Cita ineludible de todos los septiembres. Tanto que ni una pandemia pudo suspender el Festival de Teatro Hugo Midón, celebración para toda la familia que prepara cada año el Espacio Cultural Nuestros Hijos (ECuNHi), casa cultural y educativa de las Madres de Plaza de Mayo ubicada en la ex Esma, para rendirle tributo al icónico teatrista infantil fallecido en 2011. Y aunque esta vez la 9º edición se realizará hoy a través de Zoom, a partir de las 18 (más información en Facebook e Instagram: @ecunhi), el encuentro promete recrear el espíritu de sus antecesores.
Como todos los años, estarán presentes artistas que conocen desde adentro el universo Midón: Carlos March, Gabi Goldberg, Silvia Kanter, Daniela Fernández, Diego Jaraz y el músico Carlos Gianni (ver aparte), quienes ofrecerán una charla abierta en vivo con el público para intercambiar anécdotas sobre el homenajeado. Con el músico Julián Midón como invitado y las participaciones especiales de Los Cantayasos y de la Escuela de teatro musical de Venado Tuerto, habrá lugar después para el clásico Midoneando, esta vez hecho desde casa, con una puesta audiovisual ya grabada a cargo de Eleonora Smith, pero con el mismo valor emotivo para revisitar parte de las creaciones midoneanas.
“Este es un festival muy esperado por la gente que abraza y acompaña al ECuNHi, porque Hugo es un referente muy querido”, asegura Verónica Parodi, directora del espacio, acerca del evento que se ofrece con entrada a la gorra virtual y que se sostiene, como todos los proyectos, gracias a la Asociación Civil Amigos del ECuNHI, puesto que la casa cultural continúa desfinanciada.
Creadora del especial homenaje que apareció en 2012 para completar una trilogía de festivales iniciada con el Encuentro Literario Gustavo Roldán y continuada con el Festival María Elena Walsh, Parodi explica que el mes elegido para recordar a Midón no es casual, ya que en septiembre se festeja el día del maestro y él, además de talentoso dramaturgo, actor y director, era docente. “Ha sido un gran exponente de la comedia musical y la cultura argentina. Para él, el arte era uno solo y el mismo para todas las edades. Y trabajó desde una poética muy bella, con un lenguaje sensible y siempre comprometido con la realidad del país, con las infancias y los valores. A mí me marcó como mamá, y también como docente, porque trabajé con sus obras en el aula, y he ido al teatro con mis alumnos a ver a Midón y a Carlos Gianni, y recuerdo que ellos siempre se quedaban esperando a la salida para saludar a todos. Para mí, esa sensibilidad tan profunda tenía que tener su lugar en la casa de las Madres de Plaza de Mayo, para que también ese legado y esa obra inmensa que Midón ha hecho trasciendan las almas y las generaciones”.
“Poder seguir dando el mensaje que Hugo escribió hace años es muy hermoso. El estaría muy feliz de que estemos haciendo este homenaje en el ECuNHi”, señala la actriz y bailarina Gabi Goldberg, quien comenzó a trabajar junto a Midón en 1993, en su puesta de El Gato con Botas. Ella es una de las “midoneanas” que siempre acompañan el festival, como es el caso también de Silvia Kanter, maestra de actuación que trabajó a la par del director dictando clases de teatro. “Para mí es una caricia para el alma saber que, sin importar lo que pase, Hugo tiene su festival. Eso es genial. Llega el mes de agosto y ya estamos esperando el llamado de Verónica, porque ya tenemos ideas que fuimos pensando”, confiesa. Y a ellas se suma Carlos March, el actor que tampoco falta nunca al encuentro para evocar al hombre con el que quiso trabajar hasta que lo logró actuando en El imaginario (1980). “Fui un privilegiado, porque se me cumplió un sueño de esos que no son fáciles de cumplir”.
-Esta es la primera vez que trabajaron a distancia. ¿Cómo evalúan esa experiencia?
