Desde París
Tiempo, espacio, actualidad. Los terroristas que este viernes 25 de septiembre hirieron gravemente a dos personas eligieron los cinco años del atentado contra el semanario satírico Charlie Hebdo, la zona donde antes se encontraban las oficinas de la publicación y el mes preciso durante el cual se está celebrando el mega juicio contra los responsables de ese atentado de enero de 2015. Hacia las once de la mañana, dos personas atacaron con cuchillos a un hombre y una mujer en la rue Nicolas-Appert, en el distrito 11 de Paris, es decir, allí donde antes estaba la sede de Charlie Hebdo. Ambas víctimas, que se encuentran en un estado grave, trabajaban en la productora de documentales Premières Lignes, cuyas oficinas están en la misma calle y habían bajado a fumar un cigarrillo. La agresión ocurrió precisamente donde se encuentra la pintura street-art realizada en homenaje a las víctimas del atentado del 7 de enero de 2015. Ya en esa época el personal de la productora fue testigo del primer ataque contra la revista satírica.
Toda esa zona de la Plaza de la Bastilla está bajo estrecha vigilancia y la policía localizó rápidamente a uno de los responsables. Se trata de un joven de 18 años de origen pakistaní que llegó a Francia hace tres años y se encontraba bajo el estatuto de “menor aislado”. Los servicios encargados de la infancia del departamento de Oise, en las afueras de París, que supervisaban al joven aclararon que el pakistaní no presentaba “ningún signo de radicalización”.
Un supuesto cómplice de 33 años, de nacionalidad argelina, fue arrestado pocas horas después pero aún no se sabe con certeza si es un cómplice directo, según precisó d Jean-François Ricard, responsable de la fiscalía nacional anti terrorista. En total hay unas cinco personas que están siendo interrogadas en este momento.
Para las autoridades, la relación entre el pasado, el barrio y los hechos actuales es evidente. El fiscal de París Rémy Heitz, afirmó que “en la localización del ataque, el momento, es decir, durante el juicio, y la forma en que se materialización los hechos, hubo una voluntad manifiesta del autor de atentar contra la vida de dos personas”. Más tarde, el Primer Ministro Jean Castex, reconoció que el ataque se produjo “en un lugar simbólico” y “al mismo tiempo en que se está llevando a cabo el juicio de los autores de actos indignos contra Charlie Hebdo”.
Las amenazas contra el semanario satírico nunca cesaron durante estos cincos años. Estas amenazas redoblaron de intensidad luego de que el pasado 2 de septiembre Charlie Hebdo publicara de nuevo las caricaturas de Mahoma cuya primera aparición justificó el atentado de enero de 2005. Esas nuevas intimidaciones y las masivas y constantes agresiones, amenazas de muerte e insultos de que son víctimas los periodistas por parte de los patoteros y cobardes anónimos de las redes sociales motivaron que, el miércoles pasado, unos cien medios publicaran una “carta abierta a los ciudadanos” en solidaridad con la revista francesa y a favor de la tan amenazada libertad de expresión.
En el caso concreto del lugar donde ocurrieron los hechos, la Rue Nicolas, no había allí vigilancia en particular. Ninguna de las empresas donde está la sede de Premières Lignes estaba bajo amenaza. No ha habido hasta ahora ninguna reivindicación de este ataque. No obstante, el ministro francés de Interior, Gérald Darmanin, afirmó en la televisión pública que se trataba “manifiestamente de un acto de terrorismo islamista”. Darmain agregó que esto era “un nuevo ataque sangriento contra nuestro país” y adelantó que había solicitado a las autoridades policiales que averiguaran las razones por las cuales se “subvaluó la amenaza en esa calle”.
En un editorial publicado en la página web de Charlie Hebdo, la redacción llama a “continuar la lucha por nuestras ideas y nuestros valores” contra “los fascismos y todas sus formas”. El semanario escribe que “este episodio trafico demuestra una vez más que el fanatismo, la intolerancia, de la cual la investigación nos revelará los origines, siguen siempre presentes en la sociedad francesa. Lejos de aterrorizarnos, estos acontecimientos deben hacernos todavía más combativos en la defensa de nuestros valores”.