El ministro de Educación nacional, Nicolás Trotta, se mostró contrario que las escuelas de la Ciudad de Buenos Aires den clases presenciales en enero. “Al impacto educativo que está teniendo la pandemia no lo vamos a solucionar quitándole dos o tres semanas al receso de verano”, dijo a PáginaI12 al ser consultado sobre los dichos de Soledad Acuña. La ministra porteña había asegurado, en un reportaje que los alumnos de Ciudad van a ser evaluados en diciembre y que los que no aprueben “estarán obligados a cursar en enero”. Trotta y Acuña volverán a juntarse este martes para elaborar un índice epidemiológico que resuelva la discusión en base a datos: los criterios principales serían la tasa de positividad en los testeos y el número de contagios de los últimos 14 días.
"Hasta el momento tenemos vigente un protocolo que dice que tiene que haber nulo o bajo nivel de circulación en las zonas urbanas para proyectar el regreso a las aulas. CABA nos ha planteado que en las grandes ciudades esto va a ser muy difícil que se cumpla. A partir de ahí le propusimos crear un indicador objetivo que permita resolver las miradas distintas que se pueden tener en cuanto a lo que es un regreso seguro. Eso es lo que están trabajando las áreas de salud. El ministerio de Salud nacional está haciendo una propuesta vinculada a los indicadores de positividad en los testeos y casos de contagio en los últimos 14 días. A partir de esos datos se puede generar una escala de riesgos; muy alto, alto, medio o bajo, y proyectar el regreso", detalló Trotta a Página/12 sobre cómo se está pensando la salida. Otros indicadores, secundarios, son los de disponibilidad de camas y personal de salud del sistema sanitario.
En relación a las clases en enero, el ministro dió una serie de razones para rechazarlas. Señaló en ese sentido que hay trabajos, como la Evaluación Nacional de Continuidad Pedagógica, que registraron que los docentes y alumnos "vienen haciendo un enorme esfuerzo" para seguir enseñando y aprendiendo a distancia, por lo que "sería contradictorio suspender las vacaciones". Otro punto es que muchas escuelas no están preparadas “para las altas temperaturas de enero y febrero en las aulas”.
Así, los cruces sobre cuándo y cómo retomar la presencialidad entraron en un nuevo capítulo. La polémica también incluyó a los gremios, ya que la ministra Acuña consideró que la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE-Ctera) se está oponiendo a sus propuestas por razones de posicionamiento político.
"En todas las provincias donde la situación epidemiológica permitió regresar a las aulas los sindicatos volvieron. Los que dicen ‘Ctera no quiere volver a las clases’ deberían mirar que en las cinco provincias donde las clases fueron retomadas, los gremios de base de Ctera acompañaron el proceso de regreso a las aulas. La discusión legítima es si están dadas las condiciones epidemiológicas, y la verdad es entendible que un sindicato plantee dudas, con un nivel de circulación de mil casos promedio por día", dijo en cambio Trotta. El ministro consideró "incomprensible la postura de los que creen que no tiene que haber diálogo con los sindicatos. Esto no quiere decir que van a ser los sindicatos los que decidan, pero por supuesto que hay que escuchar a cada una de las partes del sistema educativo y en el caso de las escuelas hay que escuchar a los sindicatos, a los estudiantes, a las cooperadoras, a todos los actores del sistema".
Junto con la discusión sobre el índice epidemiológico, otro tema pendiente para la reunión del martes es la entrega de las computadoras que la Nación ofreció para los 6500 alumnos porteños que quedaron desvinculados de la escuela. Para entregarlas y garantizarles conectividad gratuita hasta fin de año, la Nación está pidiendo el listado de los chicos y su georeferenciación, que la Ciudad demora en facilitar hace más de un mes.
Si bien hubo cinco provincias que retomaron las clases, por la suba de los contagios en el interior sólo han podido sostenerlas dos, La Pampa y Formosa. En Catamarca, San Juan y Santiago del Estero, en cambio, las autoridades debieron dar marcha atrás con la medida.
Los próximos distritos en intentarlo serán San Luis y Chaco. Trotta confirmó que esta semana ambos presentarán sus protocolos -en el caso de Chaco excluyendo a la ciudad de Resistencia, todavía muy afectada por la circulación del virus. La intención en ambas provincias es reabrir las aulas a partir de octubre, con un sistema escalonado y progresivo, como se hizo en los casos anteriores, que empezaron por las zonas rurales y de poca cantidad de alumnos para ir sumando después a las urbanas.