El acceso que tienen los varones al sistema de salud, sea privado o público, está vinculado a construcciones sociales patriarcales. El hombre promedio no recurre al sistema sanitario voluntariamente a menos que se presente una urgencia médica, lo que provoca que la mayor afluencia de consultas las realicen en las guardias, sean de los centros de salud, consultorios u hospitales públicos. Estas son las primeras conclusiones que surgen de la experiencia del médico Santiago Gubernatti, jefe del Centro de Salud 12 del barrio Santa Lucía de la ciudad de Salta.
Gubernatti será hoy el disertante del primer encuentro del conversatorio sobre masculinidades "Hacernos cargo" coordinado por el Programa de Intervención para Hombres (PRIHO) de la Secretaría de Derechos Humanos de Salta.
Gubernatti dijo a Salta/12 que el acceso de los hombres de mediana edad al sistema sanitario se da en un gran porcentaje en situaciones de emergencia y en las guardias. "Llega cuando está reventado", graficó.
"No hay un hábito de consultar preventivamente y que se vincule con algún cuidado de la salud", señaló. En el encuentro de hoy, desde las 18, vía zoom, se hablará sobrre este tema. La actividad es gratuita y las inscripciones se pueden concretar a través de este link o bien enviando un correo electrónico a [email protected].
Para el médico, que también es parte del Centro Integral para la Familia de Salta, las razones se deben a las bases patriarcales y machistas que se establecen también en el sistema sanitario, puesto que "el sistema está dirigido a una atención materno infantil y a las enfermedades crónicas solamente", anulando así la participación de los varones.
Por lo tanto, en caso de llegar a la institución, lo hacen por algún accidente o por fuertes dolores. En este punto, la razón se debe en una gran medida a la construcción de estereotipos. El caso más específico es el de los varones de entre los 25 y 50 años, quienes son definidos como fuertes, óptimos para trabajar y sin necesidad de demostrar emociones ni debilidades.
La reproducción de estereotipos se replica en los efectores de salud. En caso de presentarse situaciones de menor envergadura, una fiebre o una dolencia muscular, las respuestas de los agentes sanitarios también guardan estos pre conceptos. A modo de ejemplo, Gubernatti reseñó ciertas preguntas que se suelen hacer con tonos irónicos: "¿Cómo vas a consultar por esto?" o "¿en serio vas a gritar? La mujer soporta más en un parto".
El médico consideró que por estos prejuicios existe un gran porcentaje de automedicación. "Tiene que estar permitido que un hombre de mediana edad esté dispuesto a enfermarse", enfatizó.
Señaló que también se da la situación de la sobrecarga de trabajo que se le adjudica a las mujeres en el caso de que los hombres se enfermen. En este caso entra también a jugar el estereotipo que ubica a la mujer como responsable de las tareas del cuidado. "Hacen que las mujeres llamen al teléfono pidiendo consultas o que sean ellas quienes hablen por ellos cuando están con el profesional, son las construcciones sociales establecidas", señaló Gubernatti.
Por su parte, Agustín Pérez Marchetta, coordinador del PRIHO y moderador de la actividad, dijo a Salta/12 que en este primer encuentro se intenta abordar los prejuicios en torno al acceso de la salud integral por parte de los varones.
El conversatorio continuará con temáticas vinculadas a la paternidad, a la cultura del abuso y a las masculinidades trans. "Es para tratar de ir yendo de lugares cómodos a lugares más incómodos", indicó. La actividad está organizada en conjunto con la Municipalidad de Salta, el colectivo Varones Beta y la ONG Aynis, con el acompañamiento adherente de la Fundación GeMa.
Si no hay demanda, no hay cambio
Ante un sistema sanitario únicamente abocado a las infancias, a las mujeres y a las enfermedades crónicas, la tarea de modificación debe estar a cargo de los varones, según el profesional. "Deben generar demanda para que los servicios vayan entendiendo cuál es la complejidad", apuntó.
Salta/12 realizó una breve encuesta a 200 varones, entre 20 y 50 años, ubicados en distintos puntos de la provincia y el país y de distintos niveles socio economicos. Se les preguntó únicamente si se realizaban chequeos generales y cada cuánto lo hacían.
Más del 60% respondió que no se hacía, llevándose un gran porcentaje los varones entre 20 y 30 años. Las frases más frecuentes fueron: "nunca", "somos un desastre", "sólo voy al médico si me duele algo" y las "mujeres son más ordenadas en eso".
En un segundo lugar, con un 30%, se ubican quienes se realizan estudios médicos generales una vez al año. De ese porcentaje, la mayoría manifestó que lo hacía por responder a demandas laborales. Otros las hacen porque padecen ciertas patologías que requieren controles anuales. Y hay quienes están más cercanos a los 40 años y voluntariamente empredieron los controles.
En el 10% restante están quienes expresaron hacerlo cada dos o tres años. Y aquí se ubican los adultos que rondan entre los 28 y 35 años. Quienes además manifestaron que lo hacían de forma voluntaria y por cuidado.
Gubernatti señaló que la poca atención que le dan los hombres a su salud provoca que "el que llega a viejo lo haga en peores condiciones". "Su sistema está deteriorado a esa edad", agregó.
También sostuvo que como medida de mediano plazo debe haber una nueva mirada en las formas de consulta de los varones. A diferencia de las mujeres, los hombres no sostienen los procesos consultivos. "El varón viene una sola vez y no vuelve", resaltó. Por eso dijo que el nuevo diseño tendría que poder apuntar a consultas que puedan responder a la gran mayoría de las demandas en un solo encuentro.
Sin responsabilidad en la salud sexual
Gubernatti también hizo referencia al cuidado de la salud sexual y reproductiva. Señaló que la mayoría de los métodos anticonceptivos están diseñados para las mujeres, contando con más de 10 procedimientos. En el caso de los hombres, se presentan los más conocidos, como el preservativo, la vasectomía o la píldora anticonceptiva masculina.
"La oferta de métodos anticonceptivos (para el varón) son en menor cantidad, también cayendo en una cuestión social que hace responsable del cuidado sexual únicamente a la mujer", especificó.
En el caso del método del preservativo, que es el más conocido y que pone al varón como responsable, el médico señaló que observó que quienes van a en búsqueda del método, que además es gratuito, son en su mayoría mujeres. Dijo que esto se presenta mayormente en las parejas estables donde los hombres se desligan de la responsabilidad.
Al panorama sumó que la situación difiere en los adolescentes varones, que concurren más asiduamente a las instituciones sanitarias en búsca del preservativo. Por ello consideró que es fundamental la educación sexual integral, para que se "genere el cambio de paradigma y que de grande (el varón) pueda hacerse responsable de su salud sexual".