La muerte del inspector de la Policía Federal Juan Roldán revivió el debate sobre la utilización de las pistolas Táser, que generan una descarga de 50 mil voltios para incapacitar a la persona a la que se le dispara, pero que produjeron más de 300 muertes en Estados Unidos. Curiosamente, esta vez hubo coincidencias entre algunos funcionarios oficialistas y opositores. El primero en apoyar su uso fue el ministro de Seguridad bonaerense Sergio Berni, quien dijo que se debería "revisar ciertas cuestiones ideológicas". Rápidamente lo respaldó la titular del PRO, Patricia Bullrich al sostener que "la discusión de la Táser es ridícula y atrasa". Poco después, y a través de un hilo de tuits, el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa argumentó a favor al señalar que es preciso recurrir al "uso de nuevas tecnologías" pero con una fuerte capacitación de los miembros de las fuerzas de seguridad. Sin embargo, en el gobierno nacional no piensan como estos dirigentes porque el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, ya aclaró que "no está en estudio" el uso de tásers.
"Lo que pasó ayer (por el lunes) vale la revisión de ciertas cuestiones ideológicas que no valoran la vida de la yuta y tienen a la policía como moneda de cambio", aseguró Berni, a solo unas semanas de la revuelta policial de la Bonaerense, que obligó a que intervinieran al gobernador Axel Kicillof y al presidente Alberto Fernández. "La Taser es fundamental para situaciones de las características de lo que pasó en Palermo", aseguró el ministro bonaerense y agregó que "en el 2020 no podemos estar discutiendo si la Taser sí o no por una cuestión ideológica". "La gente que discute las Taser no está en la calle y no tiene el riesgo que sus hijos sean apuñalados. No hay duda que con las Taser nos evitábamos dos muertos. En esta situación, la ideología no se puede entrometer. Quiero saber qué pensaría la gente que dice que las taser son como las picanas si el oficial Roldán fuera hijo de ellos", indicó.
Quienes dijeron que las táser eran similares a las picanas fueron Abuelas de Plaza de Mayo, Madres de Plaza de Mayo - Línea Fundadora, APDH, H.I.J.O.S. y Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas. “Esta arma eléctrica no hace más que traernos del pasado la práctica y el recuerdo de la tristemente célebre picana”, escribieron en un comunicado conjunto ante el primer intento de uso de táser por parte del gobierno de Macri en la Ciudad.
Quien derogó el protocolo para el uso de las táser que había instaurado Patricia Bullrich en mayo de 2019 fue Sabina Frederic. La ministra indicó que las 300 pistolas que había comprado Bullrich serían usadas "en toma de rehenes, algunos allanamientos, circunstancias extremas".
Aprovechando la ocasión se coló la exministra Bullrich, quien terminó acordando con Berni. Dijo que la muerte del policía "se podría haber evitado si sentía el respaldo para actuar" y volvió a defender a Chocobar, quien mató por la espalda a una persona que huía de la escena del crimen. "El caso es parecido al de Chocobar", aseguró. Sobre la táser, indicó que "el policía puede utilizarla en lugares de aglomeración de gente y salvar vidas. Muchos países las usan y se demostró que es un arma no letal, porque genera una paralización de la persona".
Sin polemizar con Berni, el secretario de Seguridad nacional, Eduardo Villalba, advirtió que no es posible saber qué hubiera pasado si el policías acuchillado hubiera tenido una táser y advirtió que el número de táser que tiene a su disposición el Estado es muy inferior a la cantidad de agentes. "Discutir sobre las Taser hoy es una entelequia porque nunca las tuvo la Policía", indicó.
Pero sobre el final de la tarde, Sergio Massa emitió su opinión a través de Twitter. El presidente de la Cámara baja, tras solidarizarse con la familia del policía muerto, escribió: "Usar Taser, tonfas o cualquier instrumento nuevo que ayude a incorporar tecnología contra el delito es una obligación. Son las herramientas que en Estado de Derecho nos da la Constitución para hacer cumplir la ley". Luego agregó que es preciso "garantizar un entrenamiento en estas herramientas menos letales que demandan una capacitación tan rigurosa como las más letales. Necesitamos fuerzas de seguridad capacitadas y con todos los recursos".
Es más, Massa indicó que es "obligación reequipar, profesionalizar en el uso de nuevas tecnologías, capacitar a nuestras Fuerzas de Seguridad y defender su actuación en el marco de la ley, para que cumplirla sea la regla y el que comete un delito sea castigado".
Otro que se sumó a la discusión fue el secretario de Seguridad de la Ciudad, Marcelo D'Alessandro, quien aseguró: "Si Roldán hubiera disparado al cuerpo del asesino, hoy estaría preso”. Por la polémica que se inició, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, tuvo que aclarar que "no está en estudio el tema de las Taser".
La polémica por las táser comenzó con una prueba piloto durante la gestión de Mauricio Macri como jefe de Gobierno, con Guillermo Montenegro como Ministro de Seguridad. En ese momento se compró un número pequeño de Taser X-26 para probarlas: eran cinco, en total. Esto fue repudiado por organismos de derechos humanos, organizaciones sociales y otras entidades. En particular, Amnistía Internacional recordó que las llamadas "armas no letales" habían producido muertes a lo largo del mundo. Solo en Estados Unidos, entre 2001 y 2008, mataron a 334 personas. Por eso, la empresa que las fabrica debió enfrentar más de 300 juicios e indicó en el instructivo que sus efectos “aumentan el riesgo de morir o de un daño severo”. El Comité contra la Tortura de la ONU las clasifica así: “Provocan un dolor intenso, constituye una forma de tortura y en algunos casos puede causar la muerte”.
La discusión tuvo un derrotero judicial, con un fallo de primera instancia que prohibió su uso. La jueza Andrea Danas consideró que su uso “puede lesionar derechos como la vida, integridad física y salud
de las personas, aun de quienes se encuentran en perfecto estado de
salud” y que “la incorporación de estos dispositivos puede fomentar el
encubrimiento o la impunidad policial favoreciendo situaciones de
abuso”. En 2013, la Cámara de apelaciones compartió los criterios y mantuvo la orden de no utilizar las táser. Pero el Gobierno porteño siguió apelando. Finalmente, el Tribunal Superior de Justicia porteño -con varios integrantes cercanos al PRO- avaló el uso de las táser. La Corte Suprema recibió un pedido de revisar esa cuestión, pero lo rechazó.