Los reclamos históricos que arrastran la falta de acceso a todo en las comunidades originarias llevaron a las mujeres de las comunidades wichí de Misión Carboncito, Misión Chaqueña, Misión Salim, Las Llanas y La Esperanza a organizarse en un Consejo de Mujeres Wichí. Pero ante la imposición del aislamiento social preventivo y obligatorio (ASPO), a raíz de la pandemia por la Covid 19, la comunicación comenzó a complicarse dado que en muchas ocasiones no pueden salir de sus comunidades.
Frente a esta realidad la Fundación Deuda Interna lanzó una campaña para recibir equipos de celular en buen estado hasta el próximo 15 de octubre. Para ello se dieron a conocer los sitios a los que se puede acceder por las redes sociales entre los que se mencionó: @vincularte en Salta; en Buenos Aires, @urdirfundacion, ó @casilda.unpuente, y en Córdoba @fundacion.deuda.interna.
También se podrán hacer consultas o donaciones desde otros puntos accediendo el sitio de Facebook Fundación Deuda Interna, o el mail, mailto:[email protected]" target="_blank" style="background-color: rgb(255, 255, 255);">[email protected]m.
La falta de agua, médicos, alimento y los desmontes, que derivan, entre muchas de sus consecuencias, en la desnutrición y también los problemas de la salud de ellas, son algunos de los temas que preocupan a las integrantes de las comunidades.
“El agua es fundamental porque si uno no tiene agua no podes hacer nada ni para consumo ni para regar. Hay familiares de las comunidades que quieren sembrar y no tienen agua, somos unas cuantas familias las que tienen agua y es difícil conseguir un pocito de agua para tener plantitas o una huerta. Es lo que nos hace falta”, dijo la integrante del Consejo Rosa Rodríguez, de Misión Carboncito, a Salta 12.
En el Consejo buscan revalorizar el lugar de las mujeres en los pueblos originarios “me parece que las mujeres y que siempre lo analizo desde mis abuelas, bisabuelas, es como que son las maestras de cuidar a los hijos, de transmitirles los conocimientos ancestrales, sea de medicina ancestral o como cuidarse en el monte y como es cuales alimentos son los que se consumen y los que no. Son las mujeres las que enseñan a sus hijos”.
Sin embargo, el panorama actual las deja rodeadas de fincas y delimitaciones dentro de un territorio que antes era propio, y con un monte que fue desapareciendo con la extensión de la frontera agropecuaria y las fincas que la sostienen.
“Aumenta la población y hay menos tierra. Entonces decimos ‘vamos a buscar al monte’ y caminás un poco más y ya pasás el límite de la comunidad, entras a la otra finca. Es muy peligroso para nosotros”, sostuvo la referente wichi.
La falta de territorio
“Aunque nos digan que en las leyes tanto, los artículos tanto, que somos los preexistentes y dueños de la tierra igual estamos sufriendo falta de territorio”, detalló.
Contó que en caso de pasar el límite los titulares registrales (que tienen fincas para producción agropecuaria), advierten la prohibición del ingreso y para ellas y sus vecinos de la comunidad esto muchas veces constituye un riesgo. Por el contrario “todos los años vemos que los animales de los finqueros entran (a las tierras de la comunidad), comen las pasturas y todo lo que hay en la tierra y nunca decimos nada, y nos quedamos sin vegetación”. Pero la confrontación con los titulares registrales “psicológicamente te está matando(…)todos los años desde (el inicio de), la historia que sufrimos esos abusos”.
Rodríguez entendió en la organización de ellas un beneficio para que dialoguen y reflexionen sobre las muchas tareas a su cargo, los varios problemas que atraviesan, el sufrimiento de saber del hambre de sus hijos e hijas “es como que una se bajonea un poco”.
La organización, en cambio apunta a que las mujeres tengan “ánimo”, y puedan construir desde su cultura. Incluso reconoció que uno de los problemas es la falta de acceso a un PAP. “Antes las mujeres se cuidaban mucho. Aunque no existía esto de los médicos pero sabían cómo cuidarse”.
Sin embargo, al desprenderse de esos saberes y contar con limitaciones para acceder a estos estudios (pues varias se resisten a la práctica porque aún no se llegó con la debida salud intercultural), “muchas mujeres fallecieron de cáncer de útero. Y eso es triste porque a una le da impotencia”. “No podés ir al médico porque no tenés plata. En Embarcación no hay especialistas de eso, algunas mujeres viajan a Salta y tenés que tener plata para ir”, contó.
A ello se suma que ven a los niños y niñas enfermos “y te sentís mal porque lo ves enfermo y no hay médico, ni agente sanitario”, y cuando necesitan una ambulancia “dicen que está en Orán” (ciudad cabecera del departamento del mismo nombre), a una hora de camino de las comunidades.