixit.
¿Cómo continúa su historia? "Voy a seguir desarrollando Argentina 8-bit, pero ya estoy armando un juego en realidad virtual que todavía no tengo tan definido. Quiero hacer algo que plantee cuestiones sobre la vida y que a la vez sea gracioso". Y, para cerrar, como si se tratara de una lista de pendientes fichineros, Larronde tacha un par: "Juego de entretenimiento ya hice. Histórico también. Ahora quiero hacer algo filosófico, que te haga pensar en qué hacés, en dónde estás parado y hacia dónde vas".