En Cáñada de Gómez, Santa Fe, un hombre denunció que fue detenido y salvajemente golpeado por policías de la comisaría local cuando se acercó a denunciar una fiesta clandestina que tenía lugar cerca de su casa. Los hechos, informó el denunciante, habrían ocurrido durante la madrugada del lunes 21 de septiembre pero salieron a la luz este miércoles luego de la denuncia que junto a la Asociación de Derechos Humanos Cañada de Gómez presentó contra el jefe de policía del departamento Iriondo, Francisco Fernández, por amenazas, apremios ilegales y privación ilegítima de la libertad.

De acuerdo a la denuncia de Fabio Mora, de 34 años, el 21 de septiembre a las 3 de la madrugada, después de haber intentado comunicarse con la policía por teléfono para denunciar una fiesta clandestina cerca de su casa, el hombre decidió presentarse  en la comisaría más cercana para reportar el hecho. 

Una vez allí, según informó el diario La Capital, en la comisaría "lo atendió un hombre sin elementos de seguridad por la pandemia". "Me quejé por esa situación y porque nadie atendió mis llamados telefónicos”, contó Mora. En ese momento, relató, llegaron más policías y se produjo un "entredicho".

“Salí con el auto para llevar a mi pareja hasta mi casa, que queda a la vuelta de la comisaría y el policía que me atendió se puso al frente. Le pedí que se corriera y cuando arranqué simuló que le pisé el pie con el auto. Ahí le dije que no mintiera porque estaba grabando todo con mi celular”, explicó.  

Una vez en su casa, le pidió el teléfono a su pareja  y volvió hasta la comisaría con el fin de lograr su objetivo inicial: denunciar la fiesta clandestina. “Al llegar a la comisaría comencé a grabar todo para que quede registrado. Salió un policía, me preguntó qué pasaba y sin mediar otro diálogo me tomó del cuello, me tiró al piso violentamente, lo que me lastimó las rodillas y los codos, y me quitó los celulares”, dijo Mora.

Después de tirarlo al piso, aseguró el denunciante, los policías lo esposaron y le pegaron salvajemente. “Me dieron golpes en la cara, costillas, piernas, brazos y en la cabeza. Quedaron marcas, raspaduras, hematomas y sangrado que luego constataron los médicos. Estaba desesperado, grité pidiendo auxilio pero el que me golpeaba me decía; ‘callate porque te mato’”, relató.

Ese policía, contó Mora, le puso su rodilla en la nuca contra el piso, lo que le hizo acordar a George Floyd, el hombre asesinado por la Policía de Estados Unidos, en Minneapolis. “Me dejaba sin aire y le pedía por favor que me suelte. Sentí que me estaba matando”, explicó. 

Para que dejara de pegarle, le dijo a los policías que su padre estaba escondido filmando la escena. “Salieron a corroborar si había alguien filmando y al regresar me llevaron a un calabozo y comenzaron a golpearme nuevamente. Esta vez hasta me pegaron patadas en la cara, me quebraron el tabique nasal y me dejaron inconsciente”, denunció. 

Al despertar, su pareja, que ya estaba en la comisaría, le pidió, "por orden de los policías", que borrara el video del celular. "Ahí intervino otro policía que dijo que no se preocuparan porque ya había retirado la tarjeta de memoria del teléfono”, contó el hombre.

“Después me sacaron del calabozo, me ficharon y me pidieron que rellenara las fichas y ahí me di cuenta que tenía un pulgar morado y fuera de lugar. Me devolvieron los teléfonos con los vidrios astillado”, relató Mora. Durante la tarde fue al hospital donde lo atendieron y le extendieron una constancia de las heridas que tenía.

Denuncia

Al día siguiente, el hombre se levantó decidido a hacer la denuncia.  “A las 8 fui a la Fiscalía y al ingresar me recibió una mujer uniformada y me indicó que en un momento me atendería la secretaria del fiscal. Me escucharon pero me dijeron que tenía que ir a la Jefatura a hacer la denuncia”, señaló. 

En la Jefatura, por su parte, fue recibido por el jefe de policía, tres hombres y una mujer. “Cuando les dije que quería denunciar a mi agresor el jefe me dijo ‘encima que casi atropellás a un compañero de la fuerza, le hiciste pasar una mala noche y ahora lo querés denunciar’. Entonces ordenó que me dejen detenido por faltarle el respeto”, detalló.

Después de unas horas, Mora fue liberado. Al retirarse, de acuerdo a su relato, se cruzó con el jefe policial quien le advirtió “que sea la última vez que te veo por acá. La próxima no sabemos qué hacemos. Y ojo con lo que hablás y decís”. 

Finalmente, el hombre presentó una denuncia formal asistido por testigos, un abogado e integrantes de la Asociación de Derechos Humanos Cañada de Gómez. Actualmente, aseguró, vive "atemorizado". "Siento que me vigilan. A distintas horas pasan patrulleros por mi casa", contó.

"No puede ser que la policía que trabaja en democracia actúe como en dictadura”, dijo Rubén Moreno, dirigente de la agrupación de derechos humanos cañadense. Según aseguró, en la Fiscalía no querían tomarles la denuncia “amparados en los inconvenientes que genera el covid-19” y los enviaban a presentarse ante la policía. 

“Fue una tortura. Nos molesta esto que se dio ahora en Cañada de Gómez pero en realidad ocurre a nivel país”, agregó el referente de derechos humanos.