Desde Roma
Lo acusan de usar su visita al Vaticano con fines puramente electorales, a fin de hacerle ganar al presidente Donald Trump los votos de católicos conservadores, que de paso le harían mucha falta. Y algo parecido dicen algunos críticos del encuentro que organizó la embajada de Estados Unidos ante la Santa Sede, el miércoles, sobre la “libertad religiosa”. En efecto, la visita a Italia y al Vaticano del secretario de estado estadounidense Mike Pompeo, desató no pocas polémicas. Pompeo, que antes de llegar a Roma visitó Grecia, fue recibido este miércoles por el primer ministro italiano Giuseppe Conte y por el canciller Luigi Di Maio. Pero antes de estos encuentros participó de un simposio brevísimo- de poco más de dos horas - sobre la libertad religiosa, que organizó la embajada de Estados Unidos ante la Santa Sede y al que invitaron a exponentes vaticanos.
En el simposio, Pompeo dirigió todas sus armas contra la China, hoy principal enemigo económico de los Estados Unidos. “En ningún lugar la libertad religiosa está perseguida más que en China”, dijo Pompeo, un cristiano evangélico, que días atrás había pedido al papa Francisco que no renovara los acuerdos existentes entre el Vaticano y China en materia de nombramientos de obispos.
Y esta sugerencia hacia el papa argentino no fue bien vista por el Vaticano. El cardenal secretario de estado vaticano, Pietro Parolin, al salir del simposio dijo a los periodistas que no sabía cuánta influencia podía tener este tema en la campaña electoral estadounidense “pero no me parece que usar este argumento (los acuerdos China-Vaticano) sea la cosa más oportuna si lo que se quiere obtener es el consenso de los electores. No es la manera de hacerlo cuando en realidad se trata de una cuestión perteneciente a la Iglesia”, señaló Parolin.
El cardenal hondureño Oscar Rodríguez Maradiaga, coordinador del Consejo de Cardenales, fue más lejos en sus declaraciones a la prensa romana: “Meterse en este tema (el acuerdo China - Vaticano) me parece una locura. Creo más bien que el actual liderazgo norteamericano actúa sólo mirando a las próximas elecciones. En nuestras relaciones con la China no se deben entrometer”. “El camino del Papa es el de la búsqueda del diálogo y trabajar por la convivencia pacífica en la tierra”, dijo sin hacer referencia a China, el cardenal inglés Paul Richard Gallagher, secretario vaticano para las Relaciones con los Estados, en el simposio al que había sido invitado.
El tema de los acuerdos China- Vaticano continuará de todas maneras el jueves, cuando Pompeo visite la Santa Sede donde será recibido por el cardenal Parolin, su equivalente en tanto ambos son secretarios de estado, pero no por el papa Francisco. Francisco, que había recibido a Pompeo hace un año, tiene como norma no recibir a dirigentes políticos cuyo país se encuentra en campaña electoral.
Después del simposio, Pompeo fue recibido por el primer ministro Giuseppe Conte en Palacio Chigi, sede del gobierno, y luego por el ministro de Exteriores Luigi Di Maio. Con ambos los temas tratados tuvieron que ver con China pero también con la colaboración bilateral e interncional para contrastar la covid-19 y la crisis en el Mediterráneo”, en particular Libia, informó un comunicado de prensa del gobierno.
El coloquio sobre China esta vez estuvo relacionado con la empresa china Huawei (que Estados Unidos ha expulsado del país) y con la implementación de las redes de trasmisión de datos 5G, un nuevo sistema veloz que se está implementando en toda Europa. Estados Unidos quiere presionar a sus aliados europeos para que no usen los equipos producidos por Huawei para desarrollar la red 5G. Según los estadounidenses, el sistema Huawei podría poner en peligro la seguridad de datos y los secretos de estado de los aliados. “Tenemos presente las preocupaciones de nuestros aliados estadounidenses -dijo Di Maio en la rueda de prensa que se hizo al concluir el encuentro- Italia es plenamente consciente de la necesidad de controlar la seguridad de las redes 5G. Es nuestra prioridad y estamos a favor de reglas europeas comunes”.
Pompeo fue más lejos. “El partido comunista chino está tratando de explotar la propia presencia en Italia para sus propios intereses estratégicos. No están aquí para hacer acuerdos sinceros”, dijo en la rueda de prensa conjunta que hizo con Di Maio.
Otro tema que abordaron fue la situación en Libia, un país en guerra civil desde hace algunos años y que ha patrocinado el tráfico y la explotación de seres humanos. “Nosotros somos optimistas porque en la última semana la situación está mejorando. Todas las partes ahora hablan entre sí y nosotros los apoyamos”, dijo Pompeo. Y agregó que su país ha hecho “muchos esfuerzos diplomáticos para tratar de resolver la situación. En interés de la región y del pueblo libio es importante el cese del fuego” de modo que se pueda retomar la producción de petróleo y hacer que las ganancias se dividan “de manera justa” entre las regiones.
Para Italia, el país europeo más cercano a Libia en el Mediterráneo, la solución de la guerra en Libia podría ser de ayuda también a disminuir el tráfico de seres humanos que llegan por centenares cada mes en barcazas organizadas por los traficantes. “Contamos mucho sobre la influencia que Estados Unidos pueda ejercer en los interlocutores libios y los actores internacionales para evitar que pueda ser saboteado un eventual proceso de estabilidazción en Libia”, dijo por su aparte Di Maio que además agradeció la ayuda de los Estados Unidos, como gobierno y como estructuras privadas, en la fase aguda del coronavirus. “Italia está sólidamente unida a EE.UU. y a la Unión Europea porque nos unen en los intereses y valores comunes de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) y de la democarcia”, concluyó.