Gabi Goldberg: -Esto es lo que nos toca hoy, y lo tenemos que aceptar y que no sea un peso. No es lo mismo estar en presencia que vernos a través de una computadora. De esta manera, nos miramos diferente, porque cada uno está en su casa, y se produce ahí una intimidad y también la posibilidad de seguir estando y sentir que uno está presente en el otro. Lo importante es que nos seguimos encontrando igual, y que está intacto el cariño y el amor por lo que hacemos, y las ganas que tenemos de que llegue septiembre porque sabemos que esto va a suceder. En ningún momento temí que el festival no se fuera a hacer. Sabía que, de alguna manera, se haría, porque nos merecemos seguir evocando la obra de Hugo.
Silvia Kanter: - Es una experiencia emocionante, porque al final este límite de no poder vernos se convirtió en una expansión. Es muy loco porque hemos hecho varios encuentros por Zoom pero fue como si nos hubiéramos visto. Cada uno juntó su saber para animarnos entre nosotros y hacer que este festival sea único. Creo que cuando pase esta pandemia, y volvamos al ECuNHi el año próximo, esto va a dejar un recuerdo que de otra forma hubiera sido más efímero. Pero de esta edición va a quedar el registro filmado. Y a la distancia vamos a ver que esta situación dejó algo bueno.
Verónica Parodi: - Se trabajó muchísimo, pero desde una emoción y un amor incondicional al ECuNHi. Fue difícil y raro, porque el teatro es presencial, y hay que estar en escena para poner el alma y el cuerpo. Así que costó, pero le encontramos la vuelta porque ellos son grandes artistas y se reinventan. Es muy emocionante y tremendo lo que transmiten. Pareciera que estuvieran juntos realmente. Destaco el esfuerzo enorme de amor que ponen cada uno de ellos por este festival, como en cada año. Pero este año es mucho más fuerte, y este Midoneando es un abrazo. Como decía Hugo Midón, es “ese abrazo que da gusto”, y necesario para este tiempo.
-¿Cuáles son sus expectativas respecto de esta edición virtual?
Carlos March: - Creo que la gente que va a querer ver el festival es la que ya tiene recorrido un camino afectivo con la obra de Midón, y nos reconoce a quienes hemos trabajado con él. Y pienso que, sabiendo por qué estamos haciendo esto de modo virtual, le va a poner la mejor onda. Y aunque no vamos a compartir la emoción como lo hacíamos en el ECuNHi, algo que era cada año más fuerte, tengo la sensación de que algo parecido va a pasar en cada casa.
G.G.: - Todos estamos enterados de que la única manera que tenemos de hacer teatro en este momento es de forma virtual. Entonces lo más lindo que puede pasar es que nos vea mucha gente, y que quienes se conecten puedan ver en esto que hicimos un hecho artístico. En este tiempo se cerraron muchas puertas, porque nos tenemos que cuidar, pero a la vez se abrieron ventanas porque nos tenemos que seguir comunicando. Y la expectativa es que este sea un festival hermoso y que el público se pueda llevar, de la mano de nosotros, la emoción de encontrarse nuevamente con el hermoso material de Hugo y con su creatividad.
-¿Qué importancia tiene para ustedes seguir recordando la vida y obra de Hugo Midón?
V.P.: - El hablaba con un lenguaje inclusivo, tocaba temas que tenían que ver con nosotros y nuestra cultura, y con la cuestión colectiva. Eso es algo que aparecía de manera muy fuerte en su obra, y algo que nos dejó como legado. Y esas cosas hay que tomarlas y llevarlas como bandera y seguir difundiéndolas. Por eso este encuentro tiene que seguir desde un espacio de la memoria y de la vida como es el ECuNHi.
S.K.: - Hugo es un clásico que sobrevive al paso del tiempo. Es una persona que rompió un paradigma. Pueden cambiar las estéticas, y eso está genial, pero aun así Hugo no queda antiguo, como tampoco quedan antiguos Chéjov o Shakespeare. Midón supo valorizar aquello que se le entrega al niño, y algo que es muy atractivo también es que él es nuestro, como lo fue Atahualpa Yupanqui. Y por eso celebro que la obra Derechos Torcidos esté en todas las escuelas del país. Hace cincos años, fui a capacitar a maestros a una escuelita en Formosa, a media hora de Paraguay, y tenían el libro. Y eso para mí es súper valioso, porque los chicos con esa música y esas letras aprenden y expanden su conciencia. Es bueno esto de valorar lo propio.
-¿Y cómo se explica su vigencia?
C.M.: - Hugo es el Shakespeare argentino del teatro musical para toda la familia. Fue un visionario y un adelantado, pero al mismo tiempo fue un tipo muy sencillo en su manera de expresarse en sus obras. Tenía una capacidad muy especial de observación de la niñez y un diálogo que fui aprendiendo a medida que iba trabajando con él. El tenía varias cualidades. Era maestro de grado y tenía un vínculo con los niños que no puedo describir con palabras. Era magia. Y eso él lo trasladaba a escena. Además, fue un gran director técnico de elencos.
G.G.: - Hugo supo ver antes algunas cosas que nosotros estamos empezando a ver ahora. Sus obras y canciones son para hoy, para ayer y para mañana, porque hablan de las relaciones afectivas, de la familia, del amor y los amigos. Y ojalá eso siga estando vigente siempre.
Carlos Gianni, con la realidad en primer plano
Compositor, docente, productor y director, Carlos Gianni construyó junto con Hugo Midón una de las duplas artísticas más prolíficas y queridas de la escena teatral. Nunca hizo la cuenta, pero con un cálculo rápido deduce que llegan a treinta los proyectos que compartieron desde que en 1970 estrenaron su primera obra: La Vuelta Manzana. “Hicimos ensayos en mi casa durante un año para esa puesta, y luego estuvimos diez años en cartel”, recuerda Gianni.
Vivitos y Coleando (1990); Locos ReCuerdos (1995); Huesito Caracú (2001) y Derechos Torcidos (2005) fueron algunos de los más destacados espectáculos que crearon, siempre con la mágica fórmula del texto de Midón y la música de Gianni. “Yo hacía música y trabajaba con chicos, pero nunca había hecho teatro para ellos. Y juntos fuimos los iniciadores de la corriente del teatro musical infantil”, dice el músico, que será una de las presencias más esperadas de la 9º edición del festival.
“Va a ser muy hermoso, porque se está trabajando con mucha seriedad y con actrices y actores que conocen la obra de Hugo y mía al dedillo”, anticipa. “En los espectáculos que hicimos siempre está la realidad circundante argentina en un primer plano, y se habla sobre las cosas que les interesan a las personas, y no solamente a los chicos: la amistad, el amor, las relaciones humanas y el poder. Por eso es un teatro para toda la familia”.
-¿Cómo se produjo su encuentro artístico con Hugo Midón?
-Hugo estaba estudiando en la universidad y, como último trabajo antes de recibirse, tomaba clases de expresión corporal con una docente con la que yo trabajaba. Entonces ahí me conoció, porque yo hacía la música para esas clases, de forma improvisada. Y a él le interesó lo que yo hacía, y me propuso hacer teatro para niños. Él quería escribir, pero no tanto actuar. En ese momento, le dije que no, porque yo no tenía idea de cómo hacer teatro. Pero él me insistió, y así empezamos.
-¿Y qué aprendió con él?
-Aprendí que a los chicos hay que tratarlos como seres pensantes que tienen mucha imaginación y que son mucho más críticos que los adultos. Y también que el teatro para niños tiene la misma seriedad y personalidad que el teatro para adultos, y que hay que trabajar con la misma energía y profundidad en cualquiera de esos casos. Midón estaba alerta a esas cosas, y fue un maravilloso generador de ideas que siempre convocaba a los mejores en cada uno de los lenguajes. Cuando empezamos, la iluminación y el espacio escénico estaban pensados para espectáculos de adultos, y uno se tenía que adaptar, y a partir de lo que nosotros trabajamos durante tantos años esto se fue modificando bastante.
-¿Cree que, en algunos casos, se subestima a la cultura infantil y se la piensa como algo inferior?
-Sí. Creo que muchas propuestas del teatro y de la televisión comercial siguen tomando a los chicos como parte de ese comercio. Pero ellos son seres profundos y tienen una genial habilidad para jugar. Y si uno logra hacer una música que tenga algunas de esas condiciones, va a andar por el buen camino. Por eso, las músicas que nosotros hacemos no son simples, ni de fácil digestión, sino que requieren un tiempo para empezar a entenderlas.