Desde que comenzó la pandemia, el gobierno provincial viene invirtiendo a un ritmo de 100 millones de pesos por mes sólo en infraestructura edilicia hospitalaria. Con lo cual lleva ya casi 700 millones destinados a nuevos hospitales, ampliación de otros, múltiples salas y guardias covid y Unidades de Terapia Intensiva (UTI). Además de la creación de nuevos Samcos y ampliación de otros tantos centros de salud en decenas de localidades. A esta inversión hay que sumar los millones destinados a la compra de camas de terapia intensiva eléctricas, camas ortopédicas, cientos de termómetros infrarrojos, oxímetros, camillas de transporte y de consultorio y cientos de respiradores. Estas decisiones son las que permitieron aumentar en un 100 por ciento las camas críticas en la provincia y un 60 por ciento las camas de internación moderada.
Hospitales. La infraestructura del área salud fue un tema esencial de
reacondicionamiento, estructuras y equipamientos para responder a la
demanda que la pandemia generaría. Se construyó en tiempo record y
junto a Nación, el Hospital Modular en Granadero Baigorria. Cuenta con
24 camas de terapia intensiva, 48 camas de internación y más boxes de
aislamiento. También se comenzó a trabajar en el Módulo de Terapia
Intensiva Covid-19 en el hospital Samco “Dr. Juan E. Milich” de Villa
Constitución. Se puso en funcionamiento el Hospital de Reconquista, que estaba subutilizado. Se equipó al Hospital de Coronda, para contar con una capacidad máxima de 60 camas generales. Además, se reacondicionamiento el viejo Hospital Iturraspe para disponer de dos zonas dedicadas a la atención de pacientes con covid. Se suman 82 nuevas camas con oxigenoterapia en internación general. Se expropió transitoriamente para disponer de la Clínica Sagrada Familia, con 48 camas generales y 8 camas críticas.
También se instaló un contenedor sanitario en el Hospital Provincial de Rosario como instancia pre-hospitalaria. Allí ingresan pacientes con sintomatología respiratoria, para evitar los contagios dentro de los efectores. Se adaptó el Hospital Centenario de Rosario. Y se duplicó la cantidad de respiradores en el sector público de salud que son un insumo prioritario para el cuidado de pacientes internados.
Se canceló el 60 por ciento de la deuda que el Ministerio de Salud de la provincia tenía con proveedores de insumos críticos y de otra índole. Al momento de asumir la actual gestión, la deuda ascendía a $1.600 millones. De ese total, $1.200 millones correspondía a gastos de funcionamiento de hospitales y Samcos, lo que representaba prácticamente medio año de gastos de funcionamiento. Estas acciones manifiestan una suma a la infraestructura de un 88 por ciento de camas críticas en el sector público lo que define un total de más de un millar de camas público-privadas, de las cuales más de 700 ya tienen respiradores.
El vínculo establecido con los municipios y comunas permitió contar con 283 Centros de Aislamiento no hospitalarios para casos leves de covid, distribuidos en 234 localidades con un total de 6.711 camas. Se crearon 283 Centros de aislamiento y se pusieron en funcionamiento dos centros de análisis para detectar covid-19. Uno en el Cemar de Rosario y otro en el Laboratorio Central de la ciudad de
Santa Fe.
El gobierno creó además el Programa de donaciones de plasma de
recuperados de covid-19. Se firmó un convenio a nivel nacional y se
realiza través del Cudaio. Las extracciones se realizan en los
hospitales Eva Perón de Granadero Baigorria, Clemente Álvarez de
Rosario e Iturraspe de Santa Fe. El LIF además produce alcohol en gel
para distribuir a los efectores de salud.
La provincia no tenía una provisión de insumos, uniformes y demás
elementos de protección personal suficientes para hacer frente a esta
situación. Se apoyó la decisión de Nación de controlar la venta de
respiradores, y se coordinó para la compra de insumos importados. A su
vez, se buscó generar nuevos proveedores.
Desde el ministerio de Salud recordaron que se fabricaron 400.000 barbijos y más de 26.000 batas para el personal de salud en
importantes empresas y cooperativas radicadas en la provincia que
adecuaron sus plantas para la creación de insumos críticos como
máscaras, barbijos, camisolines y batas certificados por ANMAT.
También lo hicieron cooperativas y sindicatos. Por otro lado, seis empresas que trabajan con inyección de plástico, comenzaron a fabricar máscaras faciales en Santa Fe, Pilar, Rafaela y Rosario. Entre todas alcanzaron una capacidad de producción de 9.000 máscaras por día.
Se realizó una convocatoria a enfermeros recibidos, médicos y kinesiólogos para estar a disponibilidad en contexto de pandemia. En cinco días, se inscribieron 5.072 profesionales, de los cuales 2.720 son enfermeros, 508 son kinesiólogos, y 1.844 médicos.
El Plan DetectAR se implementó en barrios de seis localidades. Se lanzó
una aplicación para poder relevar la situación de las residencias para
Adultos Mayores. Una herramienta que determina y detecta la
georreferencia de cada uno de estos establecimientos, clasificándolos
de acuerdo a su nivel de respuesta frente a las medidas de
bioseguridad en el marco de la pandemia, y su preparación frente a
potenciales casos positivos